Los recursos sirvieron para mejorar el área social, baños y seguridades del albergue administrado por Hogar de Cristo.
Guayaquil conoció a Ariana Palacios por un video que se viralizó en redes sociales. En las imágenes, ella aparece cantando en el centro de la ciudad. Es venezolana, está embarazada y abandonó su país por la crisis económica.
Ya en Ecuador usó su voz para recaudar dinero. Su video lo vieron funcionarios del Municipio de Guayaquil y la llevaron al refugio Un techo para el camino.
Este albergue, de la Fundación Hogar de Cristo, atiende a migrantes en condición de vulnerabilidad. No tienen una nacionalidad específica, pero casi todos son venezolanos.
Quienes permanecen allí evitan dormir en la calle o en el terminal terrestre, mientras encuentran un trabajo o siguen su camino. Ariana, por ejemplo, quiere dar a luz y radicarse en la ciudad.
El albergue tiene capacidad para 130 personas. Funciona en el que fuera el taller de Hogar de Cristo. Allí se construían las casas prefabricadas de caña que se hicieron tan populares en Guayaquil en la década de 1990.
Como parte de la cooperación estadounidense para atender a la población migrante de Venezuela, el albergue recibió USD 25.000. El dinero sirvió para mejorar el área social, los baños y las seguridades del recinto.
Cooperación
Desde 2018, Washington ha desembolsado USD 72 millones para atender a los desplazados colombianos y venezolanos en Ecuador.
De ese monto, USD 31 millones fueron al Programa Mundial de Alimentos (PMA). El resto va ONG y albergues como Un techo para el camino.
El cónsul de Estados Unidos en Guayaquil, Andrew Sherr, explicó que las donaciones para refugios son de hasta USD 25.000 y se busca que sean de “alto impacto”.
Por eso el refugio de Hogar de Cristo fue una opción para recibir los recursos. El diplomático destacó la labor del gobierno ecuatoriano y de la sociedad en general para recibir a los venezolanos.
Se calcula que 4,8 millones de venezolanos han migrado debido al deterioro de las condiciones sociales y económicas de su país. Al menos 500.000 de ellos están en Ecuador.
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