Viernes, 26 de abril de 2024

25 años después, "Sueño Stereo" sigue siendo el cierre perfecto de Soda

Autor:

Eduardo Varas

Actualizada:

27 Jun 2020 - 0:03

Soda Stereo grabó "Sueño Stereo" entre 1994 y 1995. Buscaban hacer un disco doble, pero no pudieron.

Autor: Eduardo Varas

Actualizada:

27 Jun 2020 - 0:03

Soda Stereo grabó "Sueño Stereo" entre 1994 y 1995. Buscaban hacer un disco doble, pero no pudieron. - Foto: SodaStereo.Com

El último disco de estudio de Soda Stereo apareció en 1995. No es prueba de una banda que decía adiós, sino de una banda que seguía avanzando.

Luego de dos años sin tocar, casi sin verse como conjunto, Soda Stereo decidió juntarse para ver qué pasaba. Era 1994. La razón del acercamiento era trágica y poco tenía que ver con la música.

Un accidente de tránsito dejó al bajista del grupo, Zeta Bosio, destrozado. Su hijo Tobías murió y su hijo Simón -ahora un gran guitarrista- sufrió quemaduras en su cuerpo. La situación era terrible.

Si Soda se juntó para tocar era para darle terreno a Zeta a que despeje la mente, a que se mantenga ocupado, a que atraviese ese lugar horroroso.

Si Soda Stereo se juntó en 1994 lo hizo sin ninguna expectativa. Gustavo Cerati había estado viviendo en Chile con Cecilia Amenábar y su hijo Benito, y Charly Alberti estaba dedicado al desarrollo de contenidos para una incipiente industria tecnológica, enfocada en las computadoras.

Pero, los ensayos empezaron a funcionar -tomó tiempo, eso sí-.

Llegaron nuevas canciones y el deseo por hacer un nuevo disco. Uno que saldría con una nueva disquera, que grabarían entre Buenos Aires y Londres, un disco que parece partido por la mitad -porque querían que fuera doble, pero no les dejaron-.

Un disco que sería su último disco. Uno que, en junio de 2020, cumple 25 años.

Más que final, Sueño Stereo es una continuidad

Sueño Stereo es un disco que suena absolutamente limpio. Todo tiene su lugar, nada sobra. No hay ruido posible. Incluso cuando las guitarras se distorsionan, las frecuencias no saturan.

El trío está contenido y pensando en un sonido mucho más británico. Grave, con más fuerza en los bajos.

Lo que había sido Dynamo -su disco anterior, de 1992- dejó de ser. Las atmósferas y texturas eternas, propias del shoegaze que escuchaban entonces, desaparecieron para darle presencia al britpop, a lo alternativo, a la electrónica, a una sección de cuerdas que tiene poder en casi todo el disco.

Sueño Stereo no cierra nada. En realidad parece abrir un nuevo camino para la banda que, de alguna manera, sostuvo ese recorrido por dos años más, hasta su separación definitiva en 1997.

Producido por Cerati y Bosio, el disco también presenta un regreso a las composiciones más simples y directas. A nivel lírico, Cerati se centra en tres espacios posibles: el personal -con temas como Disco eterno y Ojo de la tormenta-, el de la ficción absoluta desde una voz de casi ira y el de la pérdida y distancia con la persona amada.

Hay espacio para la experimentación

Y sí, el loop sigue estando presente -de manera más clara en Zoom, que toma de base la canción New York Groove-. Así como el noise, que se percibe en Ángel Eléctrico.

La idea del disco doble queda contenida en la sensación de que el ambient y la electrónica se toman las últimas cuatro canciones del álbum, generando incluso una rareza en la discografía de Soda Stereo: X-playo, absolutamente instrumental.

Se percibe esa ruptura y diferencia, es verdad. Lo que se redondea con la existencia de cuatro temas que no incluyeron en el disco y que aparecieron en 1996, en Comfort y música para volar, que surge como registro en vivo.

Tres canciones imprescindibles de Sueño Stereo

  • Ella usó mi cabeza como un revólver

    La canción que abre el disco y que revela una ira atípica en la discografía de Soda Stereo. Una estructura de acordes que parece salida de la música alternativa o de algo que Radiohead hubiera creado, con la particularidad de que la canción no tendría sentido sin el uso de las cuerdas, que le dan una identidad particular. Cerati todavía guardaba varios versos debajo de su manga: "Fui tan dócil como un guante".

  • En esta canción caen los ángeles al infierno, las cosas se ponen mal. Hay un árbol del color del sodio. También una conciencia noise filtrada por la naturaleza pop del disco. Un tema que tiene tanto para escuchar y analizar, especialmente en la parte central, en la que Cerati coloca uno de los mejores versos de su carrera, sin duda: "Aún tengo al sol para besar tu sombra".

  • Una canción de amor en la que una persona lamenta su incapacidad de comunicar lo que siente. Un terreno en el que el ambient toma protagonismo la primera mitad del tema, hasta que explota en el mejor pop que pudo hacer Soda Stereo en ese momento, signado por un solo de guitarra fabuloso y una desesperación lírica porque hay cosas que simplemente no se pueden decir, aunque se quieran decir.