El sacerdote español que llevó a la 'Churonita' a Madrid: así es la procesión de la Virgen del Cisne que une a los migrantes ecuatorianos
En Lavapiés, en el centro de Madrid, los migrantes demuestran su fe. Un sacerdote viajó a Ecuador para traer a la Virgen que reclamaban los ecuatorianos que empezaron a llenar su iglesia.

La comunidad migrante ecuatoriana celebró la procesión de la Virgen del Cisne en Madrid, en el barrio de Lavapiés.
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Edu León
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El padre Juan José Arboli, cubierto por una casulla blanca que resplandece este domingo de septiembre, toma el micrófono y congela por un instante el fervor de los fieles que ya se han arrancado con el canto: “Qué bella eres, Reina del Cisne”. El sacerdote, antes de salir en procesión con la Virgen, quiere saber de dónde han venido y pide gritar “¡aquí!” cuando escuchen el nombre de su provincia. Comienza a desgranar el mapa del Ecuador por el oriente “Sucumbíos, Orellana, Napo…”. A cada nombre, un estallido “¡Aquí!”. En algunas provincias apenas se levanta una voz solitaria, como la de Pamela Zúñiga, de Pastaza. Tiene 46 años y llegó a la iglesia de Lavapiés, en el centro de Madrid, para cumplir una promesa. “Yo le pedí a la Virgen por un hijo mío y me lo cumplió. Ella es muy milagrosa, no la puedo ni ver porque me salen las lágrimas”, dice conmovida. Pamela lleva casi una década frecuentando esta iglesia. “El padre Juan José es una persona muy enrollada. Cuando mi madre murió vine y él le hizo la misa del mes. Él te da bastante, pero bastante”.
La Virgen del Cisne reside en la parroquia de Lavapiés desde 2006. Primero hubo una talla que una familia del barrio entregó a la iglesia, pero por algunas diferencias la imagen fue retirada y terminó en un bar frecuentado por ecuatorianos. Fue entonces cuando el padre Juan José emprendió el viaje a Ecuador para traer la Virgen que reclamaban los ecuatorianos que empezaron a llenar su iglesia. “La fui a buscar a Loja, al Cisne, y fue bendecida en la Basílica del Cisne”.
El padre conoció Ecuador a través de esta devoción mariana. “Ecuador lo conocí por la Virgen del Cisne, antes de su presencia en la parroquia, lo que conocía de Ecuador era muy poquito”. En esos años hizo seis viajes al país de sus fieles más numerosos. “Los viajes tuvieron un carácter más personal y pastoral, visité a las familias de ecuatorianos que vienen aquí a la parroquia, fui a sus casas para conocer los lugares donde nacieron y crecieron”. En ese tiempo y sin la tecnología que hay ahora, él solía llevar las fotos de los familiares en España a Ecuador y viceversa, “iba de casa en casa, hacía fotos, las revelaba y luego las repartía a las familias”.

La Virgen extranjera sale a recorrer el barrio que la acoge y las diminutas banderas de Ecuador que un ejército de voluntarios preparó para este día se agitan. La talla se abre paso por la calle de la Fe sobre los hombros de los voluntarios que se ofrecen a llevarla. Uno de ellos es Juanito Cheme, esmeraldeño, de 60 años. “Todos los años me encarrilo ahí y me meto”, dice, y le resta importancia al esfuerzo. “No es duro porque cuando uno viene con fe donde ella, nada es duro en la vida”. Al ser consultado sobre qué le agradece o pide a la Virgen, menciona “que mejore mi vida y la de mi familia. Y que me ayude en todo”. Cada vez que viaja a Ecuador, visita el santuario.
Hay quienes acuden con sus propias imágenes, como Giovanna Chango, guayaquileña, de 44 años, que ha vestido de azul a la Virgen esta tarde. Hace seis años trajo la imagen a España y la tiene en su casa. A ella le agradece un milagro relacionado con su salud. “Yo tenía una enfermedad y me iban a operar de las manos. Una amiga me hizo conocer a la Virgen. Ella era muy devota y me dijo ‘esta virgencita hace muchos milagros’. Puse todo en ella, mi salud. Y la verdad que sí, desde ahí yo le tengo muchísima fe. No me hizo falta operarme”.
La ‘Churona’ abrió camino a otras devociones latinoamericanas que han llegado a esta iglesia de Lavapiés de la mano del padre Juan José. “Con ella empezó todo, de verdad. La Virgen trajo todo lo demás”. La parroquia se esfuerza por ser “un lugar de acogida para los hermanos que llegan de Hispanoamérica”, dice el padre, y añade que su objetivo es “acercarles a Dios a través de las celebraciones y de las actividades de la parroquia”, y hacer que los migrantes “se sientan queridos y que conozcan a gente, que no se sientan solos”.
La parroquia alberga varias imágenes y cuadros de varias devociones latinoamericanas. De Ecuador han llegado la Virgen del Quinche, la Virgen de Aguasanta de Baños, la Virgen del Colegio, la Virgen del Guayco de Guaranda, Santa Narcisa de Jesús, Santa Mariana de Jesús y el Santo Hermano Miguel. También tienen un cuadro del Señor de la Santa Escuela de Machachi. Además, se venera al doctor José Gregorio Hernández, que aunque es venezolano tiene seguidores en Ecuador, y al Divino Niño, que también es muy querido en Ecuador.

Un estudio cuantitativo en España en 2018 encontró que el 86% de las personas inmigrantes llegaron con creencias religiosas y la mayoría las mantenía tras un tiempo en el país, tal y como se cita en un trabajo de Miguel Osorio García de Oteyza, de la cátedra de inmigración de la Universidad Francisco de Vitoria. Las nacionalidades latinoamericanas, como la ecuatoriana, peruana y colombiana, tienen una mayoría católica. Los ecuatorianos y marroquíes se encontraban entre los más practicantes en España.
La procesión de este domingo ‘La Churona’, que viste capa roja y vestido blanco, sale a la plaza principal del barrio y da media vuelta escoltada por la policía. Las canciones religiosas se mezclan con melodías tristes para el migrante, como “Collar de lágrimas”, que entona el grupo Ascae (Asociación de Artistas Ecuatorianos), pero el ánimo se recupera al cantar “A mi lindo Ecuador”. “Esas canciones son responsables del llanto de la gente porque recuerdan los tiempos en que vino el feriado bancario y empezamos a salir para España”, señala Carmen Verdesoto, integrante del grupo de artistas. Ella es muy creyente, pero de la Virgen del Guayco, también conocida como Nuestra Señora de la Natividad. Se sorprendió al encontrar una imagen de ella en la parroquia. “Esas casualidades de la vida, encontré a la mamá Nati aquí en la parroquia. Tienen un cuadro y por eso le digo al cura ‘¿cuándo le traemos en bulto?’”. Me dice, “cuando ustedes quieran”.

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