Viernes, 29 de marzo de 2024
Columnista Invitada

La productividad y tres factores que son un obstáculo en Latinoamérica

Susana Herrero Olarte

Susana Herrero Olarte

PhD en Economía. Especialista en desarrollo. Coordinadora del Centro de Investigaciones Económicas de la Universidad de Las Américas.

Actualizada:

17 Jun 2021 - 19:00

Si América Latina quiere tener un mejor mercado laboral y una balanza fiscal positiva necesitamos hablar (y mucho) sobre productividad. ¿Qué es y por qué es tan importante?

Para aumentar la libertad de la ciudadanía con más y mejores oportunidades y reducir la desigualdad, necesitamos tener un tejido productivo que demande más y mejores puestos de trabajo y que pague los impuestos que sostengan una balanza fiscal cada vez más positiva.

¿Cómo está (de mal) nuestro tejido productivo? Según la Corporación Andina de Fomento (CAF), el PIB per cápita latinoamericano no alcanza el 20% del de Estados Unidos.

Como lo recoge la Organización Mundial del Comercio (OMC), junto a África, Latinoamérica es la región que menos contribuye a las Cadenas Globales de Valor (CGB), la que menos mercancías exporta del mundo, el 3%, y contribuye con solo el 6% del valor de las exportaciones del mundo.

Como señala la CEPAL, todavía más de la mitad de las ventas al exterior se concentra en cinco productos, y las materias primas, con un tradicionalmente reducido valor agregado y a expensas de los precios internacionales, suponen aún el 46% de las exportaciones.

La ciudadanía tiene la sensación de que la economía está estancada y no le falta razón: los datos siguen siendo similares desde hace 50 años.

Para entender el porqué de la reducida capacidad del tejido productivo latinoamericano, la productividad es una herramienta fundamental por su parecido con el PIB, y porque permite reconocer y valorar qué es lo que está limitando la producción.

La figura 1 recoge el similar comportamiento de la brecha del PIB y la Productividad Total de los Factores (PTF) entre Sudamérica y Estados Unidos entre 1995 y 2011.

La figura 2 muestra el PIB per cápita y la Productividad Total de los Factores (PTF) a nivel nacional. Tanto a nivel regional como por país, la productividad se relaciona de manera directa con el PIB per cápita.

Dado que la productividad es la relación entre la cantidad de bienes y servicios producidos y los factores de producción utilizados, podemos medir dos cosas: por un lado, la capacidad para producir de los recursos que estamos utilizando y, por el otro, los límites externos e internos que podemos estar teniendo para optimizar esos recursos.

Si nos concentramos, de entre todos los posibles factores de producción, en el capital humano, los niveles de productividad de la región son muy bajos.

Según la CAF, si en Estados Unidos la calificáramos de 1, en Latinoamérica sería de 0,26. Ecuador, Perú y Colombia están por debajo del 0,20, mientras en Argentina es de 0,39 y en Chile del 0,34.

¿Qué hace que los trabajadores latinoamericanos generen un valor tan bajo de la producción? La escasez de tres cosas: educación, innovación e infraestructura.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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