Construcción del nuevo Museo Nacional de Ecuador, una de las promesas de Noboa, se prevé para 2027
El presidente Daniel Noboa ofreció la construcción del Museo Nacional en su discurso de posesión. El Ministerio de Cultura ya gestiona los primeros pasos del museo que, si se cumple lo planificado, tendrá sede propia y será financiado mediante una alianza público-privada.

Esquina de las avenidas Eloy Alfaro y República, lugar donde se prevé la construcción del Museo Nacional de Ecuador, 3 de junio de 2025.
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En su discurso de posesión ante la Asamblea, el pasado 24 de mayo, el presidente Daniel Noboa anunció una obra emblemática para su periodo 2025–2029: la construcción del Museo Nacional del Ecuador, un proyecto que busca dotar al país (por primera vez en su historia) de una sede propia para resguardar y exhibir su patrimonio cultural.
Hoy, el plan ya dio los primeros pasos, según Galo Sandoval, viceministro de Cultura y Patrimonio. El terreno para el nuevo museo, por ejemplo, fue transferido oficialmente al Ministerio.
El nuevo terreno es un lote de 13 mil metros cuadrados, ubicado en una de las zonas más estratégicas de Quito: frente al parque La Carolina, en la intersección de las avenidas República y Eloy Alfaro, a pocos metros de una estación del Metro.
Hasta ahora, el Museo Nacional funciona en la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
“El Museo Nacional no tiene una infraestructura propia, está funcionando en una parte de la Casa de la Cultura. Tenemos una colección de 2,4 millones de bienes y menos del 1% está expuesto al público. Esta es una deuda histórica con el país”
Galo Sandoval, viceministro de Cultura y Patrimonio.
Un museo financiado con inversión mixta
Según el plan del Gobierno, el proyecto de nuevo museo será desarrollado bajo un modelo de alianza público-privada, el primero de carácter social. La Secretaría de Inversiones Público-Privadas ya está involucrada en el proceso. El perfil del proyecto será presentado oficialmente en los próximos días.
El presupuesto estimado oscila entre USD 90 y 100 millones, y se prevé incluir infraestructura complementaria que genere ingresos para garantizar la sostenibilidad del museo. Esto podría incluir locales comerciales, parqueaderos y otros espacios de uso mixto.
“Esperamos iniciar la construcción en un plazo de año y medio. Ya contamos con el terreno y estamos afinando el diseño”, dijo el viceministro de Cultura.
Actualmente, en la zona donde se levantará el Museo existen dos concesionarias de vehículos y colindan con un patio de comidas. Los representantes de esos negocios serán notificados con antelación cuando se requiera la desocupación del predio, dijo el funcionario.

Cuatro plantas para la historia del país
El área útil proyectada del nuevo Museo Nacional será de 25.000 metros cuadrados distribuidos en, al menos, cuatro plantas, exclusivamente dedicadas a exposiciones, reservas técnicas, laboratorios de conservación e investigación.
Además de ofrecer al público un espacio moderno e interactivo, el nuevo museo solucionaría un problema logístico: actualmente, las colecciones están dispersas en varios edificios en Quito, lo que dificulta su manejo y preservación.
Entre los tesoros que guarda la reserva nacional (pero que no están en exhibición) destacan piezas prehispánicas como el Sol de Oro de la cultura Tolita y las sillas de la cultura Manteña, además de documentos como el pasaporte original de Alexander von Humboldt.

“Las industrias culturales y creativas representan un 8% del empleo a escala mundial y más del 3% del PIB. Esta obra no solo dinamizará la economía, sino que aporta al tejido social”, enfatizó Sandoval.
En los próximos días se instalará un showroom temporal en el terreno del futuro museo, donde se presentarán detalles del proyecto y una muestra representativa de las colecciones que posee el país.
Una mirada histórica a los museos nacionales
Héctor López Molina, investigador histórico, puso en contexto la importancia de este tipo de instituciones: “Los museos nacionales surgieron con fuerza tras la Revolución Francesa. Son espacios para representar la identidad de un país y reunir sus múltiples culturas en un solo lugar”.
“La gente busca museos más interactivos, más cercanos. Este proyecto puede permitirnos repensar la forma de contar nuestra historia, desde una mirada más inclusiva, educativa y contemporánea”.
Héctor López Molina, investigador histórico.
Si los tiempos se cumplen tal como está previsto, será en 2027 cuando el país empiece a ver la construcción del espacio propio para custodiar y celebrar su memoria, del pasado y presente.
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