Sábado, 27 de abril de 2024

Josep Alcácer resignó los dólares de Arabia, para dirigir a Liga de Quito

Autor:

Santiago Guerrero Vinueza

Actualizada:

24 Mar 2024 - 5:59

Fue jugador de fútbol, pero se retiró a los 23 años y se dedicó a estudiar. Habla cinco idiomas y eligió venir a Quito para enfrentar el mayor reto de su carrera: dirigir a Liga Deportiva Universitaria.

Josep Alcácer, en el Centro de Alto Rendimiento de Liga de Quito, en Pomasqui, el 1 de febrero de 2024.

Autor: Santiago Guerrero Vinueza

Actualizada:

24 Mar 2024 - 5:59

Josep Alcácer, en el Centro de Alto Rendimiento de Liga de Quito, en Pomasqui, el 1 de febrero de 2024. - Foto: Santiago Guerrero / PRIMICIAS

Fue jugador de fútbol, pero se retiró a los 23 años y se dedicó a estudiar. Habla cinco idiomas y eligió venir a Quito para enfrentar el mayor reto de su carrera: dirigir a Liga Deportiva Universitaria.

Josep Alcácer llegó a Quito los primeros días de enero y se puso a trabajar. No conoce casi nada de la ciudad. La única ruta que hace todos los días es desde su departamento, en el sector del Parque La Carolina, hasta el Centro de Alto Rendimiento de Liga, en Pomasqui.

El tiempo se le esfuma entre reuniones, sesiones de entrenamiento, charlas con los jugadores, evaluaciones y partidos amistosos. Hay días en los que ni siquiera alcanza a hablar por teléfono con sus tres hijos, que se quedaron en España. Su única obsesión, por ahora, es Liga.

El entrenador de 44 años sabe que se enfrenta al mayor reto de su carrera. "Dirijo al equipo más importante de Ecuador", dice convencido, en una charla con PRIMICIAS.

De hecho, por eso resignó los dólares que le ofrecían en Arabia, para venir a dirigir a Liga Deportiva Universitaria. "Iba a ganar mucho más dinero, pero no todo es plata en la vida".

Josep Alcácer es un tipo cordial. En pocos días se ha ganado el respeto del 'Mundo Liga', que está a la espera de los resultados del plantel para juzgarlo.

Por ahora, el entrenador valenciano se esfuerza en encontrar el mejor rendimiento de su equipo para enfrentar el partido de su vida: la Recopa Sudamericana, ante Fluminense.

¿Dónde se formó como entrenador?

Empecé a formarme desde que empecé a jugar al fútbol. Fui un jugador que intentaba ir más allá del juego. Empecé a fijarme muy pronto en lo que pasaba conmigo y con mis compañeros. Tuve una carrera corta, me hubiese gustado tener una carrera más larga, porque siempre digo que es la mejor profesión del mundo. Debuté en tercera categoría con 18 años, pero hubo dos cosas que limitaron mi carrera: una lesión de rodilla, pero la otra es que por destacarme en mi equipo, me invitaron a unos entrenamientos con el Valencia y ahí ya noté que no sabía si me iba a dar, que para ser futbolista profesional necesitas ser un elegido y mi sensación es que no lo era. Empecé a pensar que mi carrera como futbolista, lamentablemente no iba a ser todo lo larga que me hubiera gustado. Pero me apasionaba el fútbol y siempre fui un entrenador en la cancha, ayudaba a mis compañeros, orientaba, entonces empecé a formarme.

¿A qué edad se retiró del fútbol?

A los 23 años, cuando me di cuenta de que no me iba a dar para vivir de esto y que lo único que iba a hacer es fastidiarme a nivel deportivo. Eso sí, sabía que mi carrera la quería relacionar con el deporte, evidentemente me apasionaba el fútbol, por eso hice mis estudios en educación física.

¿Cuándo empezó a estudiar y dónde estudió?

Estudié la licenciatura en educación física, cuando terminé el bachillerato, a partir de los 18 años. Y a los 21 ya empecé con los cursos de entrenador porque era mi motivación, era lo que me gustaba y porque quería saber más. Cuando empecé a querer ser entrenador, se escuchaba mucho a Arrigo Sacchi y al Milan, entonces me apunté a la academia de italiano y pedí una remesa de 20 libros en italiano sobre táctica para empezar a crecer en ese ámbito. Mi formación ha sido continua y sigue siendo continua, porque al final yo aprendo todos los días con los chicos. Los entrenadores con los jugadores somos como los padres con los hijos, que pensamos que les estamos enseñando, pero continuamente son ellos los que nos están enseñando.

¿Qué piensa cuando se acuerda de Valencia, su ciudad?

Soy de Liria, en el interior, a unos 30 kilómetros de Valencia. Soy un privilegiado por poder trabajar en lo que me apasiona, en lo que me gusta. Mis orígenes están en otra parte, pero los entrenadores tenemos la maleta siempre preparada y donde tenemos una oportunidad vamos para intentar trabajar y que las cosas salgan bien.

Usted dijo que rechazó una oferta, por venir a Liga. ¿Cuál fue?

Desde que salimos de Granada, con Aitor Karanka, me estuve preparando. Hubo opciones y las descartamos, unas por temas familiares, otras por temas económicos, otras por tema profesionales. Cuando me llamaron de Liga, estaba a cuatro días de tomar un avión con dirección a Arabia. Había un proyecto ahí, en un fútbol emergente, con una apuesta importante, pero cuando apareció Liga de Quito, recalculamos y elegimos.

¿Por qué eligió Liga?, ¿en Arabia no iba a estar más tranquilo y ganar más dinero?

Bueno, no todo es dinero. Aquí tenía un reto apasionante y eso estaba por delante del factor económico. Evidentemente, iba a ganar más dinero en Arabia, pero puse por delante mi carrera profesional y la posibilidad de enfrentarme al reto de dirigir Liga de Quito, el mejor equipo de Ecuador.

¿Qué iba a hacer en Arabia?

Ser entrenador también, dentro de un cuerpo técnico, con un staff árabe. Querían potenciarlo y querían que yo fuera el entrenador, el director de la metodología de funcionamiento del equipo.

¿Habla varios idiomas?

Lo intento, creo que es clave, culturalmente, no por el trabajo. Hablo castellano porque es el idioma de mi país, el valenciano que es el propio de mi zona, me defiendo en inglés, estudié algo de francés, en el italiano creo que puedo defenderme. Depende de los contextos, pero siempre me gustó y creo que es importante por crecimiento personal.

¿Quién lo llamó para venir a Liga?

Me van a ir conociendo y se van a dar cuenta de que soy una persona muy discreta. No voy a hablar de nombres ni de momentos, pero si voy a decir que hubo varias reuniones con mucha gente de Liga en las que expuse cómo yo entendía esto, cómo llevaba a cabo mi pasión. Ellos me presentaron el proyecto y a partir de ahí apareció una sinergia que nos llevó hasta este momento.

¿Usted conocía de Liga de Quito?

Liga venía de hacer las cosas muy bien, evidentemente. Venía de ganar la liga local y la Sudamericana. A los que seguimos el fútbol, no nos da para ver todas las ligas todos los fines de semana, pero sí para estar alerta y conocer lo que está pasando en una liga donde ha habido otros entrenadores españoles, donde el seleccionador es español, entonces la información nos llega y nosotros la consumimos.

¿Fue sorpresiva la llamada de Liga?

En el fútbol no hay sorpresas o hay sorpresas siempre. Al final, estamos abiertos a que pueda sonar el teléfono un día o que pueda estar dos meses sin sonar. En ese sentido, tenía bastante encaminado lo de Arabia, pero cuando sonó el teléfono y nos reunimos, entendí que esta era la mejor opción.

¿Es momento de trabajar 24 horas al día?

Siempre ha sido así. No es algo que haga por estar en Liga. Siempre me he tomado mi trabajo con la seriedad que merece.

¿Qué tan difícil es dejar a la familia e ir a dirigir al otro lado del mundo?

Es lo más difícil. Además yo tengo niños pequeños, pero ellos entienden cuál es mi profesión. La primera es mi esposa, que me banca en todo lo que hacemos. Y a nivel personal, creo que es una experiencia que nos puede venir muy bien, no el hecho de estar separados, sino el hecho de vivir en otras culturas. Así que lo vemos desde el punto de vista profesional, pero también desde el punto de vista familiar.

¿Cómo conformó su cuerpo técnico?

Creímos que era el mejor para Liga de Quito, porque juntamos gente que venía de trabajar en Europa muy cercana a mis ideas, más gente que conoce muy bien la casa y el fútbol ecuatoriano, que nos aceleraba los procesos de conocimiento de lo que significa el fútbol aquí. El fútbol es el mismo en todos lados, pero se vive de forma diferente y descubrirlo cuánto antes es clave para ganar tiempo.

¿Para eso han sido importantes Miguel Herrera, Adrián Gabbarini y Humberto Preti?

Sin duda. Ellos me dan intangibles que yo hubiera tardado no sé cuántos años en tenerlos, en saber cómo piensa un jugador ecuatoriano, cómo funcionan las competiciones, cómo funcionan los arbitrajes, el día a día. Me acelera procesos. Si hubiera venido solo, sin ese apoyo, me hubiese tenido que equivocar muchas veces hasta descubrir las cosas. Teniéndolos a ellos siento que me voy a equivocar mucho menos, porque ellos me alertan y me enriquecen sobre lo que significa el fútbol aquí.

¿Qué tan importante es Miguel Herrera?

Él es el jefe del área de rendimiento, es una persona más del cuerpo técnico, se encarga del control de cargas, del control del funcionamiento, creo que es una persona que tiene su papel importante. Creo mucho en los cuerpos técnicos, no podía ser de otra forma. Formé parte de muchos de ellos durante mucho tiempo y creo que la sinergia dentro del cuerpo técnico es un potencial que nos ayuda mucho a trasladar a los chicos lo que queremos y a competir de mejor forma.

¿Usted se va a meter en el trabajo de formativas?

Yo no me voy a meter en el trabajo, pero la comunicación va a ser constante. Cualquier equipo necesita de las formativas para crecer deportiva y económicamente, porque al final son muchas veces el sostén del club. Durante la pretemporada hemos contado con muchos chicos, con participación activa en el día a día y en los partidos. Creemos mucho en la gente joven, pero no vamos a regalarles nada. Lo que se están ganando es por su trabajo y por su constancia.

¿Usted piensa poner juveniles en su equipo?

Si es bueno, no importa la edad. Lo importante es que el chico sea bueno y esté preparado. Evidentemente, les va a faltar experiencia, pero hay que encontrar un contexto en el que los chicos puedan potenciarse, un contexto donde ellos puedan con la presión. Hay que manejarlo bien. Las expectativas de la gente alrededor de los jugadores de formativas siempre son muy altas, pero hay que dejar a los chicos crecer, jugar y que ellos se expresen.

¿Por qué Liga no prestó a Óscar Zambrano y Sebastián González para el Preolímpico?

Se juntaron varios aspectos. Una pretemporada tan exigente, con retos grandes nada más empezar, requería tener a la mayoría de la plantilla disponible. También había una situación de cambio de dirigencia. No sabíamos si se podía contratar o no. Lamentamos que no pudieran ir al Preolímpico, porque era la ilusión de los chicos, pero entendíamos que dada la premura y el poco tiempo que tenemos para preparar un reto tan importante, necesitábamos a los jugadores con nosotros.

¿Qué puede aportarle la línea española al fútbol ecuatoriano?

No sabría definir una línea española. Benito Floro fue un entrenador adelantado a su tiempo, que le dio importancia a cosas que ahora les damos vital importancia, que hizo un gran trabajo en Albacete, que luego fue el Madrid en un momento complicado y tuvo un año difícil, pero fue un entrenador referente para los que empezábamos, porque anticipaba cosas que luego pasaron. No creo que haya una línea española, creo que al final los entrenadores venimos a intentar dar lo mejor de nosotros para ayudar a los chicos a sacar el mayor rendimiento.

El 75% de La LigaPro se va a jugar en la altura, ¿Liga hace un trabajo específico para eso?

No. Nosotros hacemos un trabajo integrado. No diferenciamos el trabajo físico del trabajo táctico y del trabajo técnico, sino que lo integramos todo. En ese sentido tenemos mucho control de cargas, de las intensidades, los GPS nos dan muchos valores que tienen un factor potente a la hora de programar y saber el estado. Pero no le prestamos especial atención a la altura. Lo único, cuando viene algún chico del llano, hacemos un proceso de adaptación, como lo necesitaba yo en los primeros días para sobrevivir a la altura.

¿Le preocupa la Recopa?

El equipo trabaja muy bien y eso es lo que me preocupa, el día a día, verles bien, verles convencidos de lo que hacemos, verlos entregados cada entrenamiento. Me preocupa terminar de conformar la plantilla, tenemos un rival enorme delante, campeón de la Libertadores y que nos lleva cierta ventaja competitiva porque ya empezaron la liga. Nosotros debemos aprovechar los días y seguir creciendo como equipo. Ustedes han visto los amistosos y han visto una pequeña evolución en el equipo y eso es importante. A la medida que va llegando gente nueva y se va adaptando a lo que queremos, ganaremos en competitividad.

Lleva cinco victorias en cinco amistosos, ¿qué sensación tiene?

Que los chicos han trabajado muy bien. Evidentemente me gusta ganar. Creo que Liga tiene que ganar y los chicos lo saben. Tenemos la obligación de ganar todo lo que nos enfrentemos, porque somos Liga. Pero claro, mi análisis va un poquito más allá. Me fijo en lo que hacemos bien, en lo que no, para ir mejorando. Eso va a ser siempre, no solo en pretemporada. Vamos a empezar a competir y vamos a encontrar rivales que nos van a poner en situaciones incómodas y nosotros tenemos que ser capaces de resolverlas y eso requerirá que vayamos avanzando en nuestra idea de juego y que sigamos creciendo.

¿Y cuál es su idea de juego?

La idea de juego, o los sistemas de juego, que ustedes le dan mucha importancia, tiene un punto de partida muy muy claro, que son los chicos, que es lo que tenemos, cómo les potenciamos, cuáles son sus virtudes, cuáles son sus defectos. Si nosotros somos capaces de potenciar sus virtudes, de esconder sus defectos y de que entiendan, que vayan en una misma dirección de una idea de juego, que al final esa es la importancia y para eso solo hay una receta que es trabajo, trabajo y más trabajo y nos estamos focalizando en eso.

¿Cuántos refuerzos faltan por llegar?

Es difícil esa pregunta, en el sentido de que no hay un número establecido. No voy a desmentir ni posiciones ni nombres, creo que hay que trabajar siempre en silencio y en la buena línea. Evidentemente, han salido jugadores importantes en las plazas de arriba, por eso creo que debemos seguir reforzándonos, porque tenemos delante retos de mucho nivel y necesitamos tener la plantilla lo más competitiva posible.

¿Cuándo tendrá tiempo para conocer Quito?

Espero que pronto. Tengo muchas ganas, aunque son más las obligaciones que las ganas. Pero quiero ir aquí a la Mitad del Mundo, al Centro Histórico y a todos esos barrios que me recomiendan continuamente. Quiero disfrutar la gastronomía de aquí, que no he podido mucho. Espero que la carga de trabajo vaya bajando y podamos compatibilizarlo con algo que es importante que es empaparme con la cultura. Soy un afortunado de venir a este lado y disfrutarlo.