'Easy Sleazy' es el título del tema que los dos músicos armaron a distancia, en pleno confinamiento. ¿El rock ha muerto? La respuesta es no.
Mick Jagger hizo una canción y le envió el demo a Dave Grohl, para que pusiera la batería.
El inicio de una historia cualquiera en el reino del rock and roll. Pero no es cualquiera. Easy Sleazy es lo que se podría considerar un himno preciso para estos momentos de pandemia.
Grabada en un par de sesiones -en países distintos, por la pandemia- el tema muestra a un Mick Jagger que le hace homenaje al humor inglés y al manejo del sarcasmo para decir lo que tiene que decir.
¿En este caso? Hablar de la pandemia, de los cambios que ha generado en el mundo y hasta de las teorías de la conspiración reinantes. Así aparecen la imposibilidad de conciertos, de eventos, junto a subir de peso, ver televisión, videos en TikTok de gente que no sabe bailar, Bill Gates y el control mental en las vacunas... Easy Sleazy tiene espacio para todo.
Un ayudante de lujo
El vocalista de The Rolling Stones pensó en Dave Grohl como compañero para esta aventura porque necesitaba la energía, el impulso de alguien como él y, sobre todo, un músico que tuviera acceso a un buen estudio en su casa.
Studio 606 fue el espacio en el que el líder de Foo Fighters grabó una batería - imitando en parte el estilo de Charlie Watts, el batero de los Stones-, guitarras, bajo y hasta coros.
Jagger aportó con una guitarra y la voz principal.
Esta no es la primera vez que Grohl y Jagger han colaborado. La más reconocida fue cuando en 2012, los Foo Fighters fueron la banda de soporte de Mick Jagger cuando él se presentó en Saturday Night Live.
Easy Sleazy fue producida por Matt Clifford -colaborador de los Stones por muchos años-. Además fue mezclada por Mark “Spike” Stent, quien trabajón con Foo Fighters en su más reciente disco, Medicine at Midnight.
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