Después de siete meses desde que empezó la pandemia, los artesanos manabitas aprovecharon el feriado del Día de los Difuntos para abrir sus locales. Tienen deudas que no pueden pagar y los turistas llegaron a cuenta gotas.
Aún con temor de contagiarse de Covid-19, Soraya Plúa acudió a su pequeño local en Ciudad Alfaro, Montecristi, donde teje una cartera en paja toquilla en busca de algún cliente para vendr sus productos y subsistir.
Ella y otros 40 artesanos del lugar, acumulan siete meses de pérdidas y deudas que ya no pueden sostener más. Piden apoyo a las autoridades que han ofrecido créditos, pero al ver los requisitos saben que no será fácil acceder a estos.