“Ecuatorianas Mujeres de Valor”: historias reales que inspiran desde la autenticidad
Lo que comenzó como un diálogo para compartir experiencias, terminó convirtiéndose en una fuente de inspiración colectiva. “Ecuatorianas Mujeres de Valor” reunió a representantes de distintos ámbitos que, desde sus vivencias, mostraron cómo el liderazgo también se construye con empatía, escucha y propósito.

"Ecuatorianas Mujeres de Valor"
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Redacción Comercial
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En un país donde los estereotipos aún marcan el ritmo de muchas trayectorias, la palabra “valor” toma nuevas formas cuando es contada en primera persona. Eso sucedió en el evento "Ecuatorianas Mujeres de Valor", que se realizó en Quito, el pasado 18 de junio. Surgieron relatos profundamente humanos que recordaron que el liderazgo femenino no solo rompe techos de cristal, sino también silencios, miedos e inercias.
La fuerza de lo compartido: propósito, perseverancia y conciencia social
En el primer panel denominado "Mujeres rompiendo barreras, liderazgo y resiliencia en la mujer ecuatoriana", participaron tres figuras de diferentes escenarios; y estuvo moderado por Marcia Yazbek, comunicadora y presidenta de Mujeres por Ecuador.
“Nos damos cuenta de que pasamos por muchas cosas iguales”. Con esa frase, Carla Barbotó, cofundadora de Paccari, ante decenas de asistentes, resumió uno de los aprendizajes más potentes: el reconocerse en la otra también es una forma de empoderarse.
A raíz de su visión empresarial, defendió un liderazgo colaborativo que propone rediseñar el modelo tradicional:
“Trabajar juntos implica reconocer fortalezas, ceder cuando es necesario y priorizar el bien común”.
En esa misma línea, Maite Ulloa, directora comercial corporativa de la cadena Oro Verde, coincidió en que la excelencia se alcanza con propósito, preparación y perseverancia. Llamó a mantenerse unidas y a dar lo mejor en cada acción: “Apoyarnos mutuamente, no solo entre mujeres, sino en todos los ámbitos, es clave para avanzar”, señaló.
Del campo del periodismo, Ximena Aulestia planteó una reflexión crítica: aunque hay avances, aún queda mucho por hacer. “La presencia femenina en medios existe, pero las decisiones se toman mayoritariamente sin nosotras”. Resaltó la necesidad urgente de alcanzar la equidad en la dirección empresarial y en los salarios, y propuso redefinir el rol de los medios con una perspectiva social y transformadora.

Coherencia como motor del cambio
Uno de los momentos más íntimos del evento fue la charla online de Mariana Bermúdez, psicóloga clínica, quien abordó el vínculo entre el empoderamiento femenino y el equilibrio emocional.
“Liberarse de moldes impuestos y cuidar el mundo interior”, fue la invitación central de su intervención. Frente a un entorno que muchas veces exige dureza, ella propuso pausar, sentir y reconectarse con una misma.
"El verdadero empoderamiento empieza cuando dejamos de imitarnos y nos volvemos a escuchar".
También habló del valor de decir “no” sin culpa, de reconocer nuestros límites y de dejar de vivir para complacer. Reivindicó la necesidad de sanar heridas, rodearse de mujeres que eleven y liderar desde la esencia, no de la competencia.
Para ella, la autenticidad y el amor propio no son frases de moda, sino prácticas cotidianas que sostienen un liderazgo consciente, congruente y transformador.

Liderazgos diversos: del arte, el deporte y la actuación
En el segundo panel "Emprendimiento con propósito: mujeres creando prosperidad y abundancia" estuvo coordinado por Rebeca Illescas, directora del Laboratorio Innovación Social Minero Energético de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE). En este espacio también se visibilizaron formas de liderazgo menos convencionales, pero igual de poderosas.
La actriz y emprendedora Shany Nadan defendió la coherencia como base de transformación: “Si queremos una sociedad más justa, tenemos que ser ejemplo desde donde estemos, poner límites, exigir nuestros derechos y no tener miedo de decir que no”.
En el campo deportivo, Sara María Palacios, nadadora de aguas abiertas, habló sobre las barreras que existen, incluso antes de competir: “Solo por ser mujer ya hay una grada que subir. Pero esa grada se está achicando”.
De su lado, la fotógrafa y activista Ana María Chediak aportó una mirada a partir del arte:
“No busco fotos bonitas. Busco imágenes que conmuevan, que denuncien, que creen conciencia”.
Durante su intervención, recordó que el papel de la mujer es crucial en todos los áreas y que equilibrar la representación en ambientes de poder no es solo justo, sino beneficioso para toda la sociedad.

Cerrar brechas: una mirada con enfoque en la política pública
La intervención final del encuentro estuvo a cargo de Ana María Pesantes, secretaria técnica de la Iniciativa de Paridad de Género (IPG) en Ecuador y referente en Economía Violeta con la charla magistral "El poder económico de las mujeres clave para un Ecuador más competitivo".
Pesantes subrayó que la igualdad de género no es solo tarea de las mujeres: los hombres deben involucrarse activamente, sobre todo considerando que el 80% de los cargos directivos están en manos masculinas.
“Cerrar brechas no es filantropía, es una estrategia de desarrollo”.

Avances y desafíos
- Destacó que el país cuenta con leyes clave como la de Economía Violeta, la de Emprendimiento Femenino, la de Reducción de la Brecha Salarial y la de Cuidados, pero aún hay retos estructurales importantes.
También se refirió a cifras preocupantes, como el 77% de informalidad laboral femenina, y defendió la necesidad de avanzar en formalización, sostenibilidad y educación financiera. Recalcó que visibilizar a las mujeres que permanecen invisibles es fundamental para una economía más justa y sólida.
“Ecuatorianas Mujeres de Valor” no solo reunió voces: las conectó. Fue un recordatorio de que el liderazgo auténtico empieza cuando nos reconocemos entre iguales. Y que, juntas, se puede construir un país más justo, diverso y humano.
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