Belén Sánchez, la ecuatoriana que rastrea nuevas voces latinas desde Nueva York
De Texas al Berklee College of Music y ahora como disquera independiente, esta joven artista ecuatoriana construye su propia carrera mientras abre camino a otros talentos en Estados Unidos.

Lejos De Casa, es el primer sencillo de Belén Sánchez junto a la Banda Brava.
- Foto
Belén Sánchez
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Nueva York, Estados Unidos. 2017 marcó un antes y un después en su vida. Hace ocho años, Belén Sánchez aterrizó en Texas con una especie de brújula interna: el anhelo de transformar su pasión musical en un proyecto tangible. Llegó con la convicción de que su voz y sus letras tenían un lugar en un mundo que apenas estaba conociendo.
Al principio, la realidad no fue amable. Tras convivir un año con familiares, tuvo que emanciparse y entrar de lleno en una vorágine de supervivencia. Su primer apartamento propio le dio la bienvenida con facturas, contratos de alquiler y la soledad del inmigrante, mientras compaginaba múltiples empleos sin relación alguna con la música: mesera, atención al cliente, reparto. Todo para mantenerse a flote.
Y mientras tanto, lidiaba con un choque cultural constante y un inglés que cortaba sus palabras, corría contra la pronunciación y coleccionaba cada nueva expresión como si fuera un trofeo. Eso habría desalentado a muchos. A ella no.
Durante la pandemia, en ese eco de incertidumbre que retumbaba en todo el planeta, sintió una sacudida interna: un wake up call que la obligó a replantearse el camino. No se refugió en lo predecible y aplicó a su sueño, el Berklee College of Music, para cursar el Bachelor of Arts in Music Business Online. Su entrada virtual a Berklee cambió por completo su impulso: durante cinco intensos años se empapó de la industria musical, aprendió a descifrar contratos, estrategias, tendencias digitales y networking. Se convirtió en estudiante y, pronto, en agente de su propia carrera.
"La música me encuentra y me rescata".
Belén Sánchez, artista
El destino le tejió una oportunidad inesperada a través de un colega: llegó a Independent Co. —una discográfica independiente— como A&R, siglas en inglés de Artista y Repertorio. En términos simples, su trabajo consiste en descubrir talento emergente, especialmente voces latinas. Belén ya no solo sueña con cantar: ahora ayuda a que otros también encuentren su espacio en la industria.

Desde su actual residencia en Nueva York —la ciudad donde los acentos confluyen y la música se multiplica en cada esquina— ella se dedica a rastrear artistas independientes con propuestas auténticas. El proceso va más allá de oír una canción: implica revisar redes sociales, presencia en prensa, interacción con el público y, sobre todo, comprender la historia detrás de cada letra. “No se trata solo de escuchar música nueva, sino de conocer el mensaje que el artista está narrando”, explica con la pasión de quien ha vivido cada obstáculo de ese camino.
Y su propia historia le da autoridad. En entrevistas y redes —donde comparte versos suyos como fragmentos de diario— ha hablado de noches sin dormir y de la alquimia secreta que se instala cuando las palabras del corazón encuentran acordes. Letras que huelen a casa, en las que aparece la añoranza por la familia, la nostalgia y los colores de su niñez, los sueños interrumpidos y la determinación por construir otros nuevos.
“Cada verso es una mochila que llevo conmigo”, confiesa en Instagram, donde sus publicaciones más íntimas reciben cientos de comentarios de personas que se sienten comprendidas.
Ahora, como A&R, usa esa sensibilidad para descubrir otras voces latinas. Su radar incluye el trap ecuatoriano con fusiones andinas, el pop urbano con tintes soul, e incluso rap en español que abraza la poesía callejera. Para ella, el éxito de un proyecto nace de la honestidad de quien lo crea.
Su consejo para los jóvenes talentos que sueñan desde Ecuador es simple en tono, profundo en contenido:
“Recuerden siempre el instante preciso en que la música tocó su alma. Ahí está la motivación real. Lean, aprendan, asistan a conferencias y permanezcan conectados con otros profesionales. La industria es red y encuentro”.
Belén Sánchez
No olvida sus raíces; habla del orgullo de volver la mirada al país que la formó y de su deseo de contribuir con “un granito de arena” para edificar la industria musical ecuatoriana.
Hoy su historia, tejida con dificultades y victorias, no busca el sendero fácil. Su relato ofrece algo más: un mensaje de resistencia, de vocación activa y de talento que se abre paso con trabajo. Belén representa a esa generación bilingüe que construye su lugar entre las notas, las redes y las aspiraciones, sin olvidar que, de Guayaquil a Nueva York —o donde el viento la lleve—, la música es el lenguaje universal al que siempre regresará.
Compartir: