La selección femenina de fútbol de Estados Unidos fue recibida el miércoles en Nueva York con un desfile para celebrar su título mundial, en medio de cánticos de la multitud que reclamaban una "paga igualitaria" respecto al equipo masculino.
La victoria del equipo por 2-0 sobre Holanda en el partido final de la Copa del Mundo femenina atrajo a grandes audiencias de televisión y logró un interés público sin precedentes.
El desfile del miércoles 10 de julio de 2019 por Broadway en Nueva York también arrojó luz sobre la lucha del equipo por lograr la misma remuneración que sus pares de la selección masculina de fútbol y, por extensión, el tema de recibir el mismo salario por igual trabajo para las mujeres en general.
Cuando comenzó el desfile, las familias se agolparon sobre las barreras metálicas de la policía, ansiosas por ver a jugadoras como Alex Morgan, Carli Lloyd yMegan Rapinoe, la máxima anotadora del torneo, la mejor jugadora del Mundial y una abierta líder de equipo, mientras desfilaban.
Las integrantes de la selección estadounidense de fútbol celebran en Nueva York la obtención del campeonato mundial 2019. Reuters
"¡Vamos chicas! ¡Son una inspiración para nosotras!", gritaba a las cámaras una de las asistentes, preparada para el paso de las jugadoras.
Durante el desfile, y bajo toneladas de confeti, las jugadoras se repartieron en varias de las carrozas y fueron acompañadas por las autoridades locales y estatales, como el alcalde Bill de Blasio o el gobernador del estado, Andrew Cuomo.
"Este es el mejor equipo y el más ganador en la historia de nuestro país", dijo el alcalde, que pasó a corear el lema "USA, equal pay!".
La reivindicación por cobrar lo mismo se ha convertido en un tema central en el país a raíz del protagonismo que la selección femenina ha cobrado durante el mundial de Francia.
Discriminación institucionalizada
Las seleccionadas estadounidenses celebran la obtención del campeonato del Mundial Francia 2019. Reuters
Megan Rapinoe, con la Bota y el Balón de Oro del Mundial 2019. Reuters
Las 28 jugadoras del combinado nacional demandaron a la Federación estadounidense el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, por "discriminación de género institucionalizada" por cuestiones salariales, pero también por los lugares donde jugaron y cada cuanto tiempo, los entrenamientos, los tratamientos médicos e incluso el transporte a las convocatorias.
Sin embargo, la capitana Rapinoe, quiso agradecer el apoyo de la Federación durante la cita, así como el trabajo de su presidente, Carlos Cordeiro: "Creo que está con nosotras. Va a hacer las cosas correctas. Ha demostrado que nos apoya y se lo agradecemos".
Rapinoe, de 34 años, con el pelo teñido de rosa, se ha convertido en un símbolo de resistencia frente al presidente estadounidense, Donald Trump.
La delantera fue la más ovacionada tanto durante el desfile como durante el acto posterior. En su discurso, el más esperado de la mañana por la potente carga de sus mensajes, Rapinoe agradeció a sus compañeras el trabajo y aseguró que había sido un honor ostentar la capitanía del combinado.
La futbolista no quiso perder la oportunidad de lanzar un mensaje político a favor de la unidad, y de que todos los que la escuchen sean "más, sean mejores, sean más grandes".
"Tenemos que hacer las cosas mejor. Tenemos que amar más y odiar menos. Tenemos que escuchar más y hablar menos. Es nuestra responsabilidad hacer un mundo mejor", dijo.
Rapinoe ha protagonizado varias polémicas con Trump y es muy crítica con la visión de país del mandatario, llegando a rechazar acudir a la Casa Blanca en caso de ganar -como ha sucedido- la Copa del Mundo de Fútbol femenino.
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