Guayaquileño, pero nacido en Quito. Raad fue un pensador, escritor y figura importante en redes sociales. En Twitter se lamenta su partida.
Lo primero que salta a la vista al hacer referencia a la muerte de Henry Raad es la gran cantidad de demostraciones de afecto y cariño que han inundado las redes sociales.
En especial Twitter, donde tenía una cuenta desde julio de 2009 y que al momento presenta más de 12 mil seguidores.
Henry Raad supo llegar a muchas personas en esta red. Por sus ideas, sus interacciones, su apoyo, su amistad.
Y su muerte, el 7 de abril, en Guayaquil, como consecuencia de una larga enfermedad -no hay más detalles sobre esto- fue suficiente para que apareciera el amor y el respeto hacia él en decenas y decenas de tuits.
Más allá de las redes
Henry Raad Antón nació en Quito, el 4 de agosto de 1941. Hizo todos sus estudios ahí. Luego se especializó en Europa y en 1968 llegó a Guayaquil, donde se instaló permanentemente.
Empresario, político -fue concejal de Guayaquil durante la alcaldía de León Febres Cordero-, gerente de diario El Telégrafo, desde 1986 a 1995, donde escribía columnas de opinión -que luego recopiló en el libro Al desnudo, en 2002-.
En 2010 vio la luz su obra autobiográfica ¿Valió la pena?, en la que aparte de contar su vida -una interesante experiencia de lectura-, deja en evidencia sus ideas.
Raad alguna vez que definió como un frustrado burgués socialista.
Además fue uno de los defensores más abiertos y públicos a la idea de la autonomía de Guayaquil.
En términos generales, el pensamiento de Raad se decantó por la idea de la libertad, económica y de pensamiento, lo que le ganó el adjetivo de polemista. Y supo entender lo difícil y complejo que resultaba mantener y defender un punto de vista en un país como Ecuador.
Como lo escribió en el texto introductorio a Al desnudo:
"Escribir y analizar nuestra realidad ecuatoriana desgarra, cansa y hace sufrir. Hay la constante sensación de que no se avanza y que solamente se retrocede como país. Hay la sensación de que los ideales se constituyen piedras en los zapatos, y así muchas veces el desaliento comienza a triunfar".
La familia que le sobrevive fue la que avisó en redes sociales sobre el deceso de Raad, a través de su cuenta de Twitter.
Al parecer era algo que iba a pasar. Un cáncer le había regresado luego de 13 años en remisión, como lo cuenta en un texto titulado Aprendiendo a morir, publicado en su sitio web.
Donde, además, Henry Raad escribió:
"Alguien enviará un correo a mis amigos, y personas señaladas, de que he partido para siempre, sabiendo que no muchos seguirán el contenido, pero sí que a mí me ha complacido compartirlo y prolongar mi agonía hasta que ya nadie, verdaderamente nadie, me recuerde".
Da la impresión que esto último no va a pasar con tanta facilidad.
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