Viernes, 26 de abril de 2024

Tres libros que deben estar en las bibliotecas para los días de encierro

Autor:

Eduardo Varas

Actualizada:

21 Mar 2020 - 20:21

"El beso de la mujer araña", de Manuel Puig. Un libro que quizás en esta época tenga un nuevo sentido

Autor: Eduardo Varas

Actualizada:

21 Mar 2020 - 20:21

"El beso de la mujer araña", de Manuel Puig. Un libro que quizás en esta época tenga un nuevo sentido - Foto: Diego Corrales, PRIMICIAS

Esta semana, las recomendaciones de PRIMICIAS se enfocan en libros sobre encierro, soledad y sobre el contacto con más gente encerrada. A lo mejor le ayudan a sobrellevar esta cuarentena.

Tres libros que lidian alrededor de las relaciones que se establecen en formas de encierro particular: en una prisión, en una isla y en otra isla donde todos parecen ignorar a un persona que ha escapado.

Estos son tres libros que deberían estar en la biblioteca de cualquier casa. Y si no están, pues se pueden conseguir por Internet.

El beso de la mujer araña

Manuel Puig

Publicado originalmente en 1976

 

Una novela sobre la maravilla que se produce con la convivencia obligada. No deja de ser una tragedia lo que escribe Puig. Pero, es una tragedia hermosa.

Valentín Arregui y Molina son dos presos -uno político y el otro por corrupción de menores-. Uno heterosexual, el otro homosexual. Comparten una misma celda. Están presos. En un solo lugar, en el mismo.

Puig muestra a sus personajes y hace su historia olvidándose de quien narra. Solo hay diálogos.

Esta es la parte fabulosa de la novela. Porque en un primer momento el contacto con estos dos seres se sostiene por la relación con el cine, con hablar de películas, de ese mundo que queda afuera del encierro. Y quien lee puede identificar muy bien quién es quién.

La dinámica va cambiando conforme avanza la novela.

En otro momento los dos se confunden, uno puede ser el otro, quien lee no puede identificar quién habla en muchas partes. Pero la historia avanza y esa unión -en todo sentido- habla del amor y de lo que se produce en momentos de encierro, de convivencia.

Finalmente esta novela es eso, una historia de amor sobre los cambios que se producen al entrar en contacto con otra persona, en un espacio cerrado.

Nunca nadie va a ser el mismo ser. Puig parecía saberlo.

Robinson Crusoe

Daniel Defoe

Publicada originalmente en 1719

 

"Robinson Crusoe" es una novela de Daniel Defoe. Diego Corrales, PRIMICIAS

La historia es conocida: un marino de York, Inglaterra, naufraga en una isla, en camino a Brasil.

Él consigue generar los mecanismos de supervivencia básicos y necesarios. Y claro, en el camino se convierte en el colonialista inglés por excelencia: buena voluntad, sin perder la esperanza y capaz de llevar civilización a una isla que, al parecer, no es tan desierta como se creía.

Si bien Robinson Crusoe pasa buena parte en soledad, la novela se mueve por el tono de la aventura, casi de entrada.

Porque lo es: esta es una aventura que se mueve en varios niveles, pero aventura al fin y al cabo.

El ingenio y el sentido de lo correcto del personaje central es lo que mueve el relato. Debajo de eso existen varias lecturas posibles, es cierto. Sobre todo, cuando aparece la tribu caníbal y, claro, Robinson Crusoe se ve en la obligación de salvar a la posible víctima.

Así aparece Viernes en la historia.

El aborigen que se vuelve el gran amigo del náufrago. A quien él está obligado a llevar por el buen camino.

Más allá de estos elementos que pueden resultar complicados para algunos lectores o lectoras, la novela de Defoe no deja de ser una lectura entretenida y sentida.

Que ha servido de base, además, para decenas y decenas de historias sobre náufragos, que nunca dejarán de existir y que, de cierta forma, tiene su eco en que varias personas resisten la permanencia en casa como si se tratara de eso, un naufragio.

La invención de Morel

Adolfo Bioy Casares

Publicado originalmente en 1940

"La invención de Moral", de Adolfo Bioy Casares. Esa novela con una trama que Borges calificó de perfecta. Diego Corrales, PRIMICIAS

No existe historia que refleje mejor la conciencia del escape y la necesidad de encontrar en otro espacio en lugar de la pertenencia.

O de entender que alguien es o existe en la medida que es reconocido por el otro, en un lugar de donde no se puede salir. Sí, no importa la locación.

Bioy Casares encierra a su personaje porque no tiene remedio. Es un prófugo y en el camino de su escape llega a una isla en la que hay una infraestructura que él aprovecha. Hasta que llegan visitantes.

El fugitivo debe resguardar y ver a la gente desde lejos.

No quiere ser descubierto, no quiere que el mundo exterior le llegue de golpe.

Pero, lo que observa lo obsesiona. Sobre todo Faustine, la mujer que ve a la distancia.

Entonces entramos en el terreno de, probablemente, ese primer gran trabajo de ciencia ficción realizado en Latinoamérica. Porque las cosas que suceden dejan de tener sentido. La gente desaparece, no hay rastro de su permanencia en el lugar.

Se llega de golpe a un espacio donde existe esa explicación que hace que la historia rompa su dirección y se mueva hacia otro espacio. Que le permite a la historia un final de desamparo, de aspiración y de absoluta genialidad.

Lo de Adolfo Bioy Casares en este libro es de otro mundo. Es como si él hubiera podido construir un objeto en el que se pudiera contener la mejor vida posible.

Un libro, muchas veces, es eso.