Fabrikante lanza EP ‘Flow de Galápagos’ tras quedarse varado en el archipiélago
El disco del músico guayaquileño tiene cuatro canciones y un micropodcast, grabado en colaboración con músicos de Galápagos y otras partes de Ecuador y el mundo.

El músico guayaquileño Fabrikante lanza EP Flow de Galápagos, en mayo de 2025.
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Diana González/PRIMICIAS
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Luego de tocar en el Festival del Mar en la isla San Cristóbal de Galápagos, Fabrikante tuvo un problema con su vuelo de regreso a Quito.
“Flow de Galápagos surge de un problema con una aerolínea, que me canceló el vuelo y entonces me quedé unos días más en las islas”, explica el músico guayaquileño.
“Fue muy estresante y hubo rabia contenida", añade, pero lo resolvió como mejor sabe: con música.
Dice que como estaba “chiro”, no podía costearse un tour, entonces dijo: “me voy a poner a hacer música con la 'pipol' que está acá”.
Así nacieron estas cuatro canciones y un minipodcast, con las colaboraciones de Álvaro Badía, ‘Punkfeliz’, guitarrista de los Swing Original Monks; Categal, un representante de la electrocumbia ‘darks’, según explica Fabrikante; el jamaiquino Kirnan John; y Fede Idrovo, de la banda galapagueña Arkabuz.
El músico explica que la idea fue grabar en Galápagos, en donde hay artistas cuya música no llega tanto al continente.
Según detalla, con ‘Punkfeliz’ hizo un “merengue pop industrial” llamado 'Tanta Vela'; con Categal, una electrocumbia psicodélica en dos partes, llamada 'Visión Azul' (Pt 1 y Pt 2), en la que Kiernan colabora en la parte 1.

Con Fede crearon un folk playero chill al que bautizaron 'Agua Dulce Chatham'. Sobre este tema, cuenta: “En esta canción grabaron también Juana Monk (voz de Swing Original Monks) y Moi Snchz (...) yo no lleve mi laptop y esta canción la grabamos con el micrófono de cámara GoPro, compusimos, nos la aprendimos en unos minutos y así grabamos, todo en tiempo record. Moi agarró unos adornos del lugar y unos termos y así se hizo la percusión, fue como ser niños otra vez”.
Sobre esta manera ‘informal’ de grabar, cree que a veces hay un derroche de recursos al hacer música y eso no quita que la música que se hace sea mala, entonces, a veces es bueno recordar que “con poco se puede hacer algo bonito”, comenta.
"La gente a veces se olvida que es el sentimiento lo que hace al arte. Este es un disco grabado en las condiciones menos favorables, pero con harto feeling, corazón y harto profesionalismo".
Fabrikante
Sobre el micropodcast, aprovechó que “Fede es una biblioteca, no te imaginas lo que es hablar con él, es una enciclopedia, algunas cosas las grabé, las musicalicé y nació este micropodcast de Galápagos”.
Con las raíces ecuatorianas profundas
Fabrikante nunca olvida sus raíces cuando hace música, sobre todo las de la ‘cojta’, como le dice a la Costa ecuatoriana, de donde es oriundo.
Opina que el arte es siempre más bonito cuando se relaciona con su alrededor, con la particularidad regional.

“Ecuador, al ser muy pequeño, tiene una facilidad de perder la continuidad de sus manifestaciones culturales. Por ejemplo, son poquísimas las radios que ponen música nacional y hay un interés perverso en eso, porque el 90% de la música que se pasa genera un dinero que se va a Miami”, porque aunque los artistas no sean de allá, las disqueras sí lo son.
Entonces, complementa, los ecuatorianos se identifican con música hecha a miles de kilómetros de distancia. A mí me gusta todo, la música del mundo, pero también me gusta rodearme de manifestaciones cercanas y compartirle a la gente, como digo yo: música de tu tierra.
Por eso hizo este disco, con un nombre que hace homenaje a Galápagos y homenaje a un disco de Héctor Napolitano, llamado ‘Son de Galapagos’, que para él tiene gran calidad.
¿Cómo se llama el género que hace Fabrikante?
El guayaquileño dice que, así como existe el regional mexicano, el creo su propio género al que llama tribal ecuatoriano. En él, mezcla ritmos populares con instrumentos del pasado y del futuro: pueden ser silbatos de barro, zampoñas con plumas, dispositivos electrónicos, computadora o sonidos hechos con su boca.
Pero aclara que “no es como en el reggaetón, que usan música midi, organizada para dar notas y acordes perfectos. Es algo más instintivo o primitivo, con sintetizadores análogos que son más impredecibles, ecualizar en vivo. Me gusta la tecnología pero también la humanidad, el error”.
Música en soledad
En la faceta de Fabrikante, el trabajo es muy solitario. Cuenta que le gusta tocar con gente, pero por diversos motivos, como los económicos, a veces no es posible.
Además, siente que, como en el país no existe una industria cultural desarrollada, no hay tendencias grandes, eso impide que haya un gran número de personas que se identifican con una sola cosa, lo cual es bueno y malo.
“Me ponen trescientos mil trillones de bandas argentinas y me suenan igual, no mal, pero marcan una tendencia (...) Aquí la música y la creatividad no están estandarizadas.
Sobre ser músico en Ecuador, enfatiza: "El destino aquí te dice: 'no te dediques a la música, dedícate a otra cosa, ponte un restaurante de comida... El que se dedica al arte es porque tiene la enfermedad del artista, porque realmente lo ama"

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