Jueves, 25 de abril de 2024

Los jóvenes ecuatorianos no saben qué hacer al terminar el colegio

Autor:

Fátima Cárdenas

Actualizada:

30 Dic 2022 - 5:20

Al terminar el colegio, los jóvenes ecuatorianos deben rendir un examen para tratar de ingresar a la universidad. Algunos pasan, otros no. Los que están en este segundo grupo viven en el limbo.

Estudiantes rinden el examen Transformar, el 2 de septiembre de 2022 en Quito.

Autor: Fátima Cárdenas

Actualizada:

30 Dic 2022 - 5:20

Estudiantes rinden el examen Transformar, el 2 de septiembre de 2022 en Quito. - Foto: Primicias

Al terminar el colegio, los jóvenes ecuatorianos deben rendir un examen para tratar de ingresar a la universidad. Algunos pasan, otros no. Los que están en este segundo grupo viven en el limbo.

Esta nota está basada en el artículo "Los chicos no están bien", de Marco Martínez, publicado en la revista Mundo Diners de diciembre 2022.

Ximena López, de 18 años, ha rendido tres veces el examen de ingreso a la universidad. Al igual que muchos jóvenes ecuatorianos, al terminar el colegio pensó que no sería complicado aprobarlo.

Ella quería ser azafata, pero esa es una carrera costosa.  Por lo tanto, tuvo que dejar su vocación y ser consecuente con las posibilidades económicas de su familia. Durante un tiempo se preparó como auxiliar en odontología e hizo prácticas en un hospital de Guayaquil.

Pero eso no era lo suyo.

¿Le sucedió lo mismo a sus amigos del colegio? “Poquísimos lograron entrar a una universidad pública. Algunos están en universidades privadas. Otros obtuvieron becas del municipio”, comenta.

Y luego la pregunta de rigor: ¿cómo se siente después de los intentos fallidos? “Me sentí un poco frustrada, pero sin bajonearme y no he dejado de intentarlo”.

En septiembre de este año rindió por cuarta ocasión el test de admisión. Esta vez optó por Administración de Empresas.  Pensaba que con esa carrera podría vincularse al negocio de las concesionarias de autos y tener mejores ingresos.

Sin embargo, el puntaje que obtuvo no le alcanzó para elegir Administración.

¿Qué pasa con los jóvenes?

Aunque Ximena no se confiesa decepcionada, luego de oír su testimonio subyacen algunas preguntas: ¿qué pasa con los jóvenes ecuatorianos? ¿están confundidos, descorazonados?

Acudimos a una profesora de secundaria en busca de respuestas.  Ella es Tatiana Mendoza, maestra de lengua y literatura de la Unidad Educativa Felipe Costa von Buchwald.  Da clases a estudiantes en sus últimos años de colegio, previos a la universidad.

Los chicos están conscientes del pesimismo generalizado que se vive aquí en el país y en todos lados. De 40 alumnos de un salón, 35 no saben todavía qué estudiar, les da miedo elegir mal y equivocarse".

"Encima tienen a los padres diciéndoles todo el tiempo que ya deberían tener claro qué profesión seguir. Se trata de una edad en la que es tan vital el tema de los cambios, que es injusto exigirles a los chicos que tomen una decisión tan importante”.

Entonces a los jóvenes que terminan el colegio les falta conocerse a sí mismos.  Al parecer no.  Según Tatiana, más que no saber qué estudiar, dudan que la carrera que les gusta les permita conseguir un trabajo y ganar lo suficiente.

La vida al terminar el colegio

Kristel Alcívar, tiene 19 años.  En cuanto terminó el colegio, ella y sus amigos se registraron en línea para rendir la prueba. Empezaron a prepararse: estudiaron, vieron tutoriales, practicaron con los simuladores online y rindieron el test.  

No obstante, el resultado fue negativo.

Kristel optó por Psicología y Economía, también le atrae la Criminalística. Por eso, luego del primer intento fallido, se matriculó en un curso de preparación física con el objetivo de ingresar a la Policía Nacional.

En algún momento consideró estudiar Periodismo, así como ahora piensa en ser educadora de párvulos. Mal que mal, está tratando de responder la gran pregunta: ¿qué hago con mi vida?

Dos amigos cercanos a Kristel están ya estudiando en universidades públicas.  Ella espera ansiosa 2023 para volver a intentar su lucha por un cupo

Mientras tanto, trabaja en una tienda departamental para ahorrar para una universidad privada, en caso de que, una vez más, no logre pasar el examen