Miércoles, 01 de mayo de 2024
El Guapo de la Barra
Que Byron Castillo muestre su álbum familiar o que confiese

Chile ganó el pleito por Byron Castillo en mesa, el único lugar donde el fútbol chileno puede actualmente derrotar al de Ecuador. Pero lo ganó. Esa es la realidad.

Byron Castillo, jugando para la selección ecuatoriana de fútbol.

Autor: Alejandro Ribadeneira

Actualizada:

11 Nov 2023 - 12:36

Byron Castillo, jugando para la selección ecuatoriana de fútbol. - Foto: @LaTri

Chile ganó el pleito por Byron Castillo en mesa, el único lugar donde el fútbol chileno puede actualmente derrotar al de Ecuador. Pero lo ganó. Esa es la realidad.

El caso de Byron Castillo ahora sí terminó: pese a los esfuerzos legales, se fracasó en demostrar que el jugador no cometió fraude para obtener sus documentos ecuatorianos. Para la FIFA, es colombiano. Y sanseacabó.

Chile ganó este pleito en mesa, el único lugar donde el fútbol chileno puede actualmente derrotar al de Ecuador. Pero lo ganó. Esa es la realidad. Al menos, eso se ha difundido en los medios chilenos, habitualmente un paso adelante en este caso gracias a las filtraciones.

Siendo sinceros, se podía intuir este desenlace porque ni el Tribunal suizo de apelación ni la prensa ni nadie recibió las pruebas que todos queremos ver: el álbum familiar de Byron Castillo. Demostrar el pasado vital del jugador era clave y no se pudo.

También era difícil ganar este caso, no por al eficacia de los abogados de Chile, sino porque la investigación que lo decidió todo se hizo en Ecuador, por ecuatorianos. Nuestra propia indagación, pero sobre todo nuestro propio pasado con los 'niños con bigote', nos condenaba.

¿Que resta? Consumados los hechos, hay que lavar la cara. Primero, todos los involucrados en la documentación de Castillo deben explicar cómo lograron que un juez dictamine que el jugador nació en Ecuador. Eso fue como dictaminar que el sol es verde y bajar el martillo.

Luego, habría que ofrecer disculpas a Chile. Este pleito enfrentó a dos pueblos tradicionalmente unidos, pero es hora de extender la mano.

Finalmente, Byron Castillo debe mostrar su álbum familiar para que le creamos o, caso contrario, confesar que sostuvo una mentira. Claro que esto último le costará una sanción, que siempre fue lo que debió pasar.

Si hubiera reconocido la culpa hace años, ciertamente lo habrían suspendido, pero habría regresado rápidamente al juego con un historial limpio. Hubiera ido al Mundial de 2022 y se habría ahorrado todo este infierno que aún debe vivir.