Con Tiago Nunes, Liga de Quito deja atrás la etapa de los técnicos pasantes y de equipos chicos

La directiva que encabeza Isaac Álvarez, presidente de Liga Deportiva Universitaria, se niega a entregar la corona a mitad de año. Ha perdido a Pablo 'Vitamina' Sáchez, un entrenador que calzó muy bien en LDU y que tuvo éxito, a pesar de que salió peleado con la hinchada. Pero los dirigentes intentan llenar este vacío con el DT Tiago Nunes, que de entrada se trata de un estratega costoso y de jerarquía para el medio ecuatoriano.

Por eso, por el esfuerzo que implica extender el prespuesto para traer a Nunes, la primera conclusión es que Liga realmente apuesta a lo grande, como un brioso jugador de casino que confia en su mano y se mantiene en la partida. No se retira, sino que redobla las fichas.

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Además, no solo se trata de un entrenador 'cariñosito', como decimos en Quito a lo gravoso, sino que Nunes es el entrenador más interesante de los que hasta ahora ha contratado Isaac Álvarez. 

El primero que llegó tras el final de los Paz fue el español Josep Alcácer, prácticamente un pasante, pues no había dirigido en Primera, y cuyas novatadas le costaron caro en la 'U': perdió la final de la Recopa ante Fluminense, fue eliminado de la Copa Libertadores y se marchó a los cinco meses, cuando las opciones de ganar la primera etapa de la LigaPro 2024 estaban agotadas.

Luego vino el argentino (pero chilenizado) Pablo Sánchez. Es verdad, 'Vitamina' no era un pasante pues su trayectoria era larga, pero jamás había tenido la oportunidad de dirigir a un club grande por los países en que trabajó. Tampoco se trataba de un ganador: lo máximo que celebró fue el título de Primera B con Universidad de Concepción. Con Liga, curiosamente, pudo saborear un título estelar por primera vez.

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Pero ahora llega Tiago Nunes, un DT de 45 años, diferente, más linajudo. Se ha sentado en los banquillos de Corinthians, Gremio y Botafogo, además de Universidad Católica de Chile y Sporting Cristal de Perú. Y con Athletico Paranaense ha conquistado los títulos de la Copa de Brasil, la Copa Suruga Bank y, sobre todo, la Sudamericana de 2018.

Así, la apuesta es ambiciosa en LDU: con Nunes se quiere avanzar lo más lejos posible en la Copa Libertadores, el torneo fetiche de los albos, y luchar por un inédito tricampeonato.

Pero no solo eso: la intención es, por fin, que los nuevos dirigentes desarrollen un proceso similar al de Jorge Fossati o Edgardo Bauza, de al menos un par de años. Esa era la intención con Alcácer y con Nunes se retoma esta meta.

Habrá que ver si Nunes refresca la pantilla y, sobre todo, si se gana a la hinchada alba, que presiona a niveles que caen en lo irracional. Por lo pronto, la era Nunes ha comenzado en el Rey de Copas.