En el vertiginoso mundo del automovilismo, donde la velocidad es la única constante, surge una joven promesa que desafía las expectativas y acelera hacia la cima del karting ecuatoriano.
Con solo 14 años, Doménika Arellano se ha consolidado como la mejor piloto femenina del Ecuador y se encuentra entre las cuatro mejores del mundo, dejando una estela de éxitos y emociones en su meteórico ascenso en el mundo de las carreras.
“Divertirme al hacer lo que hago” es la frase que Dome lleva en cada paso de su apasionante travesía. Con una sonrisa que ilumina su rostro, esta joven promesa del automovilismo comparte su fascinación por el mundo de las carreras.
A pesar de su corta edad, Dome ha logrado destacarse y deja una huella notable en el deporte. Su determinación y amor por la velocidad son evidentes en cada curva y recta de la pista, consolidándola como una figura prometedora en el emocionante universo del automovilismo.
Arellano demuestra una pasión innata por el karting. Aunque su primer encuentro con el volante ocurrió a la temprana edad de cuatro años, fue a los siete cuando tuvo la oportunidad de participar en su primera carrera.
“Una vez que me pusieron en el volante, ya no pudieron sacarme de ahí”. Ese fue el inicio de una travesía llena de emociones, curvas y, sobre todo, la inigualable sensación de adrenalina que solo el mundo del karting puede ofrecer.
"Las largadas son el momento más emocionante en el mundo de las carreras, porque son inesperadas", comparte Doménika con una chispa de emoción en sus propias palabras.
La adrenalina fluye con intensidad, fusionándose con la emoción de disfrutar lo que más ama. En ese breve lapso, el corazón late al ritmo de la velocidad, y la pista se convierte en un escenario donde la incertidumbre y la fascinación se dan la mano.
Pero como en toda carrera, la vida de Doménika también ha tenido sus curvas y obstáculos. Un accidente, lejos de detenerla, se convirtió en una lección valiosa. Con una disposición optimista arraigada en su naturaleza, ella resalta ese episodio como un momento de aprendizaje.
“Fue un momento oportuno porque ahí aprendí a tener más cuidado, y ahora lo veo como una experiencia o anécdota”.
Este revés en su camino no solo evidenció la vulnerabilidad inherente a la velocidad y la competición, sino que también fortaleció su determinación y le otorgó una perspectiva más cautelosa.
En este viaje hacia el éxito, la joven piloto cuenta con el inquebrantable apoyo, especialmente, de sus padres y su hermano, quienes son sus mayores inspiraciones.
“Dome es una chica independiente y nosotros como papás lo único que hacemos es estar a su lado como su apoyo” cuenta Cristian Arellano, su papá.
Doménika Arellano junto a sus padres Cristian Arellano y Ximena Soria. Cortesía
Mientras Doménika se desplaza a velocidades vertiginosas en el asfalto, su mente está anclada en modelos a seguir como Daniel Ricciardo y Max Verstappen. “Admiro a ambos porque Daniel siempre está alegre y a Max por gran su velocidad y pasión”.
Pero su mayor fuente de inspiración femenina es Tatiana Calderón, quien ha llegado más lejos en el automovilismo y se ha convertido en un faro de éxito para Doménika.
El equilibrio entre su carrera automovilística y la vida académica no es fácil para la joven, pero su determinación la impulsa a dar lo mejor de sí en ambos ámbitos. A pesar de la presión, ha aprendido a recordarse a sí misma que está allí para divertirse, para hacer lo que ama y siempre dar lo mejor de sí misma.
Con más de 26.000 seguidores en Instagram, Doménika se siente agradecida por el apoyo que recibe de personas que la siguen y alientan. Para ella, el hecho de que alguien se emocione al verla en la pista es una experiencia indescriptible, una fuente de felicidad y motivación que la impulsa a seguir persiguiendo sus sueños.
Entre las numerosas carreras en las que ha participado, destaca la emocionante experiencia en Le Mans, Francia. A pesar de competir con pilotos de categorías superiores, la ecuatoriana demostró su valía al alcanzar el sexto puesto antes de un infortunado choque que la relegó al 35. Sin embargo, su espíritu indomable la llevó a remontar hasta el puesto 20, dejando una huella imborrable en el asfalto.
Fuera de la pista, Doménika encuentra tiempo para sus pasiones, como dibujar y compartir momentos con sus amigas. Aunque estos momentos son escasos debido a su exigente agenda, demuestran que, incluso en la vida veloz de las carreras, hay espacio para la diversión y la conexión humana.
El taller y los karts de Doménika Arellano. Cortesía
Dome, carismática y apasionada por las carreras, no solo sobresale por su talento individual, sino que también es una pieza esencial en el equipo Formula Kart Ecuador.
Según Agustín Barsallo, piloto profesional y compañero de equipo, la joven piloto no solo es una colega, sino también "una entrenadora y gran amiga". La conexión entre ellos no solo se centra en las pistas, sino en el compañerismo y apoyo mutuo que definen a este grupo de amantes del automovilismo.
Con estas características que la destacan en el equipo, la figura de Dome trasciende aún más allá. "Ella ya lleva en la sangre el correr, es una chica extraordinaria y correcta", afirma Jonathan Ramírez, preparador del equipo Formula Kart Ecuador.
Estas palabras subrayan no solo su destreza natural en las pistas, sino también su integridad y carácter excepcionales. La combinación de habilidad técnica y valores sólidos la posiciona como una figura destacada no solo en el equipo, sino también en el panorama más amplio del automovilismo.
Con su presencia tanto en el asfalto como en la dinámica del equipo, Dome emerge como un punto central de excelencia y camaradería en el emocionante mundo del karting.
La piloto ecuatoriana se involucró en un fascinante recorrido al participar en la fase final del programa Girls on Track, con la oportunidad de ingresar a la prestigiosa Ferrari Driver Academy. Aunque Dome no logró asegurar ese puesto, su determinación no conoce límites y está lista para enfrentar con más fuerza las próximas pruebas.
Doménika Arellano junto a las 4 mejores pilotos en el programa de la FIA Girls on Track. Ferrari Driver Academy
La iniciativa global FIA Girls on Track busca promover la participación femenina en el automovilismo, derribando barreras de género e inspirando a la próxima generación de mujeres apasionadas
Su carisma y optimismo la han destacado entre las cuatro finalistas, quienes se reunieron en Maranello, Italia, para un campamento de exploración en el Circuito de Fiorano, la pista emblemática de Ferrari.
Durante esta fase, Dome se sometió a pruebas físicas y mentales, talleres técnicos y entrenamiento en simuladores, con la culminación de la oportunidad de conducir un monoplaza de Fórmula 4 en pista.
La ganadora no solo aseguró un lugar en la Escuela de Ferrari, sino también la posibilidad de competir en la categoría de Fórmula 4, integrándose al equipo Iron Dames.
Mientras Arellano se embarca en esta etapa crucial de su carrera, su actitud positiva y su amor por la diversión en lo que hace se convierten en faros que guían su camino.
Su historia no solo es una lucha por la victoria en la pista, sino también un recordatorio inspirador de cómo el entusiasmo y la alegría pueden ser impulsores poderosos hacia el éxito, trascendiendo fronteras y desafiando expectativas en el emocionante universo de las carreras de automóviles.
Cristian Arellano, Agustín y Nicolás Barsallo, junto con Jonathan Ramírez, concuerdan en una misma opinión: que 'Dome' es una joven segura de sí misma y manifiestan un profundo orgullo por sus logros.
Quieren que Dome esté plenamente consciente de que siempre contarán con su respaldo y apoyo. Este equipo cohesionado no solo celebra sus triunfos, sino que también se compromete a ser un constante sostén en esta fase inicial de su magnífica trayectoria.
Doménika Arellano, con su juventud, determinación y pasión, se erige como un faro de inspiración en el mundo del karting ecuatoriano. Su historia es un recordatorio de que, a cualquier velocidad, los sueños pueden alcanzarse si se tiene la valentía de enfrentar las curvas de la vida con optimismo y determinación.
*Escrito por Patricia Inca, estudiante de Periodismo de la Universidad San Francisco de Quito.
