El delantero Enner Valencia fue recibido en el Inter de Porto Alegre en calidad de estrella. ¡Qué algarabía! ¡Qué efusividad! Pocas veces un ecuatoriano ha disfrutado de una bienvenida de ese calibre, tan cálida y apoteósica.
Los abrazos, los besos y las multitudes suelen reservarse para los grandes de Argentina, Brasil y Uruguay. Pero esta vez fueron para don Enner, el atacante ecuatoriano más importante desde Agustín Delgado.
En realidad, Valencia ya se convirtió en el ariete nacional que más lejos llegó desde que Alberto Spencer conquistó el mundo con la camiseta del Peñarol. No por nada su apodo es 'Superman'.
Este año, con el club Fenerbahçe, Enner fue el máximo artillero de Turquía y se llevó la Bota de Oro. Nunca antes un ecuatoriano había ganado una Bota de Oro en Europa.
Además, terminó en el octavo lugar entre los máximos anotadores de Europa, un dato sin precedentes para un futbolista tricolor.
Enner Valencia celebra con sus compañeros el gol anotado frente a Argentina por las Eliminatorias al Mundial de Catar, 29 de marzo de 2022. API
A pesar de esto, Enner tiene sus críticos, sobre todo en el propio Ecuador. Muchos no le perdonan el rocambolesco escape en ambulancia del estadio Olímpico Atahualpa.
Fue una artimaña (en realidad, la reina de las artimañas) para evitar que la Policía lo arrestara por el eterno mal del fútbol ecuatoriano: deudas de pensiones alimenticias.
Otros, en cambio, no le conceden mayor crédito por los 40 goles con la Selección nacional porque nunca pudo anotar a un campeón mundial de Europa. Una crítica injusta, porque en realidad, Ecuador jamás le ha marcado un gol a Inglaterra, Francia, España, Italia o Alemania.
Enner es el máximo artillero de la historia de la Tricolor y el único que ha conseguido seis tantos en los mundiales. Eso debería bastar para que se le tenga un poquito de fe.
Hay mucha expectativa en Brasil. El entrenador Mano Menezes dijo esto el día en que Enner llegó a Porto Alegre: "Los grandes jugadores son siempre un sueño para nosotros". Así es: Enner es un gran jugador y un ejemplo de superación para los ecuatorianos.
Ojalá le vaya bien en este club brasileño, que posiblemente sea el último en el que Enner, con 33 años de edad, pueda jugar a un nivel estelar.
El fútbol nunca va en línea recta sino que, de repente, aparecen las cuestas, las curvas y los pantanos. Pero, otra vez, hay que tenerle fe. Después de todo, ¡estamos hablando de Superman!
Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.
Lo último