Se trata de darle un giro al mito de Superman: ¿qué tal si el ser que llega del espacio no es bueno, sino malvado? El resultado no es perfecto, pero al menos la premisa del filme dirigido por David Yarovesky consigue generar el suficiente horror para los amantes del género.
Brightburn es una película de horror. Hay un niño con superpoderes que —a semejanza de Kal-El / Clark Kent— viene del espacio y comienza a tener conciencia de quién es y a transformarse a la vista de la gente que lo conoce, sembrando la angustia y tensión porque, si Superman fuese malo, ¿quién podría detenerlo?
La idea es simple y por eso efectiva. Sin embargo, la película escrita por Brian y Mark Gunn —hermano y primo, respectivamente, del cineasta James Gunn, quien hace de productor de la cinta— no consigue hilvanar bien los elementos de su primera mitad, cuando Brando Breyer —interpretado por un escalofriante Jackson A. Dunn— empieza a desarrollar esa conciencia sociópata que ¿surge? luego de cumplir 12 años.
Porque no hay una clara explicación sobre lo que desencadena que este niño dulce y querido por toda su familia, se convierta en esta máquina aterradora de matar. ¿Es un agente extraterrestre parte de una célula dormida con ínfulas de conquistar el planeta? ¿Es un extraterrestre que a la llegada de la pubertad empieza a desarrollar el deseo de causar daño? ¿Qué es Brandon Breyer?
Una vez que estos tropiezos desaparecen, la película llega a sus mejores momentos. Las principales víctimas de Brandon son gente cercana, personas que pueden poner en peligro su existencia. Este superasesino sabe que no está listo, que es solo un niño y debe seguir desarrollándose y, para eso, intenta protegerse. Entonces, se vuelve un cazador incontrolable. Las escenas están rodadas para generar todos los sustos posibles en la sala de cine. Los cortes son rápidos y la sangre explota en toda dirección.
Brightburn es un filme crudo, casi gore y en este rubro se siente como buen discípulo del género al que pertenece. Incluso hay una escena que le rinde tributo a otra fabulosa escena de Damien: La profecía II, de Don Taylor, en la que hay un bosque y dos personajes que se enfrentan al horror de uno de ellos.
No hay moralejas, ni discurso, ni reflexión posible en Brightburn. Esta es una película que no tiene ni un solo momento de humor. Esta es una experiencia dura de horror, en la que todo se va a consumar de golpe ante los ojos de los espectadores. De eso se trata: una buena idea, sangre y absoluta desesperación en la pantalla.
Brightburn
Dir: David Yarovesky
Guion: Brian Gunn y Mark Gunn
Elenco: Elizabeth Banks, David Denman, Jackson A. Dunn
Duración: 90 min.
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