Un informe de la consultora Prófitas y Cordes, que toma como base los decesos registrados en el Registro Civil, señala que durante los siete primeros meses de 2020 hubo 28.187 decesos más que en el mismo período de 2019.
Según esos datos, en lo que va del años el Registro Civil ha reportado 71.084 muertes, mientras que en los siete primeros meses de 2019, el número de defunciones inscritas por esa entidad sumaron 42.897.
El informe señala que "seguramente miles de muertes fueron por casos de Covid-19, mientras que otras habrían sido consecuencia del colapso de la atención hospitalaria". Según el informe, esto "ratificaría la severidad de la pandemia".
Este incremento se empezó a ver en marzo, cuando el número de decesos inscritos pasó de 6.503 en 2019, a 9.691. Pero fue en abril cuando la situación se desbordó y el número de decesos inscritos se triplicó, al pasar de 6.077 en 2019 a 20.248 en 2020.
A partir de mayo el número de muertes inscritas en el Registro Civil se ha mantenido por lo menos un 50% más alto que en 2019, aunque con cifras menos escandalosos que los reportados en abril.
El informe señala que el relajamiento de las medidas de restricción, aplicado en la mayoría de provincias desde junio de 2020 no ha desembocado en un aumento exponencial de muertes. Se ha mantenido alto, pero con cifras similares a mayo, que fue el último mes de confinamiento.
Lo que sí ha ocurrido, señala el reporte, es que los decesos en exceso se han distribuido por todo el territorio nacional.
Así, aunque en todas las provincias, las inscripciones de decesos hechas en julio de 2020 se mantienen más altas que en julio de 2019, hay seis provincias donde ese incremento ha sido más pronunciado: Pichincha, Santo Domingo de los Tsáchilas, Morona Santiago, Sucumbíos, Chimborazo y Tungurahua.
Por el contrario, Guayas, Santa Elena y Galápagos, han vuelto en julio a los niveles previos a la pandemia, y en el caso de Guayas, las cifras son similares a las de 2019 desde junio.
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