Jueves, 18 de abril de 2024

"Justicia por mano propia nace por la desconfianza en el Estado"

Autor:

Redacción Primicias

Actualizada:

26 Dic 2021 - 13:26

Experto sostiene que la ciudadanía ha normalizado la violencia en Ecuador por una inoperancia y desconfianza en el sistema de justicia.

Autor: Redacción Primicias

Actualizada:

26 Dic 2021 - 13:26

Efectivos de la Policía Nacional durante un operativo, el 29 de abril de 2021. - Foto: Policía Nacional

Experto sostiene que la ciudadanía ha normalizado la violencia en Ecuador por una inoperancia y desconfianza en el sistema de justicia.

Durante la tarde del 25 de diciembre de 2021, mientras gran parte del país celebraba Navidad, dos hombres fueron quemados vivos en la ciudad de Bahía de Caráquez, en la provincia de Manabí.

Las primeras investigaciones policiales señalan que se trata de dos presuntos sicarios que, antes de ser capturados por la comunidad, asesinaron a Alexander M., conocido como 'Gordo Álex', quien registraba antecedentes penales.

El teniente coronel Marco Argüello dijo que, tras el asesinato del 'Gordo Álex', se produjo un "cruce de balas entre sus familiares y los presuntos sicarios. Cuando estos últimos trataban de huir en una moto fueron ajusticiados por las personas que estaban en el sector".

Argüello agregó que los dos cuerpos incinerados fueron trasladados hasta el Centro Forense de Manta para la realización de las autopsias.

Luego de que el suceso se hiciera viral, usuarios de redes sociales justificaron el linchamiento aduciendo estar cansados de la delincuencia.

Este hecho de ajusticiamiento comunitario no es el único que ha ocurrido en el país. En 2018, tres personas murieron apaleadas y apedreadas en la parroquia Posorja de Guayaquil.

Ellos fueron acusados de haber secuestrado a cuatro niños, por lo que los habitantes del sector los sacaron del retén policial en el que se encontraban detenidos y los asesinaron.

Según el experto en derechos humanos, Juan Pablo Albán, en el país "hay un desencanto y falta de confianza en el sistema de justicia, sobre todo por su inoperancia y por el condicionamiento a las presiones y a la selectividad penal".

Agrega que a esto se suma "la normalización de la violencia y la actitud pasiva del Estado frente a la delincuencia organizada que ha derivado en que, quienes están fuera de la ley, ya no tengan miedo de las consecuencias de sus actos".

Esto se traduce - dice Albán- en lo que pasó en Bahía de Caráquez: dos personas que comenten un asesinato a plena luz del día y que "la gente también se sienta empoderada de matarlos de la forma más brutal e inhumana".

El experto cree que hay un problema en la forma en la que el Estado afronta la crisis de seguridad que vive el país.

"Militarizar la seguridad no es la respuesta adecuada. Deberíamos mirar al México de 2006 cuando le declaró la guerra a la delincuencia organizada y hoy vemos los frutos de esa acción: es una sociedad totalmente rota con más de 100.000 personas desaparecidas y miles de fallecidos".

Agrega que Ecuador nunca ha tenido una política criminal y más bien se ha dejado guiar por acciones que pueden "sacar réditos electorales porque son la novelería del momento".

Derechos humanos

Albán dice que actualmente la sociedad ha caído en la mentira de que el sistema protege a los delincuentes.

Explica que en el siglo XVIII ya se creó una postura que dice que "el derecho penal existe porque el Estado debe ejercer su potestad de castigar, pero al tiempo que se debe proteger al individuo frente a ese ejercicio punitivo".

Lo que el país enfrenta -señala- es una crisis simultánea en tres áreas:

  • Seguridad ciudadana.
  • Mala operación de la administración de la justicia.
  • Normalización de la violencia.

"Este último es el más crítico", sostiene, pues "uno puede ver como en Bahía de Caráquez las personas no reaccionan al ver que dos seres humanos están siendo quemados".

Albán dice que las personas que cometieron ese crimen deben ser procesados para enviar un mensaje claro de intolerancia de lo que significa tomarse la justicia por mano propia.

"Estos hechos dan paso a que se comenta una mayor cantidad de actos similares", advierte.