Hombre que mandó a robar a su padre de 92 años en Quito irá a la cárcel
Fiscalía informó que el acusado mandó a robar dinero a su padre y los delincuentes maniataron al adulto mayor. Así se descubrió la participación del hijo en este hecho ocurrido en Quito.

Imagen referencial. En Quito, un hombre fue sentenciado a nueve años de cárcel por mandar a robar a su padre, informó la Fiscalía este 17 de septiembre de 2025.
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Redacción Primicias
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Un hombre que mandó a robar a su propio padre de 92 años, fue sentenciado a permanecer nueve años y cuatro meses en prisión. La Fiscalía informó este 17 de septiembre que Segundo Roberto C. A. fue el autor instigador del delito de robo con violencia en Quito.
El hecho se registró la noche del 21 de enero en Puerto Quito, al noroccidente de Pichincha, cuando tres personas llegaron en una moto hasta una vivienda portando armas de fuego para amedrentar al adulto mayor y a sus dos hijos adultos.
La Fiscalía detalló que los delincuentes ataron a las víctimas de las manos con cinta de embalaje, se llevaron celulares y USD 4.169 en efectivo, USD 4.000 que estaban debajo el colchón del adulto mayor.
Los delincuentes huyeron del inmueble, pero al escapar botaron una mochila que contenían la cinta de embalaje y las armas con las que amedrentaron a las víctimas.
"La pericia balística practicada a dichos artefactos concluyó que las armas eran aptas para ser disparadas", agregó Fiscalía.
Hijo mandó a robar y dijo dónde estaba el dinero
Tras la huida, dos de los tres asaltantes fueron retenidos por la ciudadanía en un recinto cercano y confesaron que Segundo Roberto C. A. los contrató “para robar el dinero de su propio padre” e, incluso, les indicó dónde guardaba el efectivo.
En la audiencia de juzgamiento, los jueces escucharon los testimonios de los dos asaltantes, quienes previamente se sometieron a un procedimiento abreviado y fueron sentenciados a 40 meses de prisión.
Además de la prisión, el hombre recibió una multa de 20 salarios básicos unificados (USD 9.400) y el sentenciado deberá pagar una reparación integral de 4.000 dólares a su progenitor, víctima en este caso.
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