Viernes, 19 de abril de 2024

14. Ciertas dudas en los tres primeros años

Autor:

Redacción Comercial

Actualizada:

16 Ene 2020 - 16:59

Autor: Redacción Comercial

Actualizada:

16 Ene 2020 - 16:59

Pasada la primera euforia, en gran medida positiva, la dolarización entra meses más tarde en una fase de dudas, esencialmente porque la inflación continuó, pero ahora en dólares.

Efectivamente la subida de precios en el año 2.000, el primero del nuevo sistema, fue del 91%. Los precios subieron casi al doble en 12 meses. Ese panorama fue una sorpresa, porque se había anunciado que la gran fortaleza de la dolarización era terminar con la devaluación y la inflación. Pero esto no sucedió inmediatamente, luego del aumento mencionado del 91% en el año 2.000, fue 22% en 2001 y 10% en 2002. Un acumulado de 150% en los 3 primeros años. Aunque la caída de la inflación fue espectacular, siguió siendo demasiado alta.

Debemos reconocer que solo fue una sorpresa relativa, porque en los 15 meses anteriores a la dolarización habían sucedido dos cosas. Por un lado, el tipo de cambio se había multiplicado por 5 al pasar de 5.000 a 25.000 sucres por dólar, mientras por otro lado los precios en sucres “solo” habían subido en más o menos 100%, el doble.

Es decir, algún producto del mercado ecuatoriano (digamos canguil) que en 1998 costaba 5.000 sucres equivalente a 1 dólar, al inicio del año 2.000, cuando nos dolarizamos, costaba 10.000 sucres o sea 40 centavos de dólar. Expresado en dólares, había bajado 60%, igual que los salarios en proporciones similares. Pero nada de eso fue culpa de la dolarización, sino de todos los desajustes y desastres anteriores.

La inflación cayó drásticamente

¿Qué podía pasar entonces? Ese canguil que antes valía un dólar y ahora solo 40 centavos o el salario básico que antes era de casi 200 dólares y ahora solo 50 dólares, ¿podían mantenerse en esos nuevos niveles deprimidos? La respuesta es claramente que no, porque querría decir que estaríamos regalando nuestros productos y lo que es peor, nuestro trabajo al cobrar tan poco. Que los precios y salarios volvieran a sus niveles de equilibrio anteriores era pues razonable y normal.

Ese panorama se cumpliría, pero con un ajuste fuerte, porque para que el canguil volviera de 40 centavos a 1 dólar, requería un aumento de 150%. La cifra no es mágica, es justamente la inflación que tuvimos en los 3 primeros años de la dolarización.

Es fácil pues entender que la inflación no se dio por la dolarización, sino porque en los 15 meses antes de ella, la devaluación de la moneda fue muy superior a la inflación. Si ambas hubieran sido similares, ninguna inflación hubiera acompañado a la dolarización, como sucedió en El Salvador un par de años más tarde (ahí ninguna elevación especial de precios acompañó a la dolarización).

Pero más allá de que exista una explicación lógica, para la gente esos 2 ó 3 años fueron ciertamente de duda, porque la dolarización no cumplía con su objetivo más claro. No obstante pasados esos años la inflación bajó al 2 ó 3% anual, un porcentaje que el país no había visto desde hacía muchas décadas. Y eso fortaleció la confianza en que la dolarización era el camino correcto.