Jueves, 25 de abril de 2024
Con Criterio Liberal

Hay que gritar todo lo que nos dicen que "no se puede decir"

Luis Espinosa Goded

Luis Espinosa Goded

Luis Espinosa Goded es profesor de economía. De ideas liberales, con vocación por enseñar y conocer.

Actualizada:

4 Ene 2021 - 19:00

Recientemente se ha desencadenado la enésima “polémica”, o más bien deberíamos decir linchamiento, porque alguien ha dicho lo que a los nuevos guardianes de la ortodoxia y la pureza no les gusta.

Por desgracia ya nos vamos acostumbrando a que cada día hay un nuevo linchamiento en redes de parte de los ofendiditos pasivo-agresivos, que si se dice algo que consideran “ofensivo” se creen legitimados para atacar a esa persona con miles de mensajes y por días y días sin derecho a réplica ni excusa.

Se cuestiona la vida privada, sobrepasando una barrera que antes considerábamos sacrosanta; se le denigra con memes y parodias; y hasta se pide que se le “cancele” (ese eufemismo tan querido por los inquisidores modernos) en los ámbitos profesionales, poniendo en peligro la libertad de expresión de todos pues ahora se une a la empresa/institución donde trabajamos, creando el miedo al despido por las opiniones (que, por definición, son siempre “personales”).

El problema no es que se haya atacado a tal persona, el problema es el clima que se crea en el que se pierde el debate público, en el que ya no se admiten las distintas voces.

Si uno quiere emitir una opinión disonante (esto es no-de-izquierdas y no-postmoderna) entonces sabe que pagará un precio muy alto. ¿El resultado? Que muchos deciden omitir su opinión, y el ágora moderno que son las redes sociales se llenan de pseudónimos pues ya no nos atrevemos a presentar nuestras identidades.

El mensaje es claro: piénsatelo bien antes de decir lo que a muchos no les gusta oír, pues vas a pagarlo, sea con el ostracismo en redes, sea con la pérdida de tu vida privada, sea con el insulto continuo o hasta con tu empleo si consiguen la “cancelación” que piden.

Y son estos mismos quienes se autoproclaman los defensores de la pluralidad, de los oprimidos o de la diversidad. Paradójicos tiempos los que vivimos.

Está disponible online el imperdible documental de Carlos Andrés Vera Propagandia sobre los años del correísmo y la descalificación del opositor, de quien no rendía pleitesía al poderoso.

Por desgracia aún vivimos algo muy parecido, no ya desde el poder (aunque si gana el candidato Arauz es previsible que vuelvan los mismitos), sino desde las redes y el anonimato, pues son muchos, demasiados, quienes disfrutan denostando, insultando, embarrando.

A un mes de las elecciones en Ecuador lo honesto, lo sano para una democracia, sería que cada uno digamos abiertamente a quién apoyamos y por qué, es así cómo se produce el debate público que lleva a la deliberación.

Por desgracia sabemos que si nos pronunciamos es muy probable que nos caigan “los trolls”, que no haya una argumentación sino un torrente de memes y descalificaciones. 

Y así es como vamos perdiendo la calidad democrática, el ágora, el espacio público.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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