Viernes, 26 de abril de 2024

Río de Janeiro se queda sin carnaval por primera vez en 180 años

Autor:

EFE / Redacción Primicias

Actualizada:

14 Feb 2021 - 0:05

Río de Janeiro

Autor: EFE / Redacción Primicias

Actualizada:

14 Feb 2021 - 0:05

Dos hombres caminan por el barrio Santa Teresa, que en época de Carnaval solía llenarse de fiesta y gente, el 13 de febrero de 2021. - Foto: EFE

La pandemia enmudece a Río de Janeiro que por esta época del año solía llenarse de samba, comparsas y majestuosos desfiles.

Otra víctima más del coronavirus: el carnaval de Río de Janeiro. Cada año por esta época, la ciudad brasileña vivía su máximo esplendor con fiestas, excesos y algarabía.

Pero en 2021, por primera vez en 180 años, Río de Janeiro no tuvo su icónico carnaval. Fue cancelado para evitar una mayor propagación del Covid-19 que en Brasil ya deja 238.000 muertos y casi 10 millones de contagios.

Solo en Río de Janeiro se cuentan 18.000 fallecidos y 195.000 contagiados.

El sábado 13 de febrero de 2021 la ciudad perdió su esencia carnavalesca. La jornada transcurría como cualquier otra: en calma, sin mucho tráfico y con poca gente en las calles.

La playa de Ipanema en Río de Janeiro luce con poca gente, el 13 de febrero de 2021, debido a la pandemia del Covid-19.

La playa de Ipanema en Río de Janeiro luce con poca gente, el 13 de febrero de 2021, debido a la pandemia del Covid-19. EFE

La avenida Primera de Marzo, que cada año se inundaba de sambas, solo lució llena de vehículos.

Lo mismo se vio en la avenida Río Branco, el eje urbanístico de la ciudad y en la plaza Cinelandia, una de las más antiguas e icónicas de Río.

También en los Arcos de Lapa, lugares donde miles de personas se concentraban alrededor de los blocos en un sábado de carnaval y hoy solo eran visitados por contados turistas.

Barrios como Santa Teresa, un céntrico refugio bohemio, se hundía entre el silencio y la soledad.

Los vecinos del lugar no vestían trajes de color y lentejuelas ni retumbaba la percusión de "O ceu na terra", el bloco que desfila por las calles de esa comunidad los sábados de carnaval.

Allí, solo se cumplían las rutinas del día a día: pasear mascotas, ir a la tienda o esperar la llegada del próximo tranvía.

"Hay una sensación de que está faltando alguna cosa", aseguró Thais de Brito Alves, una joven de 26 años que vive en Santa Teresa.

Algunos nostálgicos, como los miembros del Runners Club, una sociedad deportiva hicieron un paseo corto y a su manera celebraron la fiesta que no fue.

"Todos los años hacemos un recorrido que sale de Leblón hasta Santa Teresa todo el mundo corriendo. Solo que este año, como no hay blocos, venimos todos con tapaboca y alcohol en gel", dijo Claudia Marquete, de 51 años.

En el sábado 13 de febrero de carnaval ni el cielo quiso mostrar su infinito azul en las emblemáticas playas de Ipanema y Copacabana. Estuvieron cubiertas por un cielo gris plomizo y con poca gente.

De los 2,1 millones de turistas que las visitaron el año pasado y que disfrutaron en sus vías aledañas de la gran fiesta hoy solo una mínima parte deambulaba sin prisa. Es que Río de Janeiro vivió un día cualquiera en tiempos de coronavirus.