La violencia se toma el fútbol ecuatoriano: cinco jugadores han sido asesinados en los últimos cuatro meses
El asesinato de Mario Pineida, jugador de Barcelona Sporting Club, es el último de una serie de atentados contra futbolistas en Ecuador, en los últimos cuatro meses.

La Policía Nacional toma procedimiento en el lugar donde fue asesinado el jugador Mario Pineida, el 18 de diciembre de 2025.
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El fútbol de Ecuador atraviesa una crisis de violencia causada por bandas de crimen organizado, que también han expandido sus tentáculos hasta las apuestas deportivas.
Desde septiembre de 2025 se han registrado cinco asesinatos de futbolistas, pero el de Mario Pineida es el primero de un jugador de la primera división e integrante de uno de los clubes grandes (Barcelona SC), acostumbrado a ganar títulos nacionales y competir en la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana.
El lateral izquierdo, de 33 años, fue acribillado a plena luz del día en el sector de Samanes, en el norte de Guayaquil, ciudad que se ha convertido en el epicentro de la crisis de violencia que vive el país, situado a la cabeza de Latinoamérica en índice de homicidios, al pasar de seis a 50 por cada 100.000 habitantes en siete años.
El 'pitbull' Mario Pineida inició su carrera profesional en Independiente del Valle y desde 2016 jugaba en Barcelona SC, con el que ganó dos torneos nacionales y llegó dos veces a las semifinales de la Copa Libertadores.
El lateral zurdo también jugó en 2022 en Fluminense de Brasil y en 2024 vistió la camiseta de El Nacional, con la que ganó el título de la Copa Ecuador.
El jugador llegó incluso a vestir la camiseta de la selección ecuatoriana, con la que jugó partidos de Eliminatorias mundialistas y de Copa América.
Las otras muertes violentas
En similares circunstancias fue asesinado, en septiembre pasado, el futbolista Jonathan González, de 30 años, al que sicarios mataron a tiros en una vivienda en Esmeraldas. 'Speedy' militaba en el club 22 de Julio, de la Segunda categoría.

González también había comenzado su carrera en Independiente del Valle antes de llegar a la selección ecuatoriana y pasar por una gran cantidad de clubes, entre ellos los mexicanos Leones Negros, León y Dorados de Sinaloa y el paraguayo Olimpia.
Pocos días antes, también en septiembre, fueron asesinados del mismo modo Maicol Valencia y Leandro Yépez, futbolistas del Exapromo Costa, también de la Segunda categoría de Ecuador, que juega en Manta, ciudad impactada por el crimen organizado.
Mientras que en noviembre ocurrió lo mismo con el juvenil de Independiente del Valle, Miguel Nazareno, en uno de los barrios más convulsos de Guayaquil, donde "lamentablemente fue víctima de la inseguridad que afecta a nuestro país", según señaló el club en el momento que ocurrió el asesinato de su joven promesa.

Por último, en octubre, Bryan el 'Cuco' Angulo, delantero de Liga de Portoviejo, sobrevivió a un ataque similar perpetrado por sicarios, después de que varios futbolistas de este equipo hubiesen recibido amenazas de muerte previas a un encuentro contra Búhos, según denunció el propio club.
Angulo, de 30 años, vistió anteriormente las camisetas de los mexicanos Cruz Azul y Xolos de Tijuana, así como del brasileño Santos y del boliviano The Strongest. También llegó a ser parte de la Selección en las Eliminatorias para el Mundial de 2022.
Los futbolistas ecuatorianos tampoco se han escapado de los secuestros que han proliferado en el país por parte de bandas criminales, como le ocurrió en diciembre de 2024 a Pedro Pablo Perlaza, quien fue secuestrado junto a un amigo en Esmeraldas, ambos rescatados tras un intenso tiroteo entre la Policía y los secuestradores, luego de varios días cautivos.
Y en abril de este año, un grupo criminal también trató de secuestrar al futbolista del Emelec Jackson Rodríguez al irrumpir en su casa y llevarse a su esposa y a su hijo, quienes lograron ser liberados al día siguiente.
Todo esto, en medio de una crisis de amaño de partidos que ensucia a todas las categorías del fútbol ecuatoriano. De hecho, un jugador (que prefirió el anonimato, por seguridad) contó en PRIMICIAS que fue amenazado de muerte por negarse a arreglar un partido. Por eso tuvo que huir del país.
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