Estas son las cinco representaciones del niño Jesús que despiertan mayor devoción en Ecuador
Las procesiones en honor al niños Jesús son uno de los actos de fe más arraigados en la comunidad católica de Ecuador, pues una convoca a miles de fieles de todo el país.

Foto referencial. Imagen del Niño Viajero de Cuenca en el Pregón del Pase del Niño, el 12 de diciembre de 2025.
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Boris Romoleroux/API
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Redacción Primicias
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La Navidad es una de las celebraciones más esperadas por la comunidad cristiana de todo el mundo. Alrededor del nacimiento de Jesús, familias enteras se reúnen para mantener vivas tradiciones que trascienden generaciones.
Una de las más importantes es la Novena. Un momento de recogimiento espiritual en el que los feligreses conmemoran el nacimiento de Jesús, quien es el centro de la fe cristiana.
Su trascendencia histórica ha hecho que la Iglesia lo represente en diferentes advocaciones, que son los nombres que se le da para resaltar aspectos específicos de su vida, misterios o atributos divinos.
En Ecuador hay cientos de advocaciones de Jesús, pero cinco son las más conocidas:

Niño Viajero de Cuenca
Cada 24 de diciembre, Cuenca realiza una multitudinaria celebración conocida como El Pase del Niño Viajero. Una de las expresiones religiosas más importantes de esa ciudad.
La devoción congrega a más de 100.000 fieles en la víspera de Navidad, quienes recorren la ciudad vestidos de pastores, ángeles y mayorales, acompañando al Niño Jesús.
La figura fue tallada entre 1820 y 1830.
En 1961, el arzobispo Miguel Cordero hizo un periplo con la escultura por lugares como Jerusalén, el río Jordán, Roma, El Vaticano.
A su regreso a Cuenca, una mujer muy devota, Rosa Pulla, exclamó: “Ya viene el Viajero”. Y la imagen se quedó con ese nombre.

Niño Rey de Reyes de Riobamba
La fiesta en honor al Niño Rey de Reyes retrata el arraigo de la devoción católica en Riobamba. Esta tradición nació en 1797 tras un terremoto que golpeó a Riobamba y del cual la figura resultó intacta.
La celebración inicia con la Novena que organiza el prioste designado por la familia Mendoza, propietaria de la imagen, y se extienden hasta el 6 de enero, con una procesión desde el tradicional Barrio Santa Rosa hasta la iglesia de la Loma de Quito.
Ahí participan personajes emblemáticos como los danzantes, payasos con sus coplas, los Diablos de Lata, el Sacha Runa y los tradicionales curiquingues.

Niño de Isinche de Pujilí
Toros de pueblo, castillos pirotécnicos, bandas populares, cantos y comparsas, son parte de las celebraciones en honor al Niño de Insinche, en el cantón Pujilí de la provincia de Cotopaxi.
Cada año, esta celebración de Navidad reúne a miles de devotos que veneran al Niño de Isinche, al que se le atribuye una serie de milagros. El 25 de diciembre empieza la fiesta con el tradicional Pase del Niño. En el segundo se celebra la misa con arcos de flores por donde pasa la imagen.
Finalmente, llega el tercer día, al que se lo conoce como el Día de Tareas: una comparsa en la que cada participante tiene una tarea específica durante la celebración.

Niño Carnavalero de Guayaquil
Una de las demostraciones religiosas que despiertan mayor fervor en Guayaquil es el Pase del Niño Carnavalero.
Se trata de una celebración que se realiza cada carnaval desde 1992 en el sur de la ciudad. Esta tradición fue implantada por los esposos riobambeños Julio Carpio y María Velasteguí. Ellos llegaron a Guayaquil con su costumbre de rendirle homenaje el Niño Jesús en esas fechas.
En esta procesión participan danzantes y los tradicionales diablos que se golpean con su cola. Al finalizar el recorrido, la familia Carpio ofrece comida típica de Chimborazo, acompañada de música andina.

Divino Niño de la Cruz en Quito
La devoción por el Niño Jesús también se manifiesta en Quito con diferentes misas que se celebran a lo largo del año.
Una de las más antiguas e la que rinde honores al Niño Jesús del Pichincha o el Divino Niño de la Cruz, ubicado en el Convento e Iglesia de la Inmaculada Concepción.
El Niño Jesús de la Cruz del Pichincha es un punto de devoción popular para pedir ayuda, purificación y conversión. Su nombre nace de una aparición que el Niño Jesús habría tenido en el volcán Pinchincha, luego de que la Virgen del Buen Suceso se le apareció a una religiosa y le dijo: “Levanta tus ojos y mira hacia el Pichincha, ahí verás al Divino Niño".
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