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La mirada semanal
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Fernando Astudillo
Director Digital
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El conflicto armado interno que vive Ecuador traspasó fronteras. No es solamente la deportación desde Argentina de la familia de Adolfo Macías, alias Fito, el único termómetro para analizar. Es la dimensión, movilización y cuidados que están tomando algunos países de la región para impedir que la violencia del otrora país de paz no impacte en sus territorios. Veamos algunos escenarios:
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Argentina deporta a la familia del cabecilla de Los Choneros, escondida en Córdoba, pero aún este Gobierno tiene incógnitas por resolver
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Colombia, que ya había militarizado su frontera con Ecuador, sospecha que Fito se esconde en su territorio, pero luego su Inteligencia apunta a que va a Bolivia. .
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Bolivia despliega uniformados para buscar a Fito.
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Perú refuerza su vigilancia fronteriza, se alista para recibir presos peruanos desde Ecuador y dice que no halla evidencia de que su armamento militar llegue a su vecino país.
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En Brasil, Ecuador es espejo de lo malo y se debate que Lula y su aversión a la mano dura contra el crimen, sean caldo de cultivo para replicar el caos ecuatoriano.
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El presidente Boric dice que “Chile no es Ecuador”, tras asesinato de una niña de 10 años.
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Desde Venezuela, Nicolás Maduro ofrece asesoría a Daniel Noboa para controlar la crisis carcelaria.
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Y desde Ecuador, se espera que la Corte Constitucional apruebe un acuerdo de operaciones con Estados Unidos, vinculado a actividades marítimas transnacionales ilícitas.
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Familiares del líder de Los Choneros, alias 'Fito', llegan a Guayaquil, el 19 de enero de 2024.
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"El Gobierno de Lula teme que el caso de Ecuador pueda acabar levantando las críticas que habían recibido sus gobiernos anteriores de no ser los suficientemente severos con los criminales y de no haber abordado con coraje el tema dramático de las cárceles brasileñas, consideradas unas de las más violentas del mundo". Juan Arias, en El País.
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Ya dentro del país, los ecuatorianos miran con respeto la labor sacrificada de sus militares y policías que están dando golpes a los ahora denominados grupos terroristas (hay 2.578 detenidos del 9 al 20 de enero). Pero sigue la preocupación que —pese al estado de excepción vigente, a la declaratoria de un conflicto armado interno y a los evidentes cambios en la estrategia de los uniformados en territorio— esta semana se vivió el asesinato de César Suárez, un fiscal a cargo de casos estratégicos, y la violencia, en general, continúa: según cifras de la Fiscalía, Ecuador ha sufrido un ataque terrorista cada tres horas, analizando del 1 al 13 de enero.
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César Suárez, fiscal asesinado, llevó casos emblemáticos como los de Corrupción en hospital del IESS y Daniel Salcedo; el caso de Álvaro Ponce; Mafias del IESS; desfalco al Isspol; Caso Metástasis y asalto a TC Televisión.
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Es un conflicto que muestra facetas preocupantes en Quito, como el hallazgo de un arsenal en una casa en Cumbayá o de 130 tacos de dinamita abandonados en una unidad de policía comunitaria en San Roque, pero que sobre todo ahonda aún más la crisis económica que vive el país. Es un momento de dureza para sectores, como el turístico, que esperan eventos especiales cada año. Un ejemplo es la suspensión de las fiestas de carnaval en Guaranda o en Ambato y los anuncios de cancelaciones de reservas en hasta un 80% que lamentan las agencias y hoteleros.
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