80 años de la bomba atómica en Hiroshima: Japón refuerza su campaña de desarme nuclear
En medio de tensiones mundiales por el uso de armas nucleares, Japón ha mantenido su posición de impulsar que Hiroshima y Nagasaki sean las últimas ciudades que tuvieron que sufrir los efectos de una bomba atómica.

La Cúpula Genbaku, un edificio conservado desde 1945, ubicado a pocos metros del hipocentro en el que cayó la bomba atómica, en la ciudad de Hiroshima.
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Estefanía Celi / PRIMICIAS
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Desde Tokio, Japón. El pasado 6 de agosto de 2025 se cumplieron 80 años desde que Estados Unidos atacó la ciudad de Hiroshima, Japón, con una bomba atómica, que causó la muerte de más de 70.000 personas. El aniversario se da en medio de tensiones mundiales por el aumento de armas nucleares y la falta de transparencia en algunos países sobre su tenencia.
Un oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón, en diálogo con PRIMICIAS, aseguró que el número de armas nucleares ha disminuido desde la Guerra Fría. En esos años, se calculaba que existían más de 75.000 armas atómicas, mientras que ahora habría aproximadamente unas 12.000 en todo el mundo: el 90% en posesión de Rusia y Estados Unidos.
Japón, en cambio, no tiene armas nucleares: decidió renunciar a ellas e impulsar el desarme y la no proliferación, por ser el único país que ha sufrido los efectos de una bomba atómica. Sin embargo, sus vecinos China y Corea del Norte han incrementado su arsenal en los últimos años. Y en febrero de 2026 perderá vigencia el tratado Nuevo Start, para la reducción de armas nucleares entre los Estados Unidos y Rusia.
Esto plantea un panorama preocupante en cuanto al futuro de las armas nucleares, y la posición de Japón, que impulsa una campaña para que Hiroshima y Nagasaki sean las últimas ciudades que sufrieran los efectos de una bomba atómica. El país impulsa por ello iniciativas para que la tecnología nuclear se usada, por ejemplo, para generar electricidad, no para hacer daño.
Pero el último informe del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (Sipri, por sus siglas en inglés) concluye que los arsenales de las potencias nucleares son cada vez más modernos y potentes.
Hiroshima difunde el mensaje de paz
Ante esta realidad, Japón se ha enfocado en difundir el mensaje de que las ciudades de Hiroshima y Nagasaki deben ser las últimas que sufrieron una bomba atómica. Y gran parte de ese esfuerzo se centra en Hiroshima, una ciudad que logró preservar parte de los efectos del ataque nuclear.
En la zona que rodea el hipocentro, el lugar exacto de la explosión (que en realidad fue desde el cielo, a 600 metros de altura), la ciudad construyó un parque, que conmemora a las víctimas. Uno de los lugares emblemáticos es la Cúpula Genbaku, o Memorial de la Paz. Se trata de un edificio de ladrillo ubicado a pocos metros del hipocentro, que fue gravemente afectado, pero que no se destruyó por completo. Se mantiene en pie como recordatorio de los efectos de la bomba atómica en esta ciudad.

En ese edificio funcionaba como lugar de exposiciones de la Prefectura de Hiroshima. A las 08:15 del 6 de agosto de 1945, la bomba atómica estalló a aproximadamente 600 metros de altura y 160 metros hacia el sudeste del edificio. La explosión causó la muerte de todos quienes estaban en su interior.
A pocos metros de ahí, al otro lado del río, un parque reúne varios monumentos en conmemoración de las víctimas. Uno de los más visitados recuerda a Sadako Sasaki, una niña que sobrevivió al bombardeo, pero que poco después contrajo leucemia. Varios de los sobrevivientes a la bomba atómica desarrollaron algún tipo de cáncer.
La historia de Sadako Sasaki es una de las más conmovedoras, que se recoge también en el Museo Memorial de la Paz. La niña dobló cientos de grullas de papel, haciendo honor a una leyenda que decía que se le concederá cualquier deseo a la persona que logre armar 1.000 grullas. Pero aunque logró el objetivo, murió a los 12 años de edad.

Las historias de Hiroshima
El Museo Memorial de la Paz reúne las historias de quienes murieron el día del ataque o poco después, a través de la memoria de quienes sobrevivieron, los llamados "hibakusha". A lo largo del recorrido guiado, se puede oír las narraciones de las familias buscando a sus seres queridos.
La bomba cayó a las 08:15 de un lunes, es decir que los pobladores de Hiroshima estaban despiertos y activos, comenzando su día. La ciudad quedó destruida en segundos, con incendios a lo largo de toda la zona de impacto, que se extendió por unos 13 km2. Se estima que entre 60.000 y 80.000 personas murieron instantáneamente.
En el Museo, se reúnen decenas de objetos carbonizados o derretidos por la ola de calor. También una pared que muestra las gotas de lluvia negra, una precipitación radiactiva que cayó sobre Hiroshima unas dos horas después del bombardeo, que combinó las cenizas y el hollín de los intensos incendios con la humedad del aire y partículas radiactivas. Y unas gradas de lo que fue un banco, donde quedó grabada la sombra de una persona que estaba sentada.
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