Jueves, 25 de abril de 2024

La 'primera adolescencia': las rabietas de los niños cuando cumplen dos años

Autor:

Jonathan Machado

Actualizada:

10 Jul 2019 - 0:05

Un psicólogo y una pedagoga explican lo que significa la 'primera adolescencia' y brindan consejos a los padres para que la puedan sobrellevar, aunque esto implique más de un dolor de cabeza. Una pareja cuenta su experiencia con su hijo.

Autor: Jonathan Machado

Actualizada:

10 Jul 2019 - 0:05

Liliana Patiño y Daniel Naranjo son padres de Benjamín. - Foto: Jonathan Machado / Primicias

Un psicólogo y una pedagoga explican lo que significa la 'primera adolescencia' y brindan consejos a los padres para que la puedan sobrellevar, aunque esto implique más de un dolor de cabeza. Una pareja cuenta su experiencia con su hijo.

Cuando los niños cumplen dos años ingresan a una etapa, que ahora se conoce, como la 'primera adolescencia'.

En este período, las rabietas, gritos, berrinches y llanto se convierten en un dolor de cabeza para los padres, quienes muchas veces no saben cómo actuar, dice el psicólogo infantil David Jaramillo.

Él explica que cada niño se desarrolla a su propio ritmo, pero que la 'primera adolescencia' llega cuando los niños cumplen dos años y termina a los cuatro.

Jaramillo dice que estos comportamientos son normales a esa edad. Explica, sin embargo, que hay que saber manejarlos para que en el futuro, cuando sean mayores, sepan enfrentar situaciones difíciles.

A esta edad los niños quieren independizarse con frases como "no" y "yo solo". Por eso, se la conoce como la 'primera adolescencia'.

Durante esta etapa, en los niños despierta la curiosidad por conocer su entorno y descubren que son capaces de hacer algunas las cosas por sí mismo.

¿Y desde el punto de vista pedagógico?

La pedagoga Lida Gualotuña dice que la 'primera adolescencia' es un nombre metafórico para llamar a la crisis de oposición por la que pasan muchos niños.

"Ellos se dan cuenta que on independientes: que existe un yo, y un otro. Las pataletas y el 'no' reiterativo, haciendo énfasis en que quiere hacer todo solo, son señales de que los niños han empezado esta etapa".

Lida Gualotuña

El principal consejo que da a los padres es que "mantengan la calma porque el niño se da cuenta cuando genera ansiedad en el adulto. Hay que saber que se trata de una etapa y que en algún momento llega a su fin".

Daniel Naranjo y Liliana Patiño vivieron la 'primera adolescencia' de su hijo Benjamín.

Él dice que el carácter del niño cambió totalmente y que los berrinches eran la estrategia que Benjamín usaba para conseguir lo que deseaba.

Naranjo opina que, aunque su hijo no termina completamente la 'primera adolescencia', ha aprendido a controlar su carácter. Él espera con ansias que la etapa termine cuanto antes.

¿Qué hacer cuando su hijo llega a esta temida etapa?

  • Enseñar a los niños a que manejen sus emociones. Esto se logra cuando los padres o personas que los cuidan también pueden controlar sus emociones y sentimientos. A este proceso se lo conoce como reguladores emocionales. Si el niño observa que sus cuidadores reacciones de buena forma ante una situación, él la replicará.
  • Nombrar las emociones. Los niños deben saber qué es enojo, ira, miedo o frustración para que sepan cómo manejarse cada vez que sientan alguna de ellas. Después deben entender que es normal sentir alguna de estas emociones y que se las debe manejar de la mejor forma.
  • Encontrar el canal para desahogar la emoción. Cuando sienten alguna emoción hay que enseñarles a desahogarse. El reto consiste en encontrar alguna herramienta para canalizarla: caminar, estar solo, escuchar música.
  • Evitar situaciones en las que se generen rabietas. Si los padres saben que un niño hace berrinches en centros comerciales o restaurantes es mejor no acudir con ellos hasta que aprendan a controlarse en esos lugares.

Gualotuña y Jaramillo concuerdan en que la paciencia y la comunicación son las principales herramientas para combatir los berrinches de los niños para que en el futuro sepan controlar sus emociones en sus trabajos o familias.