Tablilla de cera
Entre Shakira y la consulta popular
Escritor, periodista y editor; académico de la Lengua y de la Historia; politico y profesor universitario. Fue vicealcalde de Quito y embajador en Colombia.
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¡Qué semanita! Luego de que Shakira logró lo que nadie en el Ecuador —tres conciertos en el estadio Atahualpa con lleno completo y negocios en Quito por unos $45 millones de dólares en gastronomía, alojamiento, transporte y turismo—, estamos a punto de ir a las urnas para la consulta popular y referendo.
En el medio hubo una masacre de 31 presos en Machala y el traslado de Jorge Glas, Carlos Muentes y 300 presos a la nueva cárcel en Santa Elena, de lo que nos enteramos por posts del presidente Noboa en su cuenta de X, red que utilizó también para revelar las cabezas de sus listas a asambleístas constituyentes (su madre la nacional, Niels Olsen la del Guayas y Diana Salazar la de Pichincha).
Shakira es una leyenda viva. Recuerdo cuando era una niña por la que nadie daba mucho, que venía a la Teletón de Guayaquil. Hoy es una de las artistas más cotizadas del mundo, hizo el himno de una Copa Mundial de Fútbol, se presentó en un Superbowl y, aunque ha hecho otras giras muy exitosas, con esta de “Las mujeres ya no lloran” está rompiendo todos los récords.
Más de 2,5 millones de tickets vendidos cuando hizo el 64 de los 83 shows programados, y una recaudación hasta entonces de 327,4 millones de dólares (Wikipedia). Será al concluir la gira latina con más recaudación y asistencia de la historia.
Las entradas para el concierto en Quito se agotaron en cuestión de horas cuando salieron a la venta a inicios de julio, lo que hizo que se añadiera una segunda fecha y, horas después, una tercera. Lo mismo ha sucedido en todas las ciudades en las que ha estado (12 presentaciones en un inmenso teatro de México, con un total de 720.000 asistentes; cuatro o cinco conciertos a tope en cada capital sudamericana; cambio de coliseos a estadios en los conciertos en EE.UU.).
No comparto ese elitismo snob que la desprecia porque dizque es banal. Que en este país de tanta inseguridad, 110 mil personas, algunas esforzándose por reunir la plata y muchos viniendo de provincias, hayan compartido a pleno sus looks, sus letras y sus emociones, muestra que es un ícono popular muy querido.
“Shakira nunca quiso ser un referente feminista, tan solo una mujer que factura (más que nosotras)”, decía una feminista española demostrando su envidia. Ya sabemos que en el feminismo hay muchas posturas y muchas de ellas enfrentadas. Y sí, la barranquillera no representa aquel feminismo anticapitalista y antipatriarcado, ni siquiera al feminismo como movimiento colectivo.
Pero sí al feminismo como transformación interior para enfrentar la vida. Ella recuerda que ahora ya nadie le dice "cómo o cuándo llorar, nadie me dice cómo criar a mis hijos, nadie me dice cómo convertirme en una mejor versión de mí misma. Eso lo decido yo".
¿Y por qué me puse a hablar de esto si es que estamos al borde de ir a las urnas? Lo sé: porque escribo de lo que pasa a mi alrededor. De lo que creo que interesa a los lectores.
También, estoy seguro, ustedes se horrorizaron con la masacre de la cárcel de Machala y se quedaron patidifusos con la estrafalaria, más aún grotesca, explicación del SNAI de que las 27 personas halladas muertas la tarde del domingo "entre ellos cometieron asfixia, lo que produjo muerte inmediata por suspensión".
Y seguramente también sintieron escalofríos con los posts del presidente Noboa en X con los presos, todos rapados, con trajes naranja, en cuclillas y agachados, una copia de Bukele, en la nueva cárcel que es otra copia de Bukele.
Fuerte también ver a Glas entrando en esa cárcel, foto en la que habrán visto al fondo a los albañiles, apurados por acabar las obras porque la nueva cárcel no está terminada, aunque luego repartieron la misma foto sin los albañiles, desaparecidos por arte del Photoshop.
¿Y la consulta? ¡Ah, sí, la consulta! Ha ocupado un plano muy secundario en estos días. Supongo que porque no despierta emoción, ya que parece cantado que gana el sí.
Es que ni siquiera el correísmo ha hecho campaña por el no. Su propia directora nacional anunció desde el inicio que será candidata a la Constituyente, dando por hecho que esta se celebrará.
Así que las incógnitas que nos quedan por resolver son tremendas: ¿logrará el correísmo negociar en la Constituyente que salga Glas y regrese Correa? ¿O entraremos con la consulta, el D’Hondt en la elección y la nueva Constitución en un país de represión indiscriminada, falta de garantías y autoritarismo desatado? ¿Será acaso posible que tengamos una constitución verdaderamente republicana y democrática?