Economía Amarilla

Plataforma ecuatoriana para el agro se exportará a República Dominicana y Perú

Una plataforma que usa blockchain, desarrollada por Kruger Corporation, que se enfoca en la trazabilidad para impulsar a los pequeños y medianos agricultores prepara su arribo este año a dos países de la región.

Autor: Redacción Empresas

Actualizada:

31 Mar 2024 - 22:55

Una plataforma que usa blockchain, desarrollada por Kruger Corporation, que se enfoca en la trazabilidad para impulsar a los pequeños y medianos agricultores prepara su arribo este año a dos países de la región.

Desde el 2021, el equipo de Kruger Corporation viene desarrollando una plataforma que utiliza blockchain para el agro. Eso les ha permitido ya contar con un portafolio de clientes de cuatro empresas (tres ecuatorianas y una colombiana), dedicadas a la producción de granadilla, arándanos, artesanías y quinoa, que utilizan su sistema. La meta es ingresar en mayo de este año a República Dominicana y finiquitar las conversaciones con clientes en Perú. Con ello, apuntan a su objetivo de sumar 200.000 agricultores a la plataforma.

Pero, ¿cómo entender el alcance del proyecto que alcanzó el primer lugar en la categoría Negocios Inclusivos, dentro de los premios Codespa, en España, que preside el Rey Don Felipe IV. Francisco Núñez, gerente de Outsourcing y de Garage de Kruger lo explica con detalle. “El agro ecuatoriano es un sector que ha estado descuidado. Y es contradictorio ya que es bastante importante para el país. Como exportadores de algunos commodities, estamos en permanente lucha de mercado en el exterior, por lo que vimos la necesidad de incorporar un diferenciador comercial, de un control, de digitalizar los servicios de las cadenas productivas. Así, incorporamos blockchain, para tener toda la información centralizada”.

Este ingeniero en Administración de Empresas por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y Magíster en Proyectos por la Universidad Camilo José Cela, lideró este ambicioso proyecto. La plataforma, dice, se ha moldeado, no solo para tener una trazabilidad y de que los productos cumplan con la normativa internacional, sino que también se pueda gestionar el control interno en toda la cadena de suministro.

“Queríamos entender cómo funciona el agro, cómo lo podíamos digitalizar sin complicarnos, porque en el agro no hay mucho acceso a Internet. Nuestra plataforma permite la carga de datos de manera off line y cuando la finca o el agricultor se conecta, lo agrega a blockchain. Esto les facilita la vida. En el sector rural, las empresas que transforman la materia prima generalmente llevan los registros a mano o, en el mejor de los casos, en un Excel. No están digitalizados, no levantan estadísticas ni nada de información. Además, el problema es los costos, porque una inversión en un sistema puede ser demasiado alta. Nuestro modelo de negocio es asequible (se paga un valor fijo según el tamaño del productor y accesible ya que con los dispositivos móviles se vuelve más sencillo conectar un área”.

Núñez explica que hay todavía un tabú sobre el alcance de la tecnología blockchain, porque se tiene el criterio erróneo de que son las criptomonedas las que predominan. “Eso es falso. Blockchain permite tener una cadena de trazabilidad confiable porque los datos que se cargan son transparentes, inalterables, y enfocados hacia todos los actores de la red. Eso permite conocer a ciencia cierta que los documentos que se suben en el sistema no pueden ser adulterados. Esto es importante porque en muchas industrias o fincas se hacen blanqueos. Por ejemplo, determinado productor de granadilla puede cosechar 10.000 quintales, pero tiene un pedido de 15.000 quintales. Lo que hace es que con su misma certificación toma 5.000 quintales del vecino y las hace pasar como suyos. El problema es que ya no está vendiendo lo que dice vender. En ese punto, la blockchain otorga ese blindaje necesario”.

¿Y esto para qué? Para cumplir con las regulaciones cada vez más exigentes de los mercados internacionales. La Unión Europea, por ejemplo, ya tiene una normativa que prohibe la compra de palma, café, cacao, maca, soja y productos forestales y pecuarios, si no se cuenta con un certificado de que no ha existido deforestación en el proceso.

“El pequeño agricultor es el que más se beneficia porque puede digitalizar su proceso productivo, que generalmente nace desde la cosecha, puede transparentar costos y eso permite definir un precio justo. En muchas ocasiones, el agricultor, por querer vender, lo hace a menor precio. Sumarse a esta tecnología permite que los productores lleguen a otros transformadores de materia prima y así se va mejorando la economía del sector rural".