El polémico Dalai Lama anunció que tendrá sucesor ¿qué dilema político con China hay en eso?
El líder del budismo tibetano, el Dalai Lama, ha dicho que su sucesor no será chino, mientras Pekín trata de intervenir en el futuro del Tíbet, una región que China tomó a la fuerza en 1950.

La pantalla de una televisión muestra un video grabado del Dalai Lama en un temblo en McLeod Ganj, India, el 2 de julio de 2025, para anunciar que tendrá un sucesor.
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EFE /EPA / STRIGNER
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El Dalai Lama, polémico ganador de un Nobel de Paz y líder del budismo tibetano que en 2023 fue criticado por haberle pedido a un niño que le bese, ya ha anunciado que tendrá un sucesor que dará continuidad a la institución de su religión, pero con un detalle que no simpatiza al gobierno chino.
El líder budista, que vive exiliado en India, ha anunciado que tendrá un sucesor, quien será elegido únicamente por el Gaden Phodran Trust, en una directa afrenta a China, que ha exigido que el próximo dalai lama sea chino y que se adopten procesos electorales aprobados por Pekín.

El Gaden Phordan Trust es una fundación que tiene su sede en Suiza y que recibe su nombre del antiguo nombre oficial del Estado tibetano. Sirve como oficina personal del Dalai Lama.
El Dalai Lama y el Gadeon Phodran Trust que elegirá a su sucesor, son respectivamente una figura y una institución determinante del futuro del Tíbet, región que por más de 300 años fue soberana, hasta su ocupación de parte de China a mediados del siglo XX.
Histórica tensión entre Pekín y el Tíbet
La intervención china en esta región, y hacia esta religión, tiene larga data.
En 1950, Mao Zedong ordenó a las tropas armadas del Parido Comunista Chino tomar Tíbet, al afirmar que debía ser parte permanente de China.
Desde 1959, cuando ocurrió un levantamiento fallido en contra del gobierno chino, Pekín considera al Dalai Lama como un "peligroso separatista".

La exigencia de Pekín de que el sucesor del líder tibetano sea chino surge después que el actual Dalai Lama afirmó que su sucesor será una persona nacida fuera de China, a la vez que ha pedido a sus fieles que rechacen a cualquier persona que sea elegida por el gobierno chino.
La intromisión gubernamental en este proceso tradicional del budismo tibetano no es reciente.
En 1995, Pekín secuestró e Gedhun Choekyi Nyima, un niño de seis años que había sido reconocido como el panchen lama.
El panchen lama es la segunda figura espiritual más importante del Tíbet, que reconoce y legitima la reencarnación del Dalai Lama.

Dalai Lama rechaza influencia ajena
Ahora, el gobierno de Xi Jinping presiona para que el proceso no dependa del Gaden Phoram Trust, sino que se realice mediante un "sorteo de la urna dorada", que consiste básicamente en escribir los nombres de niños candidatos en tablillas que se colocan en una urna para después extraer una de esas tablillas al azar.
"La reencarnación del dalái lama, el panchen lama y otras grandes figuras budistas deben ser escogidas mediante sorteo de una urna de oro y aprobadas por el gobierno central", ha recalcado la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mao Ning.

En contraste, Tenzin Gyatzo, quien es considerado la 14ª reencarnación del Dalai Lama, ha reiterado que únicamente la Gaden Phoram Trust es la que tiene la autoridad para reconocer a su próximo sucesor, esto debido a la ausencia del panchen lama.
"Nadie más tiene la autoridad para interferir en este asunto", afirmó el líder religioso que también es conocido por haber ganado el Premio Nobel de la Paz en 1989.
La elección del próximo Dalai Lama puede tomar varios años, pues los monjes deben encontrar a un niño que haya nacido casi al mismo momento en que el anterior líder espiritual murió.
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