Lunes, 29 de abril de 2024
Efecto Mariposa

Tú hablas, yo explico

Yasmín Salazar Méndez

Yasmín Salazar Méndez

Profesora e Investigadora del Departamento de Economía Cuantitativa de la Escuela Politécnica Nacional EPN. Doctora en Economía. Investiga sobre temas relacionados con pobreza y desigualdad.

Actualizada:

16 Feb 2024 - 5:57

"Yo soy especialista, sé más del tema y te puedo enseñar si quieres".

Así, sin más, un abogado se dirigió en X (antes Twitter) a otra profesional del Derecho que dio su criterio sobre un proyecto de ley. 

Ante esa respuesta, ella no continuó con la exposición de sus argumentos jurídicos, sino que hizo pública toda su formación y experiencia en el área. Evidentemente, ella tenía la preparación académica que le acreditaba como especialista en el tema. Él nunca mencionó sus estudios ni su experiencia, solo decía que él sabe más.

Escenas como esas ocurren con frecuencia en las redes sociales. Alguien, generalmente un hombre, que cree saber más sobre un tema, da explicaciones con aires de superioridad a una mujer. 

Para disfrazar la arrogancia, la explicación puede empezar con un sutil: “No estoy tratando de explicarte, pero…” 

También estas situaciones pueden suceder en reuniones de trabajo, en almuerzos familiares o en una conversación con un desconocido, por ejemplo, en un bus.

Es tan frecuente encontrar este tipo de circunstancias que hasta tienen un nombre: machoexplicación.  

Fundéu recomienda usar los términos más formales: condescendencia machista o condescendencia masculina.

Se desconoce cuándo la palabra fue usada por primera vez; sin embargo, se considera que apareció en 2009 como mansplaining: un neologismo de man (hombre) y explaining (explicar)

La escritora Rebecca Solnit está relacionada con el surgimiento del término mansplaining, a partir de la vivencia de una anécdota: un hombre intentó explicarle detenidamente el contenido de un libro muy interesante que, según él, lo había leído, solo que ella era la autora de la obra.

El hombre estaba tan concentrado en explicarle a Solnit sobre el libro, que ni siquiera podía escuchar que estaba frente a quien lo escribió. Para completar la anécdota hay que mencionar que el hombre no había leído el texto original, solo había revisado algunas críticas. 

No puedo ni imaginar ese paso tan abrupto de la soberbia al ridículo.

La machoexplicación consiste en explicar (algo) a alguien, normalmente una mujer, de forma condescendiente” (tomado textualmente de Fundéu). 

La condescendencia machista se caracteriza por la tendencia de algunos hombres a explicar asuntos a mujeres en tono paternalista, partiendo del supuesto que ellas no tienen el mismo nivel de conocimiento o capacidad de comprensión, lo cual no es cierto. Algunos hombres incluso argumentan que las mujeres son ingenuas. 

De este modo, la machoexplicación es una acción para desestimar y menospreciar a voces femeninas, a través de diálogos innecesarios y explicaciones no pedidas; es decir, la condescendencia masculina encaja bien con la arrogancia y el machismo.

Está claro que si una persona (hombre o mujer) no sabe sobre un tema puede preguntar y, en medio de un diálogo respetuoso, aprender mucho o algo sobre un asunto. Esto no es mansplaining. Nadie, sea hombre o mujer, está en la obligación de saberlo todo, si no se conoce sobre un tema está bien aprender de otras personas.

La machoexplicación, y de ahí su nombre en español, no es más que una forma sutil de invisibilizar y acallar a las mujeres, partiendo de una inexistente superioridad masculina y del convencimiento de que los hombres son los dueños del conocimiento. 

Al igual que otras formas de machismo, la condescendencia masculina limita la confianza, la autoridad y la participación de las mujeres en los ámbitos público y privado. Asimismo, puede generar frustración por el hecho de que las voces e ideas femeninas sean silenciadas y que estas vuelvan revalorizadas en la voz de un hombre.

Queridos lectores, siempre que escribo algún tema relacionado con las desigualdades entre hombres y mujeres hago la misma aclaración: mi intención no es poner leña al fuego y avivar la guerra de sexos. Al contrario, siempre apelo a una convivencia pacífica, respetuosa y sin violencia entre todos.

Esta columna, lejos de polemizar sobre una forma de machismo que consiste en la machoexplicación, es una forma de llamar la atención a todos para evitar conductas que solo afianzan el sexismo cultural.

Reconocer y desafiar estas conductas machistas no solo es esencial para avanzar hacia una sociedad más igualitaria, sino que también es fundamental para proteger la salud mental y emocional de las mujeres. 

Sigamos trabajando juntos para enterrar el machismo y construir un mundo donde cada voz sea escuchada y valorada por igual.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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