Jueves, 25 de abril de 2024

'Si te dicen que caí', de Juan Marsé: el dolor después del dolor

Autor:

Eduardo Varas

Actualizada:

26 Jul 2020 - 0:05

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Autor: Eduardo Varas

Actualizada:

26 Jul 2020 - 0:05

La quinta novela de Juan Marsé es un recorrido por personajes rotos, como consecuencia de la guerra. - Foto: Diego Corrales / PRIMICIAS

La novela del español Juan Marsé exige al lector, pero esa exigencia es remunerada con una historia que impresiona y que no deja de ser actual.

El 18 de julio murió Juan Marsé. Tenía 87 años. Pasó en su Barcelona natal, donde descansan sus historias, porque su ficción vino de un terreno que conocía. De una especie de realismo en el que intervino con una maestría que poco se ha visto.

Marsé está muerto. Y el lugar común es asegurar que en su obra él permanece vivo.

Es momento de aceptar esa frase hecha y celebrarla, porque se trata de él y de una novela en particular que permite comprender que la existencia de un escritor se puede celebrar por el poderoso testimonio de su capacidad artística, que late en la obra que dejó detrás.

Si te dicen que caí -título que Marsé sacó de un himno de la falange española- es esa torre literaria que no solo le sobrevivirá a Marsé, es probable que deba sobrevivirle a toda la raza humana.

Es así el nivel de esta novela publicada originalmente en 1973,  que parece saldar cuentas con el franquismo, que habla de los coletazos que dejó la Guerra Civil Española, de una niñez en medio de la necesidad, de la violencia y del dolor.

Pero sobre todo de unos recuerdos que, probablemente sean también un ejercicio de ficción.

Hay una historia central, pero en el fondo lo que consigue Marsé es generar un relato oral, en forma de coro, entre varios personajes, entretejiendo todo en una especie de caos.

La exigencia al lector es grande, la recompensa es mayor.

Lo que queda después de la guerra

Para entrar a Si te dicen que caí hay que aceptar que es probable que las primeras líneas resulten complicadas.

Especialmente porque el autor decide entretejer todo en un solo plano, en el que las acciones y las conversaciones comparten el mismo espacio.

Uno en el que pueden existir varios de los tantísimos personajes que pueblan la novela.

En este formato descansa una historia en la que un grupo de jóvenes, nacidos en plena necesidad, comparten todo tipo de vivencias y deseos en torno a una trapería -un lugar en el que se venden objetos usados- de propiedad de Java. 

Él es el llamado a buscar una prostituta, por pedido de una mujer con dinero, porque el pasado tiene que dejar todo saldado. 

Cada una de las historias que se cuentan, los hechos, aspiraciones, cruces orales y claroscuros que intenta Marsé, están sujetos a esta premisa, que deberá concretarse en el centro de la novela.

Un pasado destruido y una dureza en el alma, como callos a manera de escudos. Lo que hace Juan Marsé en esta novela es dejar en claro que a través de la ficción -incluso dentro de la misma historia- se encuentran el camino de muchos de dolores.

Aunque eso pueda generar un malestar adicional.

Y un tipo de certeza que, definitivamente, es lo que le permite a Si te dicen que caí ser el monumento que es. 

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'Últimas tardes con Teresa', de Juan Marsé

Su tercera y magistral novela

'Últimas tardes con Teresa', de Juan Marsé

Seix Barral, 1966

Marsé cuenta una historia de amor que es también una historia de deseos, complejos, ruindad,  y, por qué no, de clases. Nuevamente Barcelona, barrios ricos y barrios pobres. Manolo -conocido como Pijoaparte- busca tener una relación con una mujer de buena familia y para hacerlo decide acercarse a ella (Teresa) a través de Maruja, la chica que trabaja en su casa. Al final habrá tragedia, deseo y la conciencia de cómo la marginalidad y la burguesía parecen necesitarse mutuamente para existir.

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Otra tragedia en formato Marsé

'Canciones de amor en Lolita’s Club', de Juan Marsé

DeBolsillo, 2006

Valentín trabaja en el club de Lola y está absolutamente enamorado de Milena, una chica colombiana que es parte del grupo de mujeres que se prostituyen, como recurso para ganarse la vida. Entra en escena su hermano gemelo Raúl, quien en su intento de cuidar a Valentín -descrito como alguien que piensa como un niño- trata de evitar que Milena se aproveche de él, en un ejercicio melodramático que no va y no puede terminar bien. La novela fue llevada al cine en 2007 por Vicente Aranda.