¡Puro esfuerzo! Así fue el camino de Pedro Benalcázar para consagrarse campeón mundial Sub 23 de BMX
El cuencano Pedro Benalcázar hizo historia al ganar la medalla de oro en el Mundial de BMX. Así fue el duro recorrido del deportista cuencano hasta convertirse en el mejor ciclista del planeta.

Pedro Benalcázar, durante una entrevista en Quito con PRIMICIAS, el 10 de abril de 2025.
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Carlos Arteaga / PRIMICIAS
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En el ciclismo, el maillot tricolor es uno de los reconocimientos más grandes que puede obtener un deportista. Es una camiseta única, que solo la puede usar el campeón del mundo, el mejor del planeta.
Y, en Ecuador, tenemos el orgullo de contar con un ciclista que lleva esta imponente camiseta. Se trata de Pedro Benalcázar, quien, en mayo de 2024, hizo historia al coronarse campeón Sub 23 en el Mundial de BMX.
"Es un orgullo, porque es el sueño de todo ciclista, el sueño que tenía desde pequeño. Haberlo logrado me da un empuje para seguir creyendo e ir para adelante", expresa el cuencano en una entrevista con PRIMICIAS.

El ciclista ecuatoriano, de apenas 21 años, es el mejor del mundo, pero la fama no se le ha subido a la cabeza. Al contrario, el azuayo exhibe humildad, cordialidad y respeto. Es esta sencillez la que le ha llevado a la cima de su deporte.
Con emoción, Pedro recuerda sus inicios en esta disciplina. En su natal Cuenca, su madre tenía un restaurante y él se pasaba en las afueras, jugando con su bicicleta. Sus padres lo vieron tan divertido con su juguete que lo llevaron a la pista de BMX.
"Si soy sincero, el primer día que fui, yo lloraba en la pista, porque no quería bajarme del partidor, me daba miedo, pero poquito a poquito me fui quitando ese miedo a las caídas".

Fue en esa misma pista en donde Pedro vio a su ídolo, Alfredo Campo, quien es el principal referente ecuatoriano en el BMX y que asistió a los Juegos Olímpicos de Río 2016, Tokio 2021 y París 2024 y fue campeón en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
"Yo siempre lo veía a él. Cuando ganó el Campeonato Mundial en la categoría juvenil, yo decía, 'garota' (increíble), yo también quiero hacer eso".
Fue así, que, con el paso de los años, Alfredo Campo pasó de ser su ídolo, a ser su compañero de selección y, actualmente, a convertirse en su entrenador.
"Todos mis logros han sido por ayuda de él, que me ha estado apoyando, siempre a mi lado, guiándome. Yo vi cómo fue su camino y él me dio una mano, como compañero y como entrenador".
El camino al título mundial
Pedro Benalcázar estaba destinado a llevar el maillot tricolor. Desde que tenía nueve años, sus papás lo llevaban a los campeonatos mundiales de BMX y el joven cuencano se imaginaba ganando las carreras y consiguiendo la medalla de oro.
Posteriormente, el azuayo demostró que esto no era solamente un sueño, sino que se iba a hacer realidad, ya que se coronó campeón mundial en la categoría Sub 12.
Su talento seguía creciendo y, a los 16 años, Pedro y su familia decidieron que era necesario seguir cosechando esta capacidad en el exterior y el ecuatoriano se mudó a Carolina del Sur.
"Fue una decisión que tomé para poder disfrutar y vivir ese sueño que siempre tuve. Fue mucho más duro de lo que pensé, pero con el tiempo uno se acostumbra a estar lejos, ya que uno sabe que es por algo, por una meta".

Su objetivo era consagrarse campeón mundial juvenil, tal como lo hizo su ídolo Alfredo Campo, pero lamentablemente se cayó en las semifinales. Al no conseguir esta meta, el cuencano no se desanimó y se propuso conseguirlo en la Sub 23.
"Desde que salí de mi casa, el camino no fue fácil, ni rápido. No me fue bien de una, fue un proceso de poco a poco. Más que el talento sobre la 'bici', fue esa resiliencia la que me ha ayudado", reflexiona.
Y, nuevamente, el destino se hizo presente. En 2024, el Campeonato Mundial de BMX se llevó a cabo en Rock Hill, en Carolina del Sur, en la misma pista que Pedro se había entrenado durante todos estos últimos años. "Fue para mí como un día normal yendo a hacer vueltas a la pista".
Fue así que el ciclista tricolor llegó a la final de la categoría Sub 23, listo para hacer historia. Con una gran salida, Pedro se posicionó al frente y nunca soltó la punta de la carrera hasta llegar a la meta. Al cruzar la línea, y luego de abrazarse con su equipo, el ecuatoriano se sentó en el suelo y lloró.
"Se me salieron las lágrimas, fue saber que todo por lo que había pasado había valido la pena. Esa visión, esa meta, se hizo realidad", relata emocionado.
A esto le siguió subirse al primer puesto del podio, ponerse por primera vez el ansiado maillot tricolor, recibir la medalla dorada y entonar, a todo pulmón y con una sonrisa, el himno de Ecuador.
Los sueños continúan
Con solo 21 años, Pedro Benalcázar tiene toda una carrera por delante, para seguir cumpliendo con más sueños y objetivos.
"Gané el Mundial a los 12 años, luego lo gané en el Sub 23 y ahora quiero ser campeón en la Élite", afirma con ambición. "Además, sería un sueño, un orgullo, el poder representar a Ecuador en unos Juegos Olímpicos, significaría el trabajo de toda una vida".
Para conseguir estas nuevas metas, el cuencano recibirá el apoyo de Banco Pichincha y la Fundación Crisfe, por medio de su Programa de Fomento Deportivo, que auspicia a los mejores atletas de nuestro país.
"Estoy muy agradecido, tener este respaldo significa bastante para mí y lo tomo con mucha responsabilidad, porque es una gran oportunidad y una bendición. Ellos me dan el chance de seguir haciendo lo que me gusta y de tener el respaldo para seguir cumpliendo mis sueños".

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