La salud y la alimentación de los pacientes se han convertido en caridad, en lugar de un derecho: exministro José Ruales
El Gobierno del presidente Daniel Noboa enfrenta críticas por el recorte presupuestario que sufre el Ministerio de Salud. Pacientes y médicos reclaman las asignaciones para que los hospitales puedan funcionar.
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Los pacientes y médicos de los hospitales públicos sufren los efectos de una crisis inédita que no encuentra una solución definitiva. Sin medicinas, insumos ni comida, aseguran que se trata de una situación extrema que tiene un detonante: el recorte presupuestario que sufre el Ministerio de Salud.
En entrevista con PRIMICIAS, el exministro del ramo y actual decano de la facultad de Medicina de la UISEK, José Ruales, dice que la crisis del sistema de salud también se relaciona con la falta de liderazgo de las autoridades sanitarias.
Además, sostiene que el Gobierno no tiene interés en atender los problemas que presentan los pacientes y hospitales. Un ejemplo de ello, señala, es la reaparición de enfermedades como la tosferina y el repunte de casos de VIH.

¿Cómo ve la situación actual del sistema de salud?
Hay evidencia de un deterioro importante de los temas estructurales y financieros del sistema de salud. Hay una especie de desatención, desentendimiento, diría yo, del Gobierno por la salud del país.
Y eso se refleja en varios síntomas. El primero, y más grave, es la reducción del presupuesto, especialmente, del que se destina a inversión porque lo único que se mantiene estable es el pago de salarios. Los recursos para medicamentos, para insumos médicos, para alimentación, para limpieza y para la continuidad de los proyectos preventivos sufren recortes.
Hay enfermedades crónicas, como la diabetes y la hipertensión, además de las infecciosas —especialmente la tuberculosis y el VIH— y otras como la tosferina, que reaparecineron a pesar de las alertas, porque no se tomaron las medidas adecuadas.
Hay ausencia de liderazgo, de definición de políticas públicas, de competencia, de capacidades y de definición de una estrategia, de un plan de salud.
Hemos llegado a que la salud, la alimentación de los pacientes, sean una cuestión de caridad y de solidaridad, en lugar de ser un derecho.
Las autoridades dicen que estos problemas se derivan de la corrupción que hay en el sistema de salud
Yo creo que hay muchos lugares en los que hay casos de corrupción, como ocurre en todo el sector público. Pero, decir que el problema de la salud es la corrupción y que esto está enraizado en todos los hospitales y todos los servicios, me parece que es un relato realmente negativo que denigra a los profesionales de la salud.
Es verdad que hay serios problemas de corrupción, hay focos de podredumbre en el Teodoro Maldonado Carbo, en Los Ceibos, en el IESS, especialmente. Sin embargo, cuando estuvimos en el Gobierno demostramos que se puede atacar de raíz a la corrupción, con una capacidad administrativa, gerencial y jurídica. Se eliminaron los mecanismos que las mafias usaban para la compra de medicamentos y de insumos.

Sin duda que aún hay poblemas de infiltración de grupos delincuenciales en contratos de alimentación y otros, pero lo importante es entender que la salud es un tema técnico. No puede estar orientada por decisiones de política partidista o de política electoral. Lamentablemente, la salud no es importante en este relato político que estamos viviendo día a día.
¿El principal problema, entonces, es la falta de presupuesto?
Por supuesto. Es una falta de interés, falta de recursos, falta de orientación técnica, de manejo político. La corrupción es un tema que puede estar en cualquier ministerio, en cualquier actividad.
El relato que está planteado el Gobierno, de que el problema de la salud es una corrupción generalizada, no es así porque los médicos trabajan con vocación, las enfermeras trabajan con dedicación. Hay equipos de salud caminando los barrios, las montañas, la selva buscando pacientes o vacunando. Entonces, no se puede decir que todo este personal es corrupto.
"El relato que está planteado el gobierno, de que el problema de la salud es una corrupción generalizada, no es así porque los médicos trabajan con vocación, las enfermeras trabajan con dedicación".
Algunos médicos estan denunciando despidos
Si un profesional de salud no está cumpliendo a cabalidad con sus funciones, hay que capacitarlo. Hay que darle las herramientas, hay que mejorar su entorno. No hay que despedirlo. Si despedimos un anestesiólogo, un patólogo, un otorrinolaringólogo en un hospital de la Amazonía, no lo vamos a poder reemplazar.
Desde luego que habrá alguien que no cumple con el criterio de su profesión o que no tiene a los resultados y hay que desvincularlo, pero hacerlo sin evaluación, a enfermeras de neonatología que atienden a niños prematuros porque el director cree que están demasiado tiempo, me parece algo terrorífico.
¿Cuál es el recorte presupuestario que ha tenido el Ministerio?
El recorte es general, es decir, del presupuesto del Ministerio de Salud en su conjunto, que bajó de USD 3.200 millones a USD 2.700 millones entre 2023 y 2025. Eso es casi USD 500 millones. A esto hay que sumar el incremento del 0,5% del PIB que cada año debe tener el presupuesto del Ministerio por ley.
Esto quiere decir que hubiéramos esperado que el presupuesto esté sobre los USD 4.200 millones. Entonces, la reducción es de más de USD 1.300 millones.
En segundo lugar, tampoco hay evidencia del cumplimiento con las prestaciones externas. Como no hay insumos en los hospitales o no hay medicamentos, esos pacientes tienen que ser derivados a costa del Estado. Por ejemplo, para oncología o para una cirugía de corazón.
El problema es que las derivaciones también dan para cosas básicas porque los hospitales no tienen (insumos ni medicamentos) y eso aumenta la deuda. En el caso de las dializadoras, quedó una deuda de USD 73 millones en 2023. Actualmente, pasó a USD 180 millones.
Otro ejemplo es lo que ocurre con las derivaciones a la red al pública: al Hospital Militar, al hospital de la Policía. La deuda auditada estaba en USD 27 millones y ahora está en USD 40 millones. Se puede ver que el valor pagado es cero en este año. En total, hay alrededor de USD 800 millones en deuda por las derivaciones privadas.
¿Qué tanto influye la inestabilidad que sufre el Ministerio de Salud?
Es una demostración de la falta de apoyo desde el Gobierno. De que no hay un interés genuino, no hay asignación de recursos o que se usa (al Ministerio) con fines políticos.
El mismo hecho de que no haya recursos, ni orientación, hace creer que ven a la salud como si fuera un sector de beneficencia, de caridad.
Con todos estos antecedentes, ¿se puede decir que es la peor crisis del Ministerio de Salud?
En términos de reducción de presupuesto desde luego que sí, porque estamos teniendo el presupuesto de 2008.
En el país hay unos 10 millones de habitantes que no tienen capacidad de pago. Que si gastan de su economía familiar para pagar medicamentos, prótesis, una consulta privada, rayos X, quiere decir que están dejando de pagar alimentos, educación, transporte, vestido, vivienda, arriendo.
Uno no puede dejar de hacer prevención mientras atiende a los enfermos. Uno no puede tener especialistas mientras tiene médicos generales y enfermeras en las comunidades. No se puede comprar medicamentos para el cáncer y dejar de comprar vacunas para los niños. No se puede dejar de invertir en salud por invertir en seguridad o por invertir en procesos eleccionarios o políticos. La salud debe tener una visión integral.
¿Qué debe hacer el Ministerio para salir de esta crisis?
Yo pienso que hay que sincerar las cuentas, hay que decir la verdad. Hay que tener un equipo técnico que pueda explicar a las autoridades de salud lo que pasa. Además, las autoridades de economía y de planificación deben analizar la situación real del sistema de salud en el marco de la situación fiscal del país.
Creo que lo que hace falta es definir una política. Espero que en el plan de desarrollo, que tiene que formular el gobierno este mes, se definan cuáles van a ser las directrices, las metas, las necesidades, las causas de los problemas que se van a intervenir.
Esta es la oportunidad, porque hasta ahora no han tenido un plan que busque soluciones reales, pero que sean técnicas, que no busquen rédito político, que busquen garantizar la vida y la salud de la gente.
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