Viernes, 26 de abril de 2024

12 años de The Big Bang Theory se cierran con uno de sus mejores episodios

Autor:

Eduardo Varas

Actualizada:

22 May 2019 - 0:06

Autor: Eduardo Varas

Actualizada:

22 May 2019 - 0:06

Fotograma de The Big Bang Theory - Foto: Chuck Lorre Productions / Warner Bros Television

La serie que empezó en septiembre de 2007 y que terminó la semana pasada no siempre estuvo a la altura de sus grandes momentos -sobre todo en las primeras temporadas-. Sin embargo, su capítulo final demuestra que se puede cerrar una historia de 279 episodios con buenos chistes y giros perfectos.

Los finales de las series de humor suelen ser complicados, especialmente porque en medio de las risas hay un fuerte apego y cariño por los personajes que han acompañado al espectador durante varias temporadas. Y eso se puede romper con facilidad: con un mal chiste o una sorpresa innecesaria.

Pero lo más complejo es reconocer que no muchas series de comedia han tenido la oportunidad terminar su historia, porque simplemente las han cancelado. Con The Big Bang Theory, este chance ha resultado ser oro.

La sitcom que crearan Chuck Lorre y Bill Prady en 2007 se centró en un grupo de cuatro amigos geeks, nerds, físicos teóricos, ingenieros, que compartían su mundo de Comic Con, películas de superhéroes y juegos de videos como si nada más importara.

Sheldon, Leonard, Raj y Howard vivían juntos su propia incapacidad de relacionarse con otros. Hasta que llegó la vecina Penny. Luego llegarían otras mujeres a sus existencias: Amy y Bernadette.

Idas y vueltas, chistes sobre fórmulas químicas y teorías físicas, invitados especiales como Stephen Hawkins, Elon Musk y el astronauta Michael Massimino, el éxito de la serie revalorizó la idea del cerebrito como alguien interesante y cool, como sujeto de burla y capaz de burlarse de otros.

Fueron 12 años en los que los personajes se casaron, tuvieron hijos, lloraron en grupo y degustaron comida china en la sala del departamento de Leonard.

Y así se llega a un capítulo final, que nos coloca ante la noticia de que Sheldon y Amy Farrah Fowler ganaron el Premio Nobel de Física. Esto genera una serie de bromas, humor físico y cierres de situaciones que se han venido arrastrando desde la primera temporada -por ejemplo, el ascensor que siempre estuvo dañado, esta vez funcionó-, que hacen que la risa sea inevitable.

Quizás las bromas no son tan inteligentes como antes, pero funcionan.

Johnny Galecki, Jim Parsons, Kaley Cuoco, Simon Helberg, Kunal Nayyar, Mayim Bialik y Melissa Rauch antes de colocar sus huellas en cemento en el Teatro Chino de Hollywood.

Johnny Galecki, Jim Parsons, Kaley Cuoco, Simon Helberg, Kunal Nayyar, Mayim Bialik y Melissa Rauch antes de colocar sus huellas en cemento en el Teatro Chino de Hollywood.  REUTERS

Cada uno de los actores del elenco -Jim Parsons, John Galecki, Kaley Cuoco, Simon Helberg, Kunal Nayyar, Melissa Rauch, Mayim Bialik- sabe cómo moverse con comodidad con sus personajes y es la química entre ellos la que explota con más fuerza en este episodio. Es emotivo, sobre todo porque es Sheldon Cooper -un siempre genial Parsons- quien se encarga de revalorizar a sus amigos y decirles lo importante que son en su vida.

El cierre es con ellos teniendo una cena de comida china, por última vez, mientras suena, en una versión mucho más suave y acústica, la canción de la serie interpretada por Barenaked Ladies. Un final a la altura.