Collar de lágrimas, Nuestro juramento o el Juyayay; en fin de año hay una 'playlist' especial para la migración ecuatoriana en España
Llega el fin de año y la música. Para los migrantes ecuatorianos en España es tiempo de nostalgia, pero también de alegría. Preguntamos en Madrid, ¿cuáles son las canciones esenciales de esta época? Esta es una selección.

Artistas escuchados por migrantes ecuatorianos en España. Paulina Tamayo, Tierra Canela, Segundo Rosero, Julio Jaramillo y Don Medardo, entre los gustos musicales de fin de año.
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MADRID. La migración ecuatoriana en España también tiene su propia playlist. Las canciones que acompañan a quienes viven lejos de casa funcionan como una máquina del tiempo: temas que no envejecen porque cumplen una función esencial, la de regresar —aunque sea por tres minutos— al país que quedó atrás.
Para Martha Viñan, fundadora y presidenta de la Asociación Sociocultural y Artística Ecuatoriana en España (Ascae), la canción que corona ese altar nostálgico es “Collar de lágrimas”. “Es más que un clásico”, dice. Viñan lo sabe bien: durante años cantó en el parque del Lago, en la Casa de Campo de Madrid, un punto de encuentro donde los ecuatorianos se reunían a compartir música, comida y recuerdos.
Le siguen otros himnos del desarraigo, como “Camino a España”, un tema que, según Silvia Cachago, fundadora de Ecuatoriana FM, “ha sonado desde siempre” en la radio. En ese mismo registro aparecen las canciones más solicitadas de Julio Jaramillo: “Nuestro juramento”, “El alma en los labios”, “Cuando llora mi guitarra”, “Fatalidad”. Jaramillo no pasa por la radio: se queda.
La nostalgia se completa con títulos como “Faltándome tú”, “Pañuelo blanco” o “Esta pena mía”, canciones que hablan de la ausencia sin metáforas rebuscadas y que activan, casi de inmediato, recuerdos de la familia y del país.
La alegría se suma a la nostalgia
Pero la banda sonora migrante no se queda anclada en la melancolía. Cuando llega diciembre, el ánimo cambia. Cachago lo resume con claridad: para cerrar el año, la cumbia es obligatoria. Las de Pastor López encabezan la lista de pedidos en la radio. “La tristeza se baila”, dice, como quien enuncia una ley no escrita de la migración.
Viñan coincide, aunque su cierre de año tiene nombre propio: Paulina Tamayo. “Nuestra grande del Ecuador”, dice, y destaca especialmente “Las leyes del amor”, una canción que sigue sonando en celebraciones y encuentros comunitarios.
A este mapa musical se suma José Cruz, productor musical y creador de la fiesta El Cumbión, que desde 2020 pone a bailar a migrantes ecuatorianos en España, Holanda y Alemania. Según él, la canción más pedida es “Juyayay”, seguida por los éxitos de Tierra Canela, en especial “Carta de amor” y “Mi joven profesor de amor”. También aparecen clásicos infalibles como “La cumbia chonera”, de Don Medardo, y “Vagabundo, borracho y loco”, de Segundo Rosero.
La banda sonora del migrante ecuatoriano en España termina siendo un puente invisible: de un lado, la memoria que tira; del otro, la fiesta que empuja. Entre el pasillo que duele y la cumbia que salva, la identidad no se diluye. Se canta, se baila y, sobre todo, se queda.
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