Urdesa frente al dilema de impulsar su crecimiento vertical en Guayaquil | ¿Modernización o pérdida de identidad barrial?
Un plan municipal busca regular actividades en Urdesa, en el centro-norte de Guayaquil, densificar y renovar la esencia barrial. Experto advierte riesgo de gentrificación y de perdida del valor patrimonial.

Una imagen referencial de la avenida Víctor Emilio Estrada en Urdesa, un barrio tradicional del centro-norte de Guayaquil, con arquitectura moderna del siglo XX de valor patrimonial.
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Municipio de Guayaquil
Autor:
Alexander García
Actualizada:
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El emblemático barrio de Urdesa, uno de los sectores más tradicionales en el centro-norte de Guayaquil, se encuentra en una encrucijada urbanística que divide opiniones entre quienes ven en los planes de crecimiento vertical una oportunidad de revitalización y quienes alertan sobre los riesgos de perder su identidad patrimonial.
El Plan Urbanístico Complementario de Urdesa, impulsado por el Municipio de Guayaquil, propone entre otras cosas renovar la esencia barrial, regular el crecimiento en altura y estudiar la posibilidad de desarrollar un polo de crecimiento vertical en zonas específicas.
El proyecto propone un nuevo modelo de ordenamiento urbano a implementar hasta mediados de 2026 y abarca la intervención de un polígono que cuenta con 2.634 predios, distribuidos en 193 manzanas y en una extensión de 185,20 hectáreas.
La propuesta municipal busca atender problemáticas como el abandono del uso residencial, la fragmentación comunitaria y la saturación de actividades comerciales que han transformado el carácter original del sector, según el Municipio -lo que ha devenido en la pérdida de viviendas tradicionales-.
Sin embargo, surgen alertas sobre riesgos al implementar procesos de densificación sin estudios técnicos rigurosos que protejan el valor arquitectónico y patrimonial de un barrio que conserva edificaciones de la arquitectura moderna de mediados del siglo XX.
Así es la propuesta municipal
Jorge Luis Arévalo, director de la Dirección de Urbanismo, Movilidad, Catastro y Edificaciones (Dumce), explica que el plan urbanístico parcial de Urdesa surge como respuesta a la diversificación no planificada de usos que se ha generado en los últimos 10 o 15 años.
"Lo que busca es generar un diagnóstico para poder zonificar adecuadamente los sectores residenciales, comerciales y de bares y discotecas, de manera que se puedan integrar a través de una ordenanza y que no exista ese abandono que existe actualmente en el tema residencial", señala.
El plan municipal contempla cuatro ejes principales:
- La recuperación del uso residencial mediante incentivos y regulación de actividades por sector.
- La revalorización de la vida comunitaria a través de espacios colectivos, recreativos y turísticos.
- La regulación del crecimiento en altura y densidad, delimitando los espacios válidos para densificar con torres residenciales a fin de preservar la armonía arquitectónica y valor histórico del barrio, pero también proyectando su potencial futuro, de acuerdo a la delimitación municipal del proyecto.
- La priorización de la movilidad peatonal con mejoras en el espacio público, en un sector donde la prevalencia del vehículo se impone sobre la movilidad sostenible.

Arévalo señaló que dentro de la visión del proyecto está "promover desarrollo vertical" con la posibilidad de levantar torres de departamentos y opciones habitacionales para estudiantes y ciudadanos con diferentes necesidades a las actuales, aunque delimitando las zonas a densificar, según estudio.
El proceso incluirá un levantamiento de información como el que ya se hizo en el centro histórico de la ciudad y un estudio de mercado para identificar los segmentos interesados en residir en Urdesa.
La participación ciudadana será clave en la toma de decisiones a través de asambleas ciudadanas, según el funcionario, y el plan busca establecer parámetros que faciliten también los permisos para restaurantes y bares de manera más flexible, según una zonificación. Los tiempos apuntan a que una nueva ordenanza de Urdesa esté publicada hasta el primer semestre de 2026.
Riesgos: desde saturación a gentrificación
El arquitecto Ricardo Pozo, coordinador del Observatorio Urbano y Territorial, plantea serias reservas respecto al plan y advirtió sobre los riesgos de aplicar planes de crecimiento vertical en barrios con valor patrimonial como Urdesa, sin estudios rigurosos que avalen la zonificación de torres residenciales.
Pozo, docente investigador de la Universidad Católica de Guayaquil, señaló que la densificación puede ser positiva como estrategia para optimizar usos del suelo y reducir la expansión de la ciudad, pero dijo que se requiere primero contar con un plan maestro que actúe como filtro técnico, objetivo y ético.
Además alertó que, en barrios tradicionales como Urdesa -la primera ciudadela satélite de Guayaquil, construida a partir de 1955-, este tipo de proyectos puede tener efectos adversos para la comunidad.

El urbanista identifica cuatro riesgos principales:
- Posible saturación de redes de agua potable, electricidad y saneamiento, sin contar con mayor congestionamiento vehicular en calles y avenidas, con posible deterioro de la calidad de vida si el proceso no se acompaña con inversión en servicios e infraestructura.
- Alteración del perfil urbano, una transformación física del paisaje por el cambio de alturas y la forma de los contornos urbanos, puede terminar afectando el paisaje original y creando posibles desequilibrios visuales y funcionales en el entorno.
- Pérdida de viviendas de interés arquitectónico. Las casas mas grandes de Urdesa se levantaron en terrenos de 800 a 2.000 metros cuadrados con amplios jardines frontales como marca. La arquitectura moderna del sector prioriza el volumen, líneas rectas y volados rectangulares.
- Procesos de gentrificación que expulsen a los residentes originales. Cuando se permite construir en altura, el valor del suelo aumenta automáticamente, explica el experto. Los propietarios descubren que es más rentable vender el terreno para levantar edificios que conservar las casas existentes. Además, con la revalorización aumentan los arriendos. Esto puede obligar a las familias arrendatarias a abandonar el barrio al no poder pagar los nuevos precios. Con la llegada de nuevos desarrollos y residentes de otro perfil económico, los habitantes originales son reemplazados.

“Cuidado con la presión del mercado”
El experto también advierte sobre tomar decisiones guiadas por la presión del mercado inmobiliario, pues se corre el riesgo de dejar de lado la protección de la calidad de vida y del patrimonio urbano.
"Hay que tener cuidado con la presión del mercado, porque va a buscar el máximo lucro del suelo. Pero eso puede significar la destrucción de la cohesión barrial o el valor patrimonial", señaló.
Aunque, según el arquitecto, se puede estudiar el crecimiento vertical en zonas deprimidas o con pérdida de valor del suelo, afectados por inseguridad y abandono, en el marco de un plan maestro, pues debe estar acompañada de una intervención integral para revitalizar el espacio público, dijo.
También se podría decidir densificar en ejes viales con dinámica comercial consolidada, pero nunca en áreas residenciales con valor patrimonial, apuntó.
"Urdesa cuenta con edificios y viviendas de valor patrimonial. Tal vez no han sido catalogados como patrimoniales por el INPC, pero sabemos que hay una riqueza en cuanto a arquitectura, diseño urbano, historia e identidad que lo hacen un barrio potencialmente patrimonial".
Ricardo Pozo, arquitecto y urbanista.
Pozo recordó experiencias internacionales —desde las colonias tradicionales de Ciudad de México hasta barrios de Barcelona y Buenos Aires— donde la falta de planificación en procesos de densificación derivaron en protestas vecinales, pérdida de identidad barrial y, más tarde, deterioro de la habitabilidad.
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