Tablilla de cera
El escándalo gratuito sobre Noboa Trading
Escritor, periodista y editor; académico de la Lengua y de la Historia; politico y profesor universitario. Fue vicealcalde de Quito y embajador en Colombia.
Actualizada:
Gran difusión internacional ha tenido una nota del Proyecto de Denuncia del Crimen Organizado y Corrupción (OCCRP, por sus siglas en inglés) en que se escandaliza porque a inicios de 2021, es decir hace cinco años, se descubrió cocaína escondida en tres contenedores de bananos de la empresa Noboa Trading. En Ecuador la publicó el portal Plan V con el título “Narcos de los Balcanes usaron contenedores de Noboa Trading para enviar droga, revela investigación de OCCRP” y lo han publicado decenas de diarios de todo el mundo.
Es lo que en periodismo llamamos un refrito: información antigua a la que se le añade algún detalle (en este caso que en los chats de la mafia albanesa-croata de 2021 alguien se pavonea diciendo que presuntamente ellos tienen el monopolio para introducir cocaína en los cargamentos de Noboa Trading) y se lo lanza como algo nuevo y escandaloso.
No soy defensor del presidente Daniel Noboa. Quienes siguen mis columnas saben que soy crítico de su actuación, pero no puedo dejar de comentar un reportaje escrito con intención de escandalizar y que le hace daño al país.
Una periodista de investigación muy conocida nos dijo en un chat, hablando de la nota de marras: “Me pareció un poco sesgada y un poco cargosa porque no habla de otros embarques, de frecuencias de llegada a puertos y toneladas importadas, es decir les faltó más contexto”.
Añadió que “Desde hace años los periodistas de investigación estamos tratando de conseguir información sobre decomiso de contenedores con droga en puertos para tener una idea global del tráfico a Europa”. Pero, prosiguió “el problema es que la Europol no tiene una base de datos al respecto. Y nos tocaría pedir la información puerto por puerto. Entonces hasta ahí llegaron las intenciones”.
En lo personal creo que lo que no dice el reportaje, y por eso resulta distorsionado, es que:
1. Prácticamente todas las exportadoras de banano establecidas y tradicionales del Ecuador han sufrido en algún momento contaminación de cocaína en sus cargamentos.
2. La mayor contaminación de los contenedores se produce en los puertos, no en las empresas de origen.
3. Incluso, gran parte de los embarques de droga se hacen mar afuera, ya sea en complicidad con los capitanes de los barcos o por medios sofisticados.
4. Las exportadoras serias del Ecuador han adoptado desde hace años medidas extraordinarias para impedir la contaminación de su carga con cocaína.
5. Los embarques de los que habla la nota fueron detectados a inicios de la década y no hay nuevos reportes.
Puedo dar fe, porque lo he visto en una enlatadora de palmito y en una bananera los controles que tienen desde el empacado. En la primera existe control biométrico para el ingreso y salida de los empleados; cámaras en los vestuarios donde estos deben ponerse uniformes estériles; la planta, inmaculada como un quirófano, está llena de cámaras; la línea de etiquetado y salida de las latas está vigilada con cámaras y sensores.
Además, se gastan un platal en el resguardo de los camiones al puerto, con puertas de seguridad y control por satélite, además de guardia armada y control minucioso, hasta donde es posible, de sus embarques.
Ahora bien, como dijo en el chat una catedrática ecuatoriana que vive en el exterior, “esa falta de contexto, sumado a que esta nota involucra personalmente al presidente, hace que la imagen del país salga perjudicada”.
La periodista de investigación dijo entonces: “La Bananera Noboa debió haber atendido el pedido de los periodistas incluso para ellos aportar con información. Si mando mil contenedores al mes, y resulta que en uno hay contaminación, no es lo mismo que si solo envío uno mensual”.
Eso es parte del problema: la política de silencio, de negarse a dar información, que es tradición de tres generaciones en la Bananera Noboa y que probablemente influye también en la poca o ninguna transparencia del propio Daniel Noboa en el ejercicio de la presidencia.
Un viejo principio de la comunicación social es que el espacio que no llena uno, tarde o temprano lo va a llenar otro, con información distorsionada. El mutismo no funciona como mecanismo de comunicación. En este caso concreto, el silencio ha llevado a que se perjudique a la empresa, al presidente y al país.
No es lo mismo sacar un desmentido o una aclaración posterior: hay que estar siempre encima de la ola. El presidente que es campeón de snowboard, sabe lo importante que es dominar el trayecto con su tabla. Debería aplicarlo tanto a la política de la empresa de la que es heredero, como al gobierno que preside. Pero eso no quita que la nota es gratuitamente escandalosa.