¿Beccacece ya está en el podio de los mejores entrenadores de la historia de la Tricolor, pero nos da coraje admitirlo?

El tiempo y la distancia siempre ponen todo en su lugar, aunque a veces se tardan un poco. Lo que antes era malo, ahora es bueno y hasta recomendable. Y de esa verdad no escapan los entrenadores de la Selección Nacional de Ecuador, que siempre son apaleados por la crítica cuando están en el cargo, pero luego son valorados un poco mejor después de algunos años.

Hoy, por ejemplo, se aprecia mucho lo que aportó Dusan Drascovik al fútbol de Ecuador, en especial la introducción del método científico para elegir jugadores. Pero sus resultados absolutos fueron un desastre: no ganó nada, no fue campeón ni con la Tri ni tampoco en ningún club, y se comió la Copa América de 1991 por terquedades como la de alinear al jovencísimo arquero Erwin Ramírez. 

En su epoca, Dusan Drascovik fue criticado duramente por sus resultados, pero hoy se lo considera el iniciador del salto de calidad de las selecciones nacionales, un revolucionario, un visionario. 

Hoy, Sebastián Beccacece vive algo parecido. El DT argentino ha logrado números que lo colocan entre los mejores entrenadores de la Tricolor de todos los tiempos. Nadie había logrado un invicto de 15 partidos seguidos. Nadie había finalizado una eliminatoria con tanta autoridad, sobre todo en defensa. Incluso, pudo alcanzar el bombo 2 del sorteo mundialista, una obsesión algo sobredimensionada dada la cantidad de selecciones, ¡y se logró, pese a los malos augurios!

Pero Beccacece recibe un 'hate' monumental. ¡Esto es tan ecuatoriano!

Ya hemos explicado por qué Beccacece genera rechazo. Pero hay algo más que las alineaciones siempre sorprendentes, los convocados sorpresa o el estilo de juego, que no gusta porque se aleja a los años en que se corría por las bandas, arrasando a los rivales con potencia. 

Lo que pasa es que el éxito de Beccacece arruinó la narrativa de que la Federación Ecuatoriana de Fútbol es un desastre. Eso es todo. El fiasco de Beccacece debía ser el principal argumento para deslegitimar a los dirigentes y así preparar la llegada de "los que sí saben" de fútbol a la FEF. Pero no les salió. Con Ecuador instalado en el bombo 2, el éxito de la era Beccacece hasta ahora es rotundo, innegable, porque la discusión estética no tiene cabida aquí.

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Por supuesto, ahora se dice que Ecuador hará un mal Mundial "si sigue jugando así". Pero eso ya es el colmo del cinismo, porque en realidad hacer un mal torneo es una de las posibilidades del fútbol, deporte de imponderables en que todo puede pasar por factores que se escapan del control de los jugadores, el cuerpo técnico y los dirigentes. Equipazos candidatos al título se han hundido en la fase de grupos, así que a Ecuador, con un plantel con límites, le puede pasar.

A estas alturas, proclamar que Ecuador fracasará en el Mundial carece de valor porque equivale a la predicción de una pitonisa que 'lee' los residuos de té en una taza. Es como predecir el fin del mundo: claro que llegará, señores, qué chiste tiene decir eso.

En todo caso, lo objetivo es que hoy Beccacece ya ha logrado un cupo en el Mundial, algo que ya registraron Hernán Darío 'Bolillo' Gómez, Luis Fernando Suárez, Reinaldo Rueda y Gustavo Alfaro. O sea, solo hay cinco DT que lo han conseguido, así que Beccacece integra el olimpo de los entrenadores de la Selección, aunque les dé coraje a sus detractores.

De estos eximios entrenadores, solamente Suárez pudo pasar de ronda, por lo que esa es la marca a superar en 2026 para que la participación de la Tricolor sea considerada como un éxito o, como les gusta decir últimamente, "histórico". Hay razones para pensar que será un Mundial interesante para Ecuador. Esperemos a que la lista final de jugadores sea revelada y qué grupo le toca a Beccacece.