Sábado, 27 de abril de 2024
Con Criterio Liberal

La ausencia de la intelectualidad en la situación actual

Luis Espinosa Goded

Luis Espinosa Goded

Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.

Actualizada:

7 Dic 2020 - 19:00

Mientras leo el libro de Mark Lilla 'Pensadores temerarios' sobre una serie de intelectuales que decidieron ponerse al servicio o ser útiles a las tiranías del siglo XX (desde Schmitt hasta Derrida, desde Foucault hasta Walter Benjamin), asisto con interés al reciente debate suscitado en redes en España sobre: ¿Dónde están los intelectuales cristianos?

Debate realizado con un gran nivel, que plantea inquietantes preguntas, no ya en torno a la situación del pensamiento cristiano, sino de "la batalla de las ideas" y del "pensamiento" (en general) en nuestro tiempo.

Es durante una crisis como la que enfrentamos cuando más se apreciarían el saber, las claves que pueda proporcionar un conocimiento sosegado y profundo para entender la realidad que vivimos, por eso es precisamente ahora cuando más echamos en falta esos referentes intelectuales.

Nuestra época ha sustituido el concepto de "intelectual" por el de "experto", y durante la pandemia ha sido evidente el desprestigio de "los expertos" utilizados por la política como justificación de cualquier medida. No creo que por allá se pueda encontrar guías válidas ya.

Tampoco es que en el pasado los intelectuales hayan contribuido de manera tan positiva al desarrollo de los países, así el maestro Escohotado define al intelectual como "el profesional de la falta de profesión", y los "intelectuales" han sido durante décadas mayoritariamente "comprometidos", un eufemismo que se usaba para decir que eran de izquierda o de ultraizquierda.

Y con el fracaso de la izquierda tras la caída del muro, y con sus reconstrucciones en la 'postmodernidad', que no dan respuesta a ninguno de los problemas reales de la sociedad, queda un vacío de referentes, donde se hace más clamoroso el ostracismo y la ausencia en el debate público de pensadores conservadores o liberales, que ahora están surgiendo con cierta fuerza, pero lejos de ser referentes sociales.

Y en Ecuador, tras el 'compromiso' y la decepción (más pronta cuanto más honestos... algunos todavía no se han bajado de ese carro) de gran parte de los intelectuales con el correísmo, nos enfrentamos a la crisis actual sin referentes para dar claves de interpretación, algo que creo que explica la sensación de ausencia de rumbo, de falta de ilusión o perspectiva en el país a tantos niveles.

¿Qué queda entonces? Creo que solo queda el criterio, el criterio que da la cultura, la perspectiva que da el conocimiento de la historia, la luz que da la historia del arte, la claridad y profundidad que da la filosofía. La reflexión sosegada y la esperanza que da la confianza en nosotros mismos.

Pero, por desgracia, me temo que eso es mucho más arduo y escaso.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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