Jueves, 25 de abril de 2024

Menos pacientes llegan a los hospitales de Quito, aunque hay más contagios

Autor:

Jonathan Machado

Actualizada:

23 Sep 2020 - 0:05

Carpas de atención médica Covid-19 Quito

Autor: Jonathan Machado

Actualizada:

23 Sep 2020 - 0:05

Paciente con síntomas de Covid-19 es atendida en la estación de atención médica ubicada en la Unidad Educativa Sucre en el centro de Quito. el 29 de julio de 2020. - Foto: Primicias

Según el Municipio de Quito, cerca del 90% de los quiteños usa mascarilla habitualmente. Ese dato impulsa a los epidemiólogos a presumir que eso ha impedido que el virus se propague de manera agresiva, e incluso que la carga viral sea menor en muchos casos.

El crecimiento de contagios confirmados que experimenta Quito desde inicios de agosto de 2020 contrasta con el número de pacientes que acude a los hospitales con sintomatología relacionada con Covid-19.

Quito confirmó 14.831 nuevos contagios entre el 10 de agosto y el 22 de septiembre, convirtiéndose en el incremento de casos más pronunciado del país.

Pero, curiosamente, entre esas mismas fechas las atenciones en los hospitales del IESS bajaron, un 19%, de 2.857 atenciones en la semana del 10 al 16 de agosto, a 2.316 en la semana del 14 al 21 de septiembre.

En el hospital temporal Quito Solidario, a inicios de agosto de 2020 se atendía a 73 pacientes semanales y en septiembre la cifra bajó a 21.

Esa reducción de pacientes que solicitan consulta por síntomas asociados a Covid-19 se mantiene a la baja desde mediados de agosto.

Además, el promedio de ocupación de camas que bordea el 85% en los hospitales del IESS y del Ministerio de Salud. Aunque las unidades de cuidados intensivos sí continúan llenas en ambos sistemas.

Este comportamiento no se había observado desde marzo de 2020 cuando la pandemia llegó a Ecuador, explica el presidente del IESS, Jorge Wated.

¿Por qué hay más casos y menos atenciones?

Los monitoreos que realiza constamente el Municipio de Quito han determinado que el 90% de las personas utiliza mascarilla cuando ocupa el espacio público en Quito.

Ese podría ser un factor clave al momento de explicar ese alivio en el sistema sanitario.

El director de Investigación de la Universidad UTE, Daniel Simancas, señala que la reducción de las atenciones médicas tiene dos causas principales:

  • Mayor uso de la mascarilla y cumplimiento de las normas de bioseguridad.
  • Atención médica temprana.

Simancas dice que el correcto uso de la mascarilla evita que el virus se propague o, al menos, que ingrese en grandes cantidades al organismo de las personas.

Esto se traduce en que "una persona tendrá menos carga viral y en consecuencia, una sintomatología más leve", explica el médico.

Además, agrega que "la atención médica oportuna ayuda a que el estado de salud de las personas no se deteriore y no necesiten ir a un hospital". Esto también contribuye en la reducción de atenciones.

No significa que haya menos contagios, sino que cada vez más pacientes pueden recibir tratamiento en sus casas.

El uso correcto de mascarillas es clave

El alivio podría incluso ser mejor, pues el mismo monitoreo municipal arroja que "entre el 20% y el 30% de las personas utilizan la mascarilla de forma incorrecta", dice el alcalde Jorge Yunda.

El epidemiólogo Alberto Narváez señala que el "mal uso de la mascarilla crea una falsa sensación de seguridad en las personas" y no impide la dispersión del virus.

El profesional recuerda que la mascarilla debe tapar completamente la nariz y la boca, con el objetivo de evitar que expulsen gotas al hablar, toser o estornudar.

"La pandemia no está controlada"

La secretaria de Salud de Quito, Ximena Abarca, reconoció, el 22 de septiembre de 2020 durante la sesión del Concejo Metropolitano, que "la pandemia en la ciudad no está controlada".

Su declaración se basa un principio de la Organización Mundial de la Salud que señala que una persona con Covid-19 debe contagiar a máximo una persona.

Ese indicador en la ciudad es de 1,5 personas, aunque a inicios de agosto de 2020 este indicador superó los tres contagios por cada paciente con diagnóstico.

Abarca sostiene que la reducción obedece al testeo masivo de personas, pues la estrategia ayuda a identificar los casos de manera temprana.