Orgullo a la distancia; el festival ecuatoriano de cine que emociona a los migrantes en Madrid
La séptima edición del Festival de Cine Ecuatoriano Línea Imaginaria se desarrolla en Madrid hasta el 31 de octubre. La temática migratoria es parte esencial del evento, que también explora la conexión de jóvenes migrantes de origen ecuatoriano con su identidad.

En Madrid empezó la séptima edición del Festival de Cine Ecuatoriano Línea Imaginaria. El público, en su mayoría migrantes, asistió a ver y a reflexionar sobre películas, documentales y cortos en los que, entre otros, se destaca la temática migratoria.
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Soraya Constante
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MADRID. El himno de Ecuador sonó en una sala de cine en Madrid. Mano derecha sobre el corazón, mirada al frente. Luego vino el grito: “¡Sí se puede!”, con el puño en alto. No era un estadio ni un acto oficial, sino la proyección del documental sobre Neisi Dajomes, la campeona olímpica de halterofilia ecuatoriana. Las imágenes de su historia encendieron algo en el público migrante. Durante poco más de una hora, volvieron a sentir ese orgullo que se diluye con la distancia: el de pertenecer a un país que, aunque se dejó atrás, aún pesa en el pecho.
El director, Daniel Yépez, estaba allí, recibiendo aplausos y agradecimientos. Era la primera vez que su película se proyectaba en España, y para muchos fue más que un estreno: un reencuentro con la identidad, con la fuerza y la fe que empujan tanto a los deportistas como a los migrantes. “El filme es reflejo de muchos deportistas, pero también de mucha gente como los migrantes, que han luchado desde cero”, dijo Yépez.
Así comenzó la séptima edición del Festival de Cine Ecuatoriano Línea Imaginaria. Su directora, María Cristina Carrillo, explicó que la programación de este año hace un guiño a la migración masiva que siguió a la dolarización. “Los hilos que dirigieron la selección fueron películas sobre migración, de género suspense o comedia, porque queríamos abrir esta ventana, y obras que hablen de luchas”.
Además del documental sobre Neisi Dajomes, llega a Madrid Guañuna, que cuenta el asesinato de un estudiante de 16 años a manos de la Policía Nacional en Quito, en 2007. La cinta tiene una dolorosa vigencia, como explica su director, David Lasso: “Existe un patrón donde las fuerzas policiales y armadas, cuando se les va la mano, tienen un guion para desaparecer a la víctima”.
También se proyectarán Chuzalongo y Los Wánabis, que exploran nuevos géneros en el cine ecuatoriano, junto a cortometrajes de realizadores emergentes dentro y fuera del país. Algunos abordan temas como la práctica del ecuavóley en Bélgica o la pérdida de recuerdos tras extraviar un ordenador durante el viaje migratorio.

Para explicar el protagonismo de una tortuga como imagen de esta edición, Carrillo citó a la poeta Gloria Anzaldúa, quien utiliza esa figura para hablar del proceso migratorio: “La tortuga simboliza el hogar que el migrante lleva consigo en su desplazamiento y su conexión con la tierra y la resistencia”.
La sala estaba abarrotada de ecuatorianos, aunque también había público español. Al final, los que hablaron (y agradecieron) fueron los migrantes. Muchos se acercaron al director para contarle sus historias, en conversaciones que apenas pudieron continuar por las prisas de la siguiente proyección. Yépez explicó luego que el material se creó para “llenar de orgullo a la gente que se fue”, y lo logró.
Esos diálogos son los puentes que busca tender el festival entre Ecuador y su diáspora. Línea Imaginaria también dedica un espacio especial a los jóvenes con el certamen “Raíces en Movimiento”, donde chicos y chicas de origen ecuatoriano que viven en España exploran su identidad a través del cine. Los cortos finalistas —Despertar, No mires atrás, Todos los mares y Antes de volver— hablan de sus miedos, dudas y formas de entender la migración. Al final del festival se elegirá a los ganadores por voto del público en Instagram y por un jurado.
El encuentro incluye además la mesa redonda “La actuación más allá de las fronteras”, en la que intérpretes latinoamericanos reflexionarán sobre cómo retratar la migración y los roles disponibles para los actores en ese contexto.
Carrillo subrayó que la muestra, que desde 2018 se ha convertido en una cita de la agenda cultural madrileña, “continúa generando espacios de encuentro y de orgullo para una comunidad que no olvida de dónde viene”.
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