Jueves, 18 de abril de 2024

Teletrabajo y teleeducación: una combinación explosiva

Autor:

Redacción Comercial

Actualizada:

16 Oct 2020 - 15:49

La casa es ahora la oficina, la escuela y el centro de conflictos de una realidad que ha puesto a padres e hijos a convivir con el estrés laboral, las tareas y la ausencia de socialización.

Autor: Redacción Comercial

Actualizada:

16 Oct 2020 - 15:49

La casa es ahora la oficina, la escuela y el centro de conflictos de una realidad que ha puesto a padres e hijos a convivir con el estrés laboral, las tareas y la ausencia de socialización.

En el marco de la pandemia, el trabajo tiene tres escenarios: las personas que han perdido su empleo, aquellas que han debido mantenerlo en un contexto de riesgo sanitario y quienes han seguido cumpliendo con su jornada laboral desde casa. 

Este tercer grupo ha continuado su rutina gracias a que trasladó a sus hogares herramientas de comunicación y gestión. Ese es el caso de Kathy Avilés, una trabajadora de una empresa de telecomunicaciones.  Ella ha instalado su oficina en un espacio de su casa que ahora comparte con su hija, de cuatro años. Mientras Kathy redacta informes y asiste a reuniones virtuales, la niña hace las tareas.

Las escuelas también se subieron a las plataformas virtuales ante la amenaza de contagio del virus. Padres, alumnos y maestros han debido adaptar sus rutinas en un escenario marcado por la incertidumbre y las jornadas laborales extendidas, en muchos de los casos.

Mujeres trabajadoras en el contexto de la nueva realidad

En este sentido, un caso icónico fue el de la doctora Gretchen Goldman, directora de investigación del Centro para la ciencia y la democracia (USC por siglas en inglés).  Hace algunas semanas fue entrevistada por la cadena CNN y en el encuadre de la cámara aparecía vestida de traje en un plano medio. 

Luego, Goldman compartió una foto con un texto que decía. “Solo para ser honesta”.  La imagen, que fue captada por su esposo mostraba el “tras cámaras”, mientras ella daba la entrevista.  Parecía que un huracán había pasado por su sala, convertida en un salón de juguetes post desastre.

La mayoría de los seguidores de Goldman vieron la foto como algo cómico.  Frente a esta reacción, ella comentó que aunque muchos se lo hayan tomado con humor, su posteo revelaba la realidad profesional de muchos padres en el mundo.  A esto sumó su opinión sobre el exceso de expectativas que se coloca sobre las madres trabajadoras que hoy ven multiplicadas sus obligaciones. 

Sobre este tema, la Organización Internacional del trabajo (OIT) ha alertado que la crisis del Covid-19  afecta sobremanera a las mujeres que trabajan.  “Existe el riesgo de que se produzca un retroceso con respecto a algunos avances logrados en los últimos decenios, y de que se exacerbe la desigualdad de género en el mercado laboral”, recalca el organismo.

Trabajo y educación: todos para uno y uno para todos

La realidad es una antes del Covid-19 y otra después de él.  Pero en medio de este escenario de cambios abruptos y nuevos desafíos, el teletrabajo y la teleeducación son formas de adaptar dos actividades esenciales de una sociedad, a la llamada nueva normalidad.

“¿Cómo se organizan ustedes con su trabajo, las tareas del hogar y las de sus hijos?  Siento que me falta el día para hacer todo”. Este es un comentario de una integrante de Wonderland, un colectivo de Facebook, cuyo fin es fomentar el apoyo entre mujeres.

Según Ximena Vilmonte, directora del Centro de Educación Inicial Happy Kids, la teleeducación ha tenido dos momentos en lo que va de la pandemia. 

"El primero estuvo marcado por un fuerte choque que implicó cambios para todo el entorno educativo: papás, niños y maestros.  El segundo ha puesto en evidencia que los seres humanos somos adaptativos y, por ello ya nos estamos acoplando al nuevo escenario", explica la educadora.

Independencia y colaboración dibujan un nuevo camino 

Vilmonte reconoce que aunque parezca que los niños se están adaptando a la teleeducación, pueden aún hacer berrinches, por ejemplo, cuando se sienten solos. "Si ven afectada su rutina o son aún muy pequeños y nadie los acompaña en su proceso educativo, van a mostrar su inconformidad con llanto y rabietas", detalla.

Estos comportamientos, sumados al estrés de los padres, generan mucha tensión en el hogar. Por eso es preciso evitarlos manteniendo rutinas, fomentando mayor independencia en los niños y generando espacios de colaboración entre los miembros de la familia. "Es decir que en las tareas como hacer la comida o poner la mesa, papá, mamá e hijos deben tener un rol asignado", recomienda Vilmonte.

Además, recalca que "las mujeres suelen poner sobre sí el peso del trabajo y las tareas del hogar, por lo que terminan el día exhaustas. De ahí que es importante que repartan actividades entre todos los miembros del núcleo familiar".

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