Sueños convertidos en empresas: ecuatorianos en Estados Unidos crean negocios e impulsan su país con remesas
Desde pequeños negocios hasta cuantiosas remesas, la comunidad ecuatoriana en Estados Unidos redefine la migración como un motor binacional de poder económico. Lejos de ser silenciosa, hoy palpita con fuerza a ambos lados del continente.

Daniel Tenorio, emprendedor ecuatoriano en Nueva Jersey, impulsa sus productos en un supermercado de Nueva York
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Selene Cevallos
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NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS. Las remesas enviadas desde Estados Unidos hacia Ecuador no son solo transferencias monetarias; son expresiones cotidianas de afecto traducidas en dólares. En 2024, Ecuador recibió USD 6.540 millones en remesas, lo que equivale a aproximadamente el 5,3 % del Producto Interior Bruto (PIB), según cifras del Banco Central del Ecuador (BCE). Cerca de dos tercios provino desde Estados Unidos, consolidando su posición como el principal emisor.
Solo en el primer trimestre de 2025, las remesas ya suman USD 1.174 millones marcando una tendencia creciente, especialmente desde ciudades como Nueva York, y los estados de Nueva Jersey y Florida, donde se concentra la mayor parte de la comunidad ecuatoriana.
Pero el impacto no se detiene allí. Según un estudio reciente del Migration Policy Institute (MPI), el 88% de los hogares que reciben remesas las destinan a necesidades básicas: alimentación, salud y educación. El dinero de los migrantes sostiene no solo familias, sino también economías locales enteras.
“Aquí aprendí que no vine a empezar de cero, vine con una historia, con herramientas y con una causa. Y eso vale más que cualquier pasaporte”.
Daniel Tenorio, Propietario de The Muuca
Armando Zumba, oriundo de Cañar, Ecuador, llegó a Estados Unidos en 2001 tras una travesía de nueve meses y los bolsillos llenos de sueños. Empezó limpiando vidrios y oficinas, enfrentando barreras de idioma y adaptación, hasta que la construcción le abrió las puertas. Con esfuerzo incansable, pasando jornadas de jardinería a pintura, y luego emprendiendo por su cuenta, Armando transformó la incertidumbre en oportunidad, fundando su propia empresa: AAZQ Construction LLC. “El trabajo duro nunca me asustó; siempre supe que cada día sudado aquí era una semilla sembrada también en mi tierra”, cuenta.
Hoy, Armando no solo sostiene su vida en Groton – Connecticut, sino que extiende su éxito al Ecuador, donde ha construido una casa y levantado un pequeño negocio. Su historia es la de miles de ecuatorianos que redefinen la migración como un puente económico y emocional entre dos patrias que laten al mismo ritmo de su esfuerzo.
“El trabajo duro nunca me asustó; siempre supe que cada día sudado aquí era una semilla sembrada también en mi tierra”.
Armando Zumba, de Cañar, propietario de AAZQ Construction LLC

Emprendedores del otro lado: cuando el sueño se convierte en empresa
Si bien las remesas representan el rostro más visible de la contribución económica, hay otro fenómeno igual de transformador: los emprendimientos ecuatorianos en suelo estadounidense.
The Muuca es un claro ejemplo del impacto económico que los ecuatorianos generan desde el exterior. La empresa nació del empeño de Daniel Tenorio, migrante ecuatoriano nacido en Salcedo, Cotopaxi, que, tras años de trabajo en el sector alimenticio en Ecuador, decidió apostar por un sueño en Estados Unidos. Entre 2012 y 2014, su experiencia en “El Ranchito” y una asociación industrial fue clave para adquirir conocimientos que más tarde aplicaría en su emprendimiento. En 2019, formalizó la creación de una empresa especializada en la importación de productos lácteos ecuatorianos que hoy opera desde Nueva Jersey.
Desde entonces, The Muuca no solo ha logrado posicionarse entre la comunidad latina, sino que también ha tejido un puente comercial entre Ecuador y Estados Unidos. La compañía maneja todo el proceso de importación y distribución, y sus productos —como el queso fresco o el dulce de leche— llegan a familias migrantes deseosas de reconectar con sus sabores de origen. Esta empresa simboliza cómo la migración no es solo un fenómeno humano, sino también económico: genera empleo, activa cadenas logísticas binacionales y preserva la identidad cultural a través del consumo.
Como The Muuca, cientos de negocios impulsados por ecuatorianos florecen en Estados Unidos. Aunque no existen cifras oficiales desglosadas por nacionalidad, el U.S. Census Bureau confirma que los negocios propiedad de latinos han crecido de forma sostenida en la última década. Dentro de esta ola de emprendimiento, los ecuatorianos han dejado su huella en sectores como la alimentación, la construcción y los servicios, tejiendo nuevas formas de pertenencia a miles de kilómetros de casa.
Es la consolidación de una migración que ya no solo envía dinero, sino que también genera empleo y marca huella cultural en los barrios”, señala Andrea Ocana, especialista en Derechos Humanos, Movilidad Humana y Equidad de Género.

Fuerza laboral esencial: el otro rostro de los esenciales
En Nueva York, informes locales del Departamento de Protección al Consumidor y al Trabajador (DCWP) reconocen que los migrantes latinoamericanos —entre ellos ecuatorianos— sostienen buena parte del servicio de entregas a domicilio. En los campos agrícolas de California y Florida, su aporte también es palpable: según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, alrededor del 6% de los trabajadores agrícolas migrantes provienen de Sudamérica, región de donde procede una parte importante de la migración ecuatoriana.
“Los ecuatorianos están en todos lados: en los hospitales, liderando una empresa, puntual en su oficina a las 09h00, en la construcción, en la limpieza, en los techos bajo el sol, y en los trenes subterráneos de Nueva York”, afirma Andrea.
Según datos del Banco Central del Ecuador, en 2024, los trabajadores ecuatorianos enviaron más de USD 2.700 millones desde Estados Unidos. a través de medios formales como bancos, servicios de envío o aplicaciones móviles.

Un puente que crece en dos direcciones
El aporte de la comunidad ecuatoriana en Estados Unidos no se limita al dinero. Es un fenómeno de ida y vuelta que redefine las nociones de ciudadanía y pertenencia. Muchos de estos migrantes —más de 700.000, según datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS)— construyen familia, comunidad y negocio sin cortar el cordón con su país de origen.
Hoy, en plena era digital, un ecuatoriano puede crear una empresa en Nueva York, registrar su marca en Quito y vender productos por TikTok a una clientela en Guayaquil. La migración dejó de ser un punto de partida; se volvió una estrategia transnacional de supervivencia y éxito.
Como dice Daniel, el dueño de la Marca The Muuca: “Aquí aprendí que no vine a empezar de cero, vine con una historia, con herramientas y con una causa. Y eso vale más que cualquier pasaporte”.
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