El 'zar' de la frontera de Trump se enfrenta al papa Francisco: "Que se centre en la iglesia"

El zar fronterizo de Donald Trump, Tom Homan, arremetió este 11 de febrero contra el papa Francisco después de que el pontífice calificara de "importante crisis" las deportaciones de migrantes en Estados Unidos.

"Quiero que se centre en la iglesia católica y arregle eso y nos deje a nosotros la vigilancia fronteriza", dijo Homan a periodistas en la Casa Blanca cuando se le preguntó por las declaraciones del papa Francisco.

Horas antes, Francisco, había enviado una carta a los obispos de Estados Unidos, y en un gesto poco frecuente de los sumos pontífices entró de lleno contra la política de deportaciones masivas de Trump. 

El papa pidió a la Iglesia católica de Estados Unidos, cuyo ala más conservadora no comulga con el pontífice argentino, que se oponga a la narrativa que discrimina a los migrantes.

La misiva suena también como respuesta a la declaración del vicepresidente James David Vance quien, en una entrevista con la CBS, acusó a los obispos de "recibir USD 100 millones para ayudar a los migrantes".

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Vance se preguntó si sus críticas al Gobierno tenían como objetivo proteger "sus negocios" y no reflejaban una preocupación sincera por las deportaciones.

"El amor cristiano no es una expansión concéntrica de intereses que poco a poco se amplían a otras personas y grupos. Dicho de otro modo: ¡El ser humano no es un mero individuo, relativamente expansivo, con algunos sentimientos filantrópicos!", escribe el papa en su carta.

Las palabras de Vance fueron incluso tachadas de "escandalosas" por el arzobispo de Nueva York, el cardenal Timothy Dolan, uno de los más cercanos a Trump, y que ofreció oraciones en sus dos tomas de posesión.

Francisco rechaza las deportaciones

Con su carta, Francisco intenta así unir a la Iglesia católica de Estados Unidos -que apoya a Trump en temas como el aborto o la cuestión de género- en un frente común contra las deportaciones.

"Exhorto a todos los fieles de la Iglesia católica, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a no ceder ante las narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a nuestros hermanos migrantes y refugiados", se lee en su misiva.

El papa ya había definido la hipótesis de deportaciones masivas como "una vergüenza", pero esta vez va más allá y, sin mencionar nunca explícitamente al inquilino de la Casa Blanca, considera que "lastiman la dignidad de muchos hombres".