'El perro no tiene la culpa': ataque a niña en Guayaquil reabre debate sobre tenencia de mascotas en Ecuador
Tras el ataque de un perro a una menor en Guayaquil, especialistas advierten sobre los riesgos de la tenencia irresponsable de mascotas. La normativa nacional y local establece sanciones para los dueños.

Imagen referencial de un perro Dogo Argentino, en contexto con el análisis de la responsabilidad en la tenencia de mascotas en Ecuador, 4 de julio de 2025.
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El reciente ataque de un perro a una niña de cuatro años, ocurrido el 27 de junio de 2025 en Guayaquil, reaviva el eterno debate sobre la tenencia responsable de mascotas en Ecuador.
El caso, ampliamente difundido en redes sociales por un video del incidente, motivó la reacción de las autoridades municipales y generó discusiones entre especialistas sobre las causas de estos comportamientos del animal, y el papel que deben cumplir los tutores de perros.
Aunque en Ecuador no existe una ley nacional específica sobre bienestar animal, puesto que el proyecto de Ley Orgánica de Bienestar Animal fue archivado por la Asamblea Nacional, sí hay regulaciones vigentes que definen obligaciones para los ciudadanos, tanto en la Constitución como en el Código Orgánico Integral Penal (COIP) y ordenanzas municipales.
A escala nacional, la Constitución reconoce a la naturaleza como sujeto de derechos y establece el deber de los ciudadanos de protegerla.
El COIP, por su parte, sanciona con prisión de 15 a 30 días a quienes provoquen lesiones o maltraten a animales. Además, la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad) emite normas técnicas sobre bienestar y manejo responsable.
Normas municipales
En el ámbito local, los municipios tienen la competencia de regular la convivencia con animales de compañía.
En Quito, por ejemplo, la Ordenanza 0048 y el Código Municipal regulan la protección y tenencia responsable de fauna urbana.
La norma exige que los tutores garanticen alimentación, atención veterinaria, condiciones adecuadas de higiene y socialización del animal. También prohíbe prácticas como el abandono y el maltrato, y establece sanciones administrativas.
En Guayaquil, donde ocurrió el ataque, la Dirección de Bienestar Animal del Municipio activó el protocolo correspondiente. Según explicó Bianca Salame, coordinadora general de esta dependencia, se abrió un expediente administrativo e impusieron medidas al tutor del perro involucrado, quien fue identificado y tiene custodia del animal.
Estas son las medidas impuestas al tutor del can:
- Evaluación clínico-comportamental del perro
- Seguimiento médico a la niña afectada
- Garantía de que el animal no vuelva a tener contacto no supervisado con terceros.
- El caso será remitido a la Comisaría para la imposición de sanciones.
La ordenanza vigente en Guayaquil clasifica las infracciones en leves, graves y muy graves. Las sanciones van desde multas económicas (de hasta siete salarios básicos unificados), hasta la prohibición de tener mascotas o el retiro del animal si no se cumplen las condiciones mínimas de bienestar.
Además, se contempla la posibilidad de responsabilidades civiles o penales si la negligencia causa daño a terceros.
Análisis de expertos
El comportamiento del animal también es clave para entender estos hechos. Barinia Cadena, docente de la Escuela de Veterinaria de la UIDE, explicó que razas como los pitbulls (aunque en el caso de Guayaquil se analiza si se trata de un Dogo Argentino) fueron históricamente criadas para el trabajo y la caza, lo que puede influir en su instinto.
Cadena precisó que la conducta agresiva depende más del entorno y del proceso de socialización que de la raza.
“Hay una forma de agresividad llamada depredadora, que no está motivada por miedo ni dominancia, sino por instintos de caza. En algunos casos, los niños pequeños, por su tamaño y movimientos rápidos, pueden ser percibidos como presas”.
Barinia Cadena, docente de la Escuela de Veterinaria de la UIDE.
Esta conducta no es común en todos los perros, pero es una de las más difíciles de controlar y requiere diagnóstico etológico.
Diego Melo, adiestrador y propietario de Runrunela Mascotas, coincidió en que el ataque se explica por falta de socialización y conocimiento del animal. “Este tipo de perros fueron creados para cazar. Si no están bien educados o adaptados al entorno urbano, reaccionan por instinto. El tutor debe saber qué tipo de perro tiene y cómo manejarlo”, aseguró.
“El perro no tiene la culpa, actúa según su instinto. Si el tutor no lo socializa adecuadamente y no entiende las características de la raza, el riesgo de que reaccione de forma agresiva aumenta muchísimo”.
Diego Melo, adiestrador y propietario de Runrunela Mascotas.
La responsabilidad recae, entonces, en quienes conviven con los animales. Las normas están claras: la tenencia responsable no es solo una recomendación, es una obligación legal que implica garantizar la seguridad del animal y de quienes lo rodean.
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